domingo, junio 07, 2015

Nostalgia de un Mundo Feliz (poesía en domingo)

Poesía de un mundo en prosa,
poesía del día a día
poesía gratis para todos
para ti también que me espías
quiero decir que me sigues,
que me lees, que me auscultas
en ese espacio digital
a donde me expatrié un día

Hace ya tanto (el noventa y dos)
cuando me expatrié otra vez
dentro de mi otra expatriación,
cuando me puse a navegar
por la red –¡qué luz!- como al sol
hasta hoy sin parar ¡qué avión!

¡Qué singladura mi vida,
apasionante y atípica!
Como una jornada de Indias
(y más solo que la una)

Como esos pueblos vacíos
de una España rural que se fue
y nos dejó un fresco aroma
de fragancia al fenecer.

De aquellos niños de pueblo
con los que alguna vez reí
-¡qué gracia!- cruzándomelos,
a punto yo ya de partir,
aquellos años inciertos
buscando un camino (¡ay de mí!)
entre los míos, en mi patria
en ascuas (¡en guerra civil!)
¡Qué candor pueblerino,
qué gracia la suya infantil!
¡Y qué indefensión la suya
y de aquel mundo presto a morir!
La de una España virgen
sin culpa y viva aún en mí
que había salido indemne
-¡milagro!- de aquel odio incivil
que rebrotaba a traición
sin darnos cuenta (¡fue así!)
Y la llevo en el recuerdo
porque yo venía de allí
flor de asfalto de un éxodo
rural, del que yo nací,
que empezó ya con la guerra
Todo un mundo que huyó a Madrid
Siempre acosado ¡ay dolor!
de la sombra de un odio vil
(¡guerra civilismo incivil!)

Por eso me gustan tanto
y me llegan tan íntimo
“las canciones con corbata”
del cantautor “apolítico”

¡Nostalgia de un mundo feliz
de antes de la guerra civil!
¡Memoria de patria chica
la obra del poeta gentil!
¡Alcarria recóndita y heroica
como te escondiste de mí!
España eterna (casi) incógnita.
Arcadia perdida año mil.
Alto lugar de nuestra historia!
(de una guerra que se ganó allí)

(Zona de frente en el Treinta y Seis,
mi difunto padre la vio así)


¡Me esperabas todavía!
¡Qué alegría verte mujer!
¡Como lucía y reía el sol!
¡Qué sorpresa, qué alegría!

¡Y qué bella y triste te vi!
¡Que mujer y qué señora!
Y en tus ojos fijos en mí
-¡por qué me mirabas así?-
¡qué hondura y qué tristeza!

Yo como siempre en las nubes
y tú echándome los tiestos
de mucho antes de yo llegar
como eras, como eres,
sin malicia, noble y leal
conmigo y contigo misma

Con tu entorno y tu destino
que yo acato y te respeto
por ti sólo que no por mí
¡Qué importan los obstáculos
si viera un resquicio entre mil!

Por eso el verte, el hablarte
me infundió melancolía
del tiempo que pasa (y se fue),
del recuerdo de aquel día
mujer, cuando tú entraste en mí,
en mi alma y en mi vida
Pese a tu circunstancia
que no me ocultaste mujer
que el mentir no va contigo
¡Y eso a fuer de femenina!

No fue un encuentro trivial, no,
el de hoy reina y señora
princesa bella y cautiva,
cuando sonó la hora bruja
otra vez por dentro (en mi pecho)
al verte allí sola

Cuando se funden a un tiempo
recuerdos tiernos, deseos,
lo que no puede ser (¿o sí?)
con lo que anhelamos hondo,
o lo que yo siento en mí
cuando te veo (o te apareces)
una u otra vez (entre mil)
¿Por qué? ¿Por qué de ese vaivén,
de ese baile de entrar y salir
yo en tu vida, tú en la mía?

¿Por qué (si no) ese respingo,
que todo lo veo azul
-mi corazón dando brincos-
cuando te veo y tú me miras
mujer fiel (triste y cautiva)?

Pena de ti, pena de mí
Mujer, de esa fatalidad
que te guía a ti y me guía,
del paso del tiempo rey
¡Cinco años de aquello ya
cuanto llovió ya en mi vida!
Y tú en cambio igual. Triste y fiel, vida mía

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