martes, septiembre 30, 2014

¿ESCENARIO HONGKONÉS EN PUERTAS EN BARCELONA?.../...

La providencia, léase el gobierno mundial rige el mundo o lo intenta. Digamos que eso es lo que sacamos ahora en limpio rastreando entre las astillas o los restos de nuestra vieja fe infantil en la Divina/Providencia que salto hecha añicos en un momento u otro de nuestra vida, en ese paso crucial a la madurez desde la inmadurez (joven o adolescente) y que en el caso del que esto escribe, lo fue mi gesto de Fátima como tantas veces ya lo tengo aquí contado y explicado. Y esa providencia o gobierno mundial planetario le está echando ahora un pulso a una de las principales potencias del planeta, faro principal de otras potencias emergentes del Lejano Oriente, léase del Este asiático. Las imágenes del centro de Hong-Kong a vista de dron –como los que acabaron con el coronel Gadafi y su régimen- son más elocuentes que nada. La Providencia Planetaria (made in USA) conserva todavía el poder -al alba del mundo multipolar que está surgiendo- de poner en estado de conmoción (social) –a golpes de silbato- grandes hormigueros humanos como lo son las grandes urbes del Este asiático, y en particular Hong Kong, la antigua colonia británica y uno de los grandes pulmones financieros de China tras su anexión a finales del pasado siglo (XX)
¿Camino de otra tragedia como la de Tian’anmen en la que la irresponsabilidad occidental tuvo tanta parte de culpa? Se admiten apuestas. En espera no obstante del desenlace las imágenes de Hong Kong con sus fuerza de impacto y su carga de emulación a escala del planeta, les están dando ideas –si falta hacía- a algunos entre nosotros, abocados a un impase patético en extremo las horas que corren. Y me estoy lógicamente refiriendo a los mentores y patrocinadores de la consulta secesionista en Cataluña que acaba de verse suspendida –a título de medida cautelar- por el Tribunal Constitucional. ¿La huida hacia delante su sola alternativa? Eso es lo que parecen presagiar los comentarios del “president” a en, reacción a la medida cautelar del alto tribunal. Y también otros indicios que no engañan como la convocatoria inmediata –tras la suspensión de la consulta y justo a seguir de la campaña correspondiente, decidida por el “president” a cargo de la llamada asamblea nacional catalana (menuda tropa) de los llamados martes de protesta (en plural) lo que se asemeja que más no cabe a un calentar de motores en preparación de un a tentativa insurreccional que es algo que exige su preparación o su fase de precalentamiento como se vio en el 15-M y en todas las grandes movida insurreccionales de los últimos años a escalda del planeta. Una convocatoria que me trae a la mente de pronto el recuerdo de las jonradas nacionales de protesta enChile en la década de los ochenta, que se saldaron con un fracaso grandioso (y sangriento) Un escenario como el del Maidán de Kiev o como el que se está cociendo mientras escribo estas líneas en el centro (de los negocios) de Hong-Kong es así de entrada impensable, salvo sorpresas de último minuto. Pero nadie está a salvo y menos los españoles de grandes provocaciones –como la del Midan de Kiev-, a la medida de los grandes desafíos, como el que se nos presenta.
Y para comenzar altos mandos policiales laertaron no hace mucho y el propio Mas  amenazó tgambién con ello- sobre el riesgo del surgimiento de una kale borroka que ya venía levantando cabeza en los útimos meses y que podría verse confirmada los días y semanas que se avecina. Algo que marcaría un punto crítico en la historia del nacionalismo catalán de posguerra caracterizado grosso modo hasta hoy –salvedad hecha de casos un tanto atípicos- de un carácter pacifico (y no menos insidioso que todo hay que decir) en contraste con la situación en el país vasco y su evolución las últimas décadas. Esa sería desde luego la gran contribución del “president” al deterioro de la convivencia y de la paz social. Pero no creo que haga falta llegar a tanto para ponerle en su sitio. Como no hizo falta con el juez Garzón tampoco. Y a buen entendedor pocas palabras sobran

 ¿PLAZA DE SAN JAIME LLENA? A MIL NO LLEGABAN
¿La plaza de San Jaime llena? Habas contadas, no más de mil quinientos plazas de pie, sin contar lógicamente con los paraguas y las pancartas. Conclusión, unas novecientas personas a lo sumo, los que consiguió convocar la asamblea nacional catalana en las últimas horas en Barcelona en señal de protesta a la suspensión cautelar de la consulta secesionígena. Lucha contra reloj. El tiempo de cebar y engordar la fiera (incontrolable) de una opinión publica manipulada y fuera de si “incendiándolo” todo dentro y fuera de la red, y la calle por supuesto. Ese es el reto primordial que se le plantea al gobierno actual en Cataluña. De que salga airoso del desafío depende desde luego su supervivencia. Que no iría más allá del próximo nueve de noviembre caso de proseguirse impunemente hasta entonces la ola de protestas –perfectamente planeadas y programadas a no dudar desde lo alto- en pueblos y ciudades de Cataluña. Las jornadas nacionales de protesta en Chile de la década de los noventa no hicieron plegarse en lo más mínimo al régimen de entonces, lo que les permitió justo después salir más que airosos con una transición “a la española” sin los errores de la nuestra. También es verdad que no arrastraban detrás una guerra civil-y un millón de muertos tras suyo- como nosotros. Las jornadas de protesta catalanista que se avecinan son el reto directo, el auténtico desafío a España y al conjunto de los españoles y no la consulta per se que se ve ya desahuciada. A agarrarse los machos tocan. Y a dejarnos de complejos y de blandenguerías sentimentales. Solo así salvaremos para España a Cataluña

PUJOL POR LOS SUELOS
No soy iconoclasta ni me sentí nunca con inclinaciones de ese tipo, pero confieso mi alivio ante la noticia del derrumbe de la estatua de Pujol en una localidad catalana. Era de bronce o sea que no ha habido destrozo ninguno, aparte de la carga simbólica del gesto (que ya es mucho) Las estatuas descabezadas de Stalin rodando por las calles de Budapest, y su cabeza (en piedra) viéndose arrastrada con cables por la muchedumbre insurrecta durante la revolución húngara del 56 tenían otro cariz –transgresor, revolucionario- que las que empezaron a rodar –todas de bronce o de otro metal cualquiera tras la caída del Muro. Defenestraciones simbólicas más que otra cosa. Por eso ésta de Pujol me parece tan benéfica y oportuna como aquellas. Con valor de antídoto ms que otra cosa. Que así sea

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