martes, septiembre 16, 2014

CERVANTES DE AMSTERDAM O LA AGONÍA DEL CASTELLANO EN CATALUÑA

Carlos Javier de Borbón Parma es un principe hispano/holandés, hijo de Carlos Hugo de Borbon Parma y de Irene de Holanda -y sobrino de Sixto de Borbón Parma- que cobra actualidad de pronto con el incidene diplomatico (menor) provocado entre los dos paises por la novela "Victus" -patrocinada por la Generalitat-, con el telon de fondo de la guerra de Sucesión en Cataluña. El carlismo se caracterizó históricamente -"mutatis mutandis" como la Acción Francesa- por una gran tolerancia en materia de lenguas o hablas regionales. ¿Seguirán indefinidamente en esa línea, sin reaccionar frente a la agonía que vive el castellano/español en Cataluña?
El ministro de Exteriores parece dejarse por fin de circunloquios y ponerse en cambio a llamar pan y al vino vino en el tema de la consulta catalana. O si no los llama así todavía con todas las letras, sí parece estar empleado un lenguaje claro y sin tapujos como habrá sido el caso esta mañana en un desayuno con periodistas donde vino a evocar en términos apenas velados la eventualidad de la suspensión de la autonomía catalana en caso de que los dirigentes irresponsables de la generalitat persistieran en su empeño se cesionista. Y mientras, todos conteniendo la respiración con el alma en un hilo, pendientes del resultado del referéndum en Escocia de pasado mañana jueves.

Todos o casi todos tal vez pero no el que esto escribe, porque se me antoja que hace rato que vi gato encerrado en este tema del referéndum que pretenden separar a los escoceses del Reino Unido. Como dicen los portugueses otros súbditos fieles de su Graciosa Majestad ¡Cantigas! Un trapicheo o un chalaneo de subvenciones y competencias lo que está en juego en el referéndum de pasado maña jueves que no afecta el destino de esa región ni el modo de vida de sus habitantes. Lo mismo se puede decir de la temática del referéndum de asociación en el Quebec que ahora se vea aparcado por culpa del revés electoral del partido autonomista en las últimas elecciones generales pero que volverá a resurgir a no dudar en un futuro próximo. Escocia perdio su autonomía con la Gloriosa, la revolución liberal (whig) inglesa de 1688, cien años antes de la Revolución Francesa, y el Quebec pasó a manos del Imperio británico tras el desenlace de la guerra de los Siete Años a mediados del siglo XVIII.

Y todo eso es en unos y en otros en quebequenses como en escoceses es memoria muerta o si se prefiere memoria (en algunos) de una historia muerta y enterrada, reconstruida artificialmente. El caso de Cataluña es radicalmente diferente en cambio y es precisamente por ahí por donde se descubre el pastel o el gato cerrado del referéndum de pasado mañana que puede decidir de la separación de los escoceses de con el Reino Unido. La guerra de Secesión es igual que la las guerras religión que sellaron el destino de Escocia como reino independiente e igual que la guerra de los Siete años que puso fin al imperio francés de América del Norte una historia muerta y enterrada que se mantiene aún (apenas) en vida en la memoria artificialmente reconstruida en gran parte de algunos catalanes (catalanistas)
El lider del fascismo canadiense en los años de entreguerras, Arcand, francófono del Quebec era, por parádojico que pueda parecer partidario de la unidad del Canadá -e incluso de la Commonwealth- y contrario al separatismo del Quebec. La cohabitacion lingüistica en Canada y en el Quebec entre el francés y el inglés no amenaza la existencia de ninguna de esas dos lenguas -de difusión universal cada una de ellas- como sí es el caso en cambio con el castellano/español en Cataluña (en provecho del habla catalana)
En el plano lingüístico en cambio donde la situación varía radicalmente si se comprar a Escocia y al Quebec -los dos juntos-, con el caso de Cataluña. En el caso del dialecto escocés así llamado se trata de una lengua hoy prácticamente extinto o en vías de extinción y es prácticamente irrelevante como lo ilustra el que no se vea objeto prácticamente de reivindicación ninguna de parte los autonomistas escoceses, y que brille por su ausencia en el referéndum de pasado mañana. Separatismo escocés…en lengua inglesa. En el caso del Quebec la situación es distinta de la de Escocia en el plano lingüístico, aunque solo en apariencia. El Quebec es mayoritariamente francófono y el resto del Canadá mayoritariamente anglófono en cambio.

Y tanto una lengua como la otra, el francés como el inglés, son lenguas de alcance universal que se bordean y que se ven condenadas a cohabitar mas o menos forzosamente sin que ello suponga no obstante amenaza seria –de muerte me refiero- ni para la una ni para la otra. Y un ejemplo elocuente de lo que aquí decir pretendo lo ofrece la cantante canadiense –del Quebec- Céline Dion, perfecta bilingüe, que ha cosechado éxitos mundiales tanto en un idioma como en el otro. En el caso de Cataluña en cambio no admite comparación en cambio en la medida que el castellano/español lengua común de los españoles sí que se ve amenazado (seriamente) de peligro de muerte en Cataluña tras treinta años y más de una política lingüística marcada por un sello discriminatorio flagrante, puesta en pie sin pasa ni descanso por la Generalitat de Cataluña.

Moraleja, el referéndum de Escocia se vio convocado –en la mente de sus mentores últimos- como un trio de elevación en favor de la autonomía catalana, algo que no nos quita nadie de la cabeza a algunos, y algo completamente impediente a la vez del resultado final que se dará a conocer pasado mañana, que a muchos nos deja completamente fríos. Catalanismo, desafío lingüístico en su esencia.. Lo dije y lo mantengo. Los catalanes ponen como ejemplo de su política de inmersión lingüística la del neerlandés en la zona flamenca de Bélgica, pero eso no es mas que una vulgar coartada tampoco El neerlandés –lengua oficial en los Países Bajos y de la componente flamenca de la población belga (y como tal lengua oficial también junto con el francés y el alemán) de los belgas, no fue tampoco nunca una lengua amenazada.

Ni siquiera en los tiempos benditos –o malditos- según la óptica- de mayor dominio del francés, en los (casi) dos siglos transcurridos desde la proclamación del estado belga independiente. Ni siquiera en los tiempos de dominación española donde el neerlandés coexistía con el francés y el español como lenguas de la Corte en Bruselas. Ni la enseñanza del neerlandés ni su papel de lengua vehicular en la enseñanza –más o menos compartida según las épocas- estuvieran nunca en juego ni se sintieron amenazadas en Bélgica (zona flamenca) Por más que se impusiera el uso de la otra lengua nacional, el francés, en la administración o en los contactos de la administración con los habitantes de la zona flamenca.
En unas declaraciones del pasado verano Mariano Rajoy citó a la novela por la que viene ahora el el escandalo y la controversia entre sus lecturas veraniegas. "Una obra muy interesante, dijo. Que santa Lucía le conserve la vista, de lo que por las trazas anda necesitado. El presidente del gobierno es nieto de un dirigente nacinallista gallego represaliado tras la guerra civil. ¿Hay que comprenderle? Sin duda, pero no tenemos por qué seguir sufriendo y soportando sus silencios y sus dudas y vacilaciones en un asunto de crucial transcendencia para españoles, que pone en (serio) peligro la Unidad de la Patria
A la inversa, es cierto que en las décadas que se siguieron a partir de la segunda guerra mundial sobre todo partir de finales de la década de los cincuenta se impuso un modelo de asimilación lingüística en favor del neerlandés que es el que parce servir hoy de referente a la generalitat de Cataluña. Pero también en ese caso no se trata más que de una coartada. Los dos casos son irreduciblemente diferentes no obstante en la medida que en Flandes no se imponía desde la escuela en absoluto una lengua distinta de la del hogar de procedencia tratándose de una zona neerlandófona “de origen” o para dejarnos de eufemismos étnicamente homogénea, lo que no era ni nunca fue el caso en Cataluña.

La escuela en Cataluña en cambio es un instrumento de presión, un arma lingüística en manos de la Generalitat donde el español castellano, lengua materna de una (gran) mayoría de sus alumnos se ve condenada a muerte por asfixia. Y el ultimo botón de muestra lo ofrece el escándalo –como una tormenta en un vaso de agua- montando en torno a la presentación (fallida) de la novela “Victus en el Cervantes de Ámsterdam (lagarto lagarto!) que habrá sido también objeto de las declaraciones del ministerio de Exteriores que evoqué más arriba. La novela que acabo de mencionar de un autor catalán está escrita –un detalle que se oculta cuidadosamente en el estruendo mediático montado entorno al libro y al incidente diplomático que habrá provocado- en castellano/español o español/castellano (….)

Y eso sea tal vez lo verdaderamente escandalosos de este asunto. Autores catalanes que esgrimen la bandera del catalanismo y que escriben o acaban escribiendo sus libros en español/castellana por las razones o motivos que sean que no dejan de poner al descubierto el dato flagrante que si no lo hacen así, sus libros no se venden, tan simple como eso. Más escandaloso todavía, la novela por la que llega ahora (otra vez) el escandalo se habrá visto subvencionada por alcalde (catalanista) de Barcelona para su traducción al catalán por una cuantía de diez mil euros, diez mil. “Mirad bien esta, cifra porque no la volveréis a ver”, decía el primer ministro (ultra) de la Restauración en Francia -Villèle- a los miembros de la Cámara (francesa) de los Pares, con motivo de la aprobación del presupuesto que se conoció como el “del billón (francés) de los emigrados” (“le Millard des émigrés”) Y otro tanto podrían decir traductores profesionales del francés al castellano/español y viceversa.

¡Diez mil euros por una traducción al catalán! A falta de lectores, subvenciones, la regla mágica de la sobrevivencia –a base de balones de oxígeno- del habla catalana. A costa de la asfixia lenta y calculada y planificada del castellano/español o del español/castellano en Cataluña. No entre en el fondo histórico de la novela que tampoco me he leído aunque si sinopsis y glosas y comentarios por cuenta suya. La guerra de Sucesión española –y europea- pertenece al pasado. Historia muerta y más aún en la versión de los vencidos. Y memoria muerta a la vez, en una inmensa mayoría, que se trata de resucitar, léase de reconstituir artificialmente. Nos educaron a muchas generaciones de españoles en una versión de aquella efemérides histórica que por paradójico que parecer pueda coincidía grossso modo con la que defienden los catalanistas. Los buenos eran los vencidos–partidarios de la casa de Austria frente a los Borbones (franceses)- de aquella guerra europea que en lo que a España se refiere cobro todos los visos y los trazos de una guerra civil entre españoles.

Y puestos a rizar el rizo y a recoger el guante del desafío que este asunto les plantea a los funcionarios y responsables en materia de política cultural, tanto del ministerio como de los Cervantes y embajadas españolas en el extranjero, yo propondría –como parece ahora estar proponiendo el ministro- que el libro se presente y se comente en la versión original en la que la escribió su autor, porque es ahí –como ya vengo (pacientemente) explicando en estos artículos desde hace un buen rato-, es ahí donde se decide y se dirime el reto catalanismo separatista

2 comentarios:

julio sanz dijo...

Curiosamente has coincidido en el tema elegido...con escritores como Pio Moa y Antonio Parra...
Yo por mi psarte, hace años he constatado la lamentable proliferación en las camisas y camisetas de mujeres y hombres jóvenes que lucen frases supustamente pícaras y procases---por supuesto REDACTADAS EN IDIOMA INGLÉS... ESto es parte de la colonización idiomática... en perjuicio de la lengua hispana.

http://yrania.wordpress.com/2014/09/16/espana-colonizada/

http://europa89.wordpress.com/2014/09/16/espana-colonizada-por-el-idioma-ingles/

Juan Fernandez Krohn dijo...

Esa es la colonización exterior, Julio. La que nos inflige el catalán en Cataluña en cambio es más aviesa e insidiosa y perniciosa y peligrosa. El inglés desfigura y llena de impurezas la lengua madre española, el catalán la tiene condenada a muerte (en secreto) en cambio. Esa es la diferencia. Saludos