miércoles, marzo 26, 2014

PREFIERO LA INJUSTICIA AL DESORDEN

Francisco Rabal en una escena del film "Goya en Burdeos" en el papel del pintor ya mayor, en su exilio francés. "Esculpió -escribió de él el escritor fascista francés Drieu La Rochelle- un bajorrelieve de los sufrimientos que infligió a su pueblo la invasion napoléónica, comparable a los panfletos de Burke o al Discurso de Fichte a la Nacion Alemana, pero era cómplice intelectual de los invasores y aunque su propio rey le perdonó, prefirió acabar su vida con ellos" Una glosa (en francés) inmejorable del drama íntimo de los afrancesados españoles. Prefirieron la injusticia al desorden. El Orden ilustrado que les traía Napoleòn al desorden de la insurrección oscurantista y reaccionaria...y patriótica
Me ha llegado una réplica a lo que escribi ayer al pie de una de las fotos de las que hago acompañar mis articulos y que se merece respuesta por el tema, tan crucial, en sí y por tratarse de un buen amigo mio.

Los duendes -como dicen en Flandes- se habrán puesto en danza en la mente (¡ay dolor!) de mi amigo tras mi alusión en tono reprobador al pasaje evangélico que habra servido a lo largo de los siglos de paradigma textual inmejorable de la santa/indignacion erigida en virtud evangelica y es el de los mercaderes del templo -eran mercaderes, nota bene, no consta en el relato evangélico que fueran usureros o prestamistas simoníacos (...)- que Jesús echa a latigazos derribando sus mesas por el suelo, acusándoles de haber convertido la casa de su padre en una casa de ladrones (...)

He estado concienzudamente buscando en el Anti-Cristo de Nietzsche una referencia a ese versículo evangelico (crucial) que me esperaba encontrar lo confieso, en un lugar textual bien preciso de su obra, y es en una lista de pasajes biblicos que le merecen a Nietzsche un pase en revista critico y reprobador en esa obra polémica (apartado 45) 

Decepcionando mis esperanzas no obstante, no lo he encontrado, lo confieso, pero bueno tampoco hay que ser más papista que el papa y más nietzscheano que el propio Nietzsche ni tomar como (nueva) palabra del evangelio todo lo que él dice. La letra mata y el espiritu vivifica, reza igualmente además otro texto del nuevo testamento, que debio inspirar sin duda no poco al filósofo del Superhombre (hijo, nieto y biznieto y tataranieto de pastores protestantes)
Este libro editado por los amigos de Dominique Venner -que se suicidó el año pasado en Notre Dame- y obra de un autor racionalista francés, francmasón de derechas (en su juventud al menos) y partidario y colaborador estrecho del Mariscal Petain y del régimen de Vichy que me leí (de un tirón) en Bélgica a poco de llegar, me marcó lo reconozco. Y me ayudó no poco a cambiar de religion: de una religión de la justicia y de la caridad universales -e indignadas llegado el caso y democráticas- a una religión del Orden con mayúsculas que es la que hoy profeso. Y espero que mis amigos -y camaradas- me comprendan -y la respeten- aunque no la compartan
Y aunque alguno acabase sacándome a relucir algún texto del filósofo alemán que me contradiga en lo que aqui dejar sentado pretendo, está claro que lo que prevalence de ese texto polémico y a la vez tardío y como tal más importante y significativo en el conjunto de la obra del filosofo, es su rechazo categórico y global de los evangelios (canónicos) y del conjunto del Nuevo tTestamento (inclusive las epístolas de san/pablo por cierto) Culpable de polucion mental, y espiritual, le parece a Nietzsche el Nuevo Testamento tal como y la habra heredado la civilizacion occidental de dos mil anos de cristianimso.

De sucio y de suciedad mental y espiritual lo trata, y de ahí a la figura de la epidemia (indignada) -que yo me permiti usar en mi entrada de ayer de mi blog, hay solo un pequeño trecho todos aqui estaran de acuerdo.

Una epidemia de peste espiritual e ideológica, si, es lo que me parecio desde sus inicios el movimiento del 15-M y de los indignados que sique dando coletazos y boqueadas tres años depués como se puso el sabado de nuevo de manifesto.

Lo dije y lo mantengo. Más que eso, me arrogo el privilegio de haber sido de los pocos en denunciarlo y el verlo asi, y en destapar a la luz del dia ese aspecto de sordidez y de contaminacion y de desorden en un sentido profundo del termino de la movida aquella, y que gracias a mi -que se piense lo que se quiera- y a otros cuantos espiritus clarividentes (y estoicos) que supieron dar el grito de alarma al tiempo -lo que nadie supo dar en otro fenomeno similar por tantos conceptos, el del mayo del 68 en su version española que marcó mis años de Universidad como aqui ya todos o casi todos saben-, hoy no pasan de simples rescoldos de un montón de cenizas por mucho ruido que armen o sigan amenazando con liarla parda, y se pongan como se pongan.

Y el principal efecto de revulsivo me lo produjo tal vez la atonia que se notó cuando surgió aquello en medios e instancias que habrían tenido de oficio como quien dice el levantar la voz y no sólo no lo hiceron sino que se prestaron incluso en ocasiones a cacarear las consignas indignadas aventando asi las miasmas que despedian y a darles toda la coba incluso posible e imaginable, y me estoy refiriendo en concreto a las instancias eclesiasticas de la iglesia española que por lo visto reservan exclusivamente sus tonos de denuncia y sus filpicas a ciertas cuestiones -el aborto, los desahucios- como si se tratase de pura monomanía (u obsesión) en ellos.
La carga de los mamelucos -y la reacción del pueblo (y del populacho)- al final de la Calle Mayor junto al Palacio Real, inmortalizada en el cuadro de Goya célébre. El liberalismo español viene de ahí, la Pepa -antepasada/ilustre de la constitución vende/patrias del 78 que padecemos- viene de ahí. Y no es de extrañar si el partido comunista durante la guerra civil hizo de la guerra de la Independencia, leitmotif principal de sus campañas de propaganda. Asumir nuestra historia en bloque (como Napoleón), sí por cierto, pero por eso tenemos más derecho que otros a examinarla con una visión critica
Algunos incluso, tras la acampada celebre del sábado que siguio a la erupcion de la movida aquella -en mayo del 2011- que se ganó las primeras planas de los medios del mundo entero y tal vez por eso, hablaron de un Nuevo Pentecostes (¡cierto, y no exagero!)

Y el tufo a patio de prisión que soltaban ya  a mil leguas los quince/emes -al núcleo de irreductibles me refiero- les debían parecer a esos entusiastas por lo que se ve aromas celestiales o poco menos. ¡Para un viaje así no necesitabamos alforjas querido Sancho, de verdad que no, caro escudero!

 ¿Hay que indignarse por el espectáculo de los desahucios en lo que tiene a veces de desgarrador y de inhumano...en apariencia? La compasión es libre, como el perdón. Ya lo tengo aqui declarado no sé cuantas veces. Más indignantes lo son los escraches, desde luego que nos buscaron la ruina en América nota bene -en Argentina-  aunque aqui pocos lo sepan. Más indignante lo es la manipulacion y utilizacion de esa compasión con fines partidistas y suversivos.

Subversión, una palabra tabú, con mala prensa sin duda por el uso y abuso que de ella se hizo en el tardofranquismo y por culpa sobre todo de fenómenos claramente subversivos que hicieron erupción en la sociedad española entonces y amenazaron y desafiaron a sus instituciones.

Simbólico por demás: los incidentes tan serios y tan sintomáticos del pasado sábado se habrán visto empañados y oscurecidos y puestos en sordina en las portadas y portales y y titulares de los medios por la muerte del primer presedente de la democracia como así ahora todos le inciensan y ensalzan, Adolfo Suárez.

Siembra vientos, recogerás tempestades. Ese es el epitafio que mejor le calza y cuadra al politico ahora desaparecido en un coro unámine de ditirambos de la clase politica y de los medios como no los tuvo nadie desde la transición política.

Tempestades de indigacion enferma y pestilente y subversiva como las que amenaza de traer de nuevo a las calles de las grandes ciudades españolas un fenomeno de terrorismo urbano que parecía en vías de erradicación en el país vasco, y de secesión indignada o de indignacion secesionista tal y como se presenta el horizonte cargado de nubes negras en Cataluña.

Eso es lo que nos deja Adolfo Suarez de herencia y de legado, él en cambio se va a la tumba con un montón de secretos sin desvelar de la transición y sus intrigas y entresijos y de sus manchas negras como el asesinato -hasta hoy no esclarecido- de líder del Frente de la Juventud, muy joven, al que me referi en anterior entrada.

Prefiero la injusticia al desorden, hoy como ayer. Una frase entre paréntesis que se vio pronunciada en unas circunstancias que en la vulgata que la perpetúa en lengua española no se explican y que muchos españoles ni se imaginan (...) La injusticia que era a la que se refería como el mal menor Goethe -una criatura del Aufklarung (las Luces alemanas) en su adolescencia y juventud- , no era culpa del Antiguo Régimen, como siempre así supusimos o pensamos,  sino de los insurrectos alemanes sublevados contra Napoleon, comparables mutatis mutandis a los españoles alzados el 2 de mayo: de ellos y de la reaccion autoritaria que provocaban, y el desorden -léase ajuste de cuentas (linchamientos en masa) arbitrarios e incontrolados- que le horripilaban era el de la insurrecion patriótica (y reaccionaria) frente al orden napoleónico (ilustrado, y "revolucionario"), la que le ocasionaba (...) La historia se muerde la cola, es cierto, a veces

Y por eso no habré dejado de indgnarme frente al desorden y el caos y la anarquia, y eso es lo que me mueve a darle la tecla en este tema. El Orden como aspiracion social e individual ineludible, como virtud personal incluso y como meta a alcanzar y a perfeccionar, de la sociedad y de la civilización brilla por su ausencia en el Nuevo Testamento, mi amigo tendrá que reconocermelo.

Como la soga en casa del ahorcado, y que nadie se escandalice, ni mis mejores amigos, ni nadie me lo tome a broma o a chacota o irreverencia. Y no es de extrañar si Nietzsche en otro de los pasajes del Anti-Cristo escribe que el único personaje que se merece respeto en los evangelios es el de Pilatos, el procurador romano.

La mano (sabia) del Imperio en Judea (y en Galilea) . Y por eso no es de extrañar que ese ideal del Orden (con mayúsculas) atrajase a brillantes reaccionarios como Goethe, y a la vez a revolucionarios conservadores o de derechas o nacional/revolucionarios, como Maurras, por aquello sin duda de que los extremos se tocan.

Y esa es la bandera que vengo levantando en esta polémica ardua y penosa por cuenta de la indignacion callejera que mantengo en mis entradas.  De la mayor prioridad y urgencia. Antes de que sea demasiado tarde

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