lunes, marzo 31, 2014

ANNE (O ANA) HIDALGO, DE CENICIENTA (¿Y SIRVIENTA?) A ALCALDESA ¡PESADILLA DE ORIUNDOS!

Judío entre los judíos, gentil entre los gentiles, predicó el judío Saulo de Tarso. Francés entre los franceses, eso el de la foto ya lo consiguió. ¿Español también entre españoles...en Cataluña? Eso es sin duda mucho pedirle a este oriundo, hijo de nacionalista catalán, que acaba de ser nombrado jefe del gobierno francés, mientras que las nubes negras no hacen más que acumularse en el cielo de Cataluña -y de toda España- a unos meses escasos de la consulta de auto/determinación secesionígena con la que amenaza la Generalitat separatista
Voy a hacerme abuchear aquí de algunos con esta entrada, mucho me temo, ¿Qué le vamos a hacer? No veo mejor forma como sea de combatir los fantasmas que empezaron a danzarme ayer noche por dentro más que sacándolos a relucir, y me estoy refiriendo al malestar innegable que me entró para que lo voy a negar desde que se confirmó la noticia -ya tarde por la noche- del triunfo insólito en las elecciones de ayer de la candidata socialista a la alcaldía de Paris, Anne (Ana en español) Hidalgo, nacida en la localidad gaditana de San Fernando.

Una oriunda ante/el/altísimo (en francés periodístico) y de izquierdas como si acaso se precisase decir. Aquí ya vengo ocupándome hace un rato casi un artículo sí y otro también, es verdad, de las secuelas múltiples de nuestra derrota mundial en el 45, de resultas de la derrota de la Alemania nazi y del desenlace de la Segunda Guerra Mundial y una de ellas tal vez la que más hueso duro de roer (durante décadas) me habrá dado hasta el punto que se puede decir que solo hace poco y a la luz precisamente de ese dato o hito histórico crucial que también solo hace poco terminé por adquirir -o por asumir-, conseguí captar de una forma cabal, lo sería sin duda el de la emigración española de los cincuenta y de los sesenta por cima de los Pirineos en un fenómeno no poco concomitante con el exilio republicano tras el final de la guerra civil.

Como lo ilustra el caso que nos ocupa de una emigrante en Francia hija de emigrante y nieta a su vez de un exiliado republicano de la guerra civil que se refugió en Francia por los Pirineos (como ellas misma lo contaría a la prensa española) al final de la guerra y volvió -engatusado (así ella lo contaba también) por las promesas y seguridades que algunos le daban, fue condenado a muerte (dice) por los tribunales y al final por lo que fuera -y gracias a quien fuera- evito la muerte y una vez en libertad se volvió a marchar y acabó por lo que se ve arrastrando más tarde a su familia tras de él por las rutas esta vez no del exilio sino de la emigración económica que en el caso español -tan atípico por culpa precisamente de la guerra civil- no fue tal, o no fue del todo así, no una emigración/económica como las otras quiero decir, por mucho que asi se la quiera presentar.

Jean Claude Pérez, médico en ejercicio del barrio europeo de Bab-el-Oued de Argel y uno de los fundadores y jefes de la OAS durante la guerra de Argelia. De origen español y probablemente también de orígenes familiares republicanos de los que nunca se sintió, como fuera, en la necesidad de hacer ostentación, abrazó como la inmensa mayoría de los pied-noirs de origen español la causa de la Argelia francesa. Un exponente emblemático de los "otros" oriundo/españoles en Francia. Franceses "honoris causa" ¿Se puede decir lo mismo de otros oriundos?
Me sentó a rabiar la noticia de su triunfo electoral, lo confieso, aposté a fondo -por amor al arte por cierto- por la otra, la que no tenía nada de española - ni en la fisonomía ni el aspecto exterior tan siquiera- , ministro de Sarkozy y para completar el cuadro, de ascendencia judía (dicen) además, pero ni por esas, pudieron más las vísceras en mí, las cosas claras y el chocolate espeso.

Es visceral en mí, no solo ideológico, es cierto, esa aversión, esa alergia que me produce de que empecé a tomarla el pulso y la temperatura de cerca -del otro lado de los Pirineos- a ese fenómeno de no pequeña envergadura hay que reconocerlo del ascenso social y político a la vez de los oriundos en la sociedad francesa de las últimas décadas, en el mundo del espectáculo -del espectáculo musical como del espectáculo deportivo-, y también e del primer plano de la palestra política y de la mas rabiosa actualidad, como ahora ocurre.

Sánchez, García, y otros nombres hispanos no menos típicos empezaron a desfilar por la pantalla del cine francés de hace ya un buen rato, en papeles cómicos por lo general que maldita la gracia que me hacían, lo vuelvo a confesar, y a fe mía que no creo que se me pueda acusar de insensible al humor francés (en cualquiera de sus formas) El futbol tampoco se quedaría inmune al fenómeno como lo ilustra el caso de Zinedine Zidane, de su esposa -oriunda de Almería, crecida en Francia- que me diga, un caso particularmente emblemático del fenómeno que aquí abordo, al que dediqué una entrada de las que más visitantes me habrán valido desde que empecé a darle regularmente a la tecla en la red, en blogs me refiero de cierta difusion. Por las razones que fuera.

Y ese glamour de prestado (francés para ser exactos) esa sonrisa tan dentífrica y tan mediática que exhibe ahora ante las cámaras y en primer plano de los medios esta emigrante e hija de emigrantes que optó por hacer política en un país que no era el suyo (de origen) y que como tal lo quiera o no arrastra tras suyo la sombra de sospecha que acompañe fatalmente al renegado al expatriado total, a fe mía que no consigue hacer borrar en mi -y sin duda tampoco en otros muchos como yo- esa marca (irredenta) de origen de la subalterna -de las sirvientas o porteras/conserjes de franceses ricos- que es la imagen tan anclada en la sociedad francesa de la emigración, y en particular de las emigrantes españolas en Paris y en resto de Francia.
Instantánea del entierro de Jorge Semprún, a las afueras de París (junio del 2011) Las cosas claras y el chocolate espeso. El final consecuente de un rojo español como así se definió siempre, desde que se oyó tratar así, siempre en señal de rechazo y de desprecio, en Francia en los inicios de sus años de exilio. Rojo/español sí por cierto, como una especie aparte, o una minoría étnica, del bando de los vencedores de la segunda guerra mundial en la que no disparó ni un tiro y se portó en cambio de maravilla de obediente, preso de los alemanes que debieron tratarle con paños calientes (por si tenía que ayudarles después a tirar a Franco sin duda alguna) ¿Español a secas también? Desde luego no lo demostró, ni en su vida ni en su muerte, este vástago de una familia bien madrileña, nieto de Antonio Maura, e hijo de un ilustre/miembro de la Institución Libre de Enseñanza -un respeto-, que despreciaba a la España del franquismo por falta de clase y de sentido de la modernidad (y de europeísmo) y que por lo que se ve encontró una nueva aristocracia en el PC de la Pasionaria y de las tortilladas en la Casa de Campo del tardofranquismo. Lo fue, sí, de niño y adolescente, y después dejó de serlo como tantos oriundos
¿Puro sectarismo ideológico en mí, de clase incluso? De respuesta a un sectarismo de signo contrario aunque solo fuera, a fe mía que ya se podría justificar, pero tampoco lo intento ni pienso que sea preciso. Y lo prueba otro fenómeno todo menos trivial y es el de otro tipo de presencia hispana de oriundos en la sociedad y en la política frances que no me inspira ea alergia, esa aversión, y me estoy refiriendo a los oriundos "pied-noirs" de origen español -léase franceses de Argelia- y de pasado republicano muchos de ellos que abrazaron en su inmensa mayoría la causa de Argelia francesa y que siguieron la suerte del resto de los pied-noirs, perdedores de la guerra de Argelia, por las rutas de exilio que les acabarían llevando a Francia a casi todos ellos aunque pasando en no pocos casos por una etapa de paso en la Península, refugiados mayormente en las costas del Levante español. Pero esos oriundos no eran como lo otros, se me podría argüir, y es cierto. Como los emigrantes españoles de los cincuenta y de los sesenta -los que allí se quedaron al menos y dejaron descendencia- no fueron unos emigrantes tampoco cualesquiera.

No hay mal que por bien no venga, decía el Caudillo no obstante (así dicen que dijo al menos cuando la muerte de Carrero) Y a fe mía que ese fenómeno insólito que viene a ilustrar ahora de forma más emblemática imposible el triunfo en solitario ayer, en Paris de una de las raras candidaturas de izquierda (y socialista) que habrá conseguido salir a flote en las elecciones de ayer, como la excepción que confirma la regla del debacle electoral de la izquierda y del revés mayor que representa para el propio presidente de la republica que es el del ascenso irresistible en suma de oriundos del mayor brillo y rutilancia en la clase política francesa y en particular en el partido en el poder, no consigue menos poner de relieve esa secuela prototípica en extremo de un signo guerracivilista indiscutible y no menos estrechamente relacionada con el desenlace de la II Guerra Mundial a la que me referí al comienzo de este artículo, que tan directamente nos atañe a los españoles -por más que muchos optaran de antiguo por la táctica del avestruz en el tema- y que no deja de escocernos en lo más vivo y en lo más hondo a españoles que residimos fuera con un mínimo de sentido de patriotismo y de fidelidad a las propias raíces y de un deber ineludible de memoria que se tenga.

Está claro como sea que si una de las partes beligerantes en un contencioso cualquiera se empecina en no olvidar y en recordar y en resucitar incluso recuerdos muertos y enterrados, no hace más que incitar a no olvidar a la otra parte. Y prueba también lo que aquí defiendo la militancia política de derechas o de extrema derecha de muchos pied-noirs oriundos -antiguos de la OAS- que no enarbolaron nunca pese al pasado familiar republicano muchos de ellos, ese guerracivilismo de bandera de combate o de hacha de guerra.

La militancia de izquierdas de un oriundo español en Francia en cambio no deja de revestirse de un sesgo guerracivilista indiscutible e inconfundible, por mucho que la disimulen o que lo maquillen en sus declaraciones y en la imagen que no dejan de cultivar con esmero y en su actuación y en sus apariciones públicas. Aunque la mona se vista de sea, mona se queda. Y no resulta nada anodino el reproche que le echó en cara -de sectarismo- a la nueva alcaldesa la candidata rival durante la campaña electoral reciente.

Un sectarismo que en el caso que nos ocupa no deja de ser sintomático en extremo, en la medida que no se trate tampoco de un sectarismo (ideológico) -de izquierdas o de derechas- como otro cualquiera. ¿Tengo algo personal contra Anne (Ana) Hidalgo como aquí tal vez me reproche alguno? A fe mía que no la vi en persona ni coincidí nunca con ella en mi vida, en parte alguna.

Pero está claro que si se sigue empeñando como hizo hasta hoy en llevar su pasado familiar (guerracivilista) por montera, bien a la vista en su pidigree, en su curriculum y en sus declaraciones públicas -en particular a los medios españoles- no conseguirá transmitir entre muchos españoles esa sonrisa tan francesa y tan fotogénica que siempre ostenta, como si aquella se viera travestida o disfrazada o desfigurada a los ojos de muchos -como en mi caso- por el disfraz (o uniforme) político e ideológico, del que se ve revestida, como de una segunda natura.

Y no conseguirá hacer olvidar sus orígenes de clase en muchos tampoco. ¿Por qué ella no y si en cambio tantos otros, de generaciones no más jóvenes que las suya? De españoles y de extranjeros en España y fuera de ella, aquí en Bélgica y sé de qué hablo -y lo podría probar- a fe mía (...) Como si llevara ese estigma de por vida. Por culpa suya y no más que suya. Anne (o Ana) Hidalgo, de cenicienta (¿y sirvienta?) a alcaldesa. Un sueño de oriundo/españoles ¡Pesadilla de los que no lo somos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Choisi par Israël: Manuel Valls, un juif-sioniste et agent du Mossad dirigera le nouveau vieux gouvernement de la "France"!!
(Más información aqui:
https://www.facebook.com/nanna.nepsdottir.3

Sur cette photo: Anne Hidalgo, candidate PS à la mairie de Paris, entourée de deux représentants du B'nai B'rith, Serge Dahan, président de la branche française (à droite) et Aris Hauptschein, président de la section Île-de-France (à gauche).
Avant les élections municipales en France il importe de savoir que les deux candidats en lice pour la mairie de Paris, Anne Hidalgo et Nathalie Kosciusco-Morizet, ont été d'abord convoquées à visiter Israël et à passer le fameux "traditionel" examen de loyauté devant l'organisation politique israélienne juive "Bnaï Brith" en vue de montrer "patte blanche" au lobby juif israélien

Juan Fernandez Krohn dijo...

Gracias por tu mensaje. Te respondo en español para mejor comprensión de mis lectores que no entiendan el francés. Tienes razón. Una formalidad de tránsito obligatoria -en francés "rite de passage"- el espaldarazo judío para la clase política francesa -a izquierdas como a derechas- igual que para la española. Un cordial saludo