jueves, marzo 06, 2014

¿LAVAPIES TIERRA EXTRANJERA? GUETO HOY ROJO AYER

¡Lo nunca visto! Una entrevista en un programa de gran audiencia a una figura tan incorrecta como Marine Le Pen en una cadena de televisión española. Signo de los tiempos. Y también del cambio de los vientos. Y según todos lo indicios la intervención de la francesa -que entiende perfectamente y habla español, una baza que supo utilizar en su entrevista en directo- tuvo un gran impacto en terminos de opinión pública. ¿Están a punto los del PSOE de vender (otra vez) su alma al diablo, como lo hicieron tras la muerte de Franco, por aquello de que los amigos de mis amigos (como lo fue Mitterrand) son también mis amigos? ¡Vivir para ver fantasma mios

Lavapiés no es un barrio cualquiera, más bien de los más calientes de Madrid (y de toda España), por su caracter "multicultural" para comenzar -por emplear el púdico eufemismo que acaba de emplear la Delegacion de Gobierno (de Cristina Cifuentes)- o en otros terminos por haberse convertido en las últimas décadas en una especie de ensalada sociologica, no propiamente un crisol (o "melting pot") -o todavia no (y toco madera)- de gentes y colectivos de los orígenes y nacionalidades mas diversos y variopintos . Reducto, en otro terminos, el más o de los más poblados de toda España, de inmigración no europea.

Cuando andaba en la universidad -finales de los sesenta principios de los setenta- frecuenté una temporada con mis antiguos camaradas del FES un local de la Guardia de Franco situado en la misma plaza de Lavapiés justo enfrente de la salida del metro en el que -con el visto bueno del Lugarteniente del distrito- se nos dejaba hacer reuniones y editar incluso una publicación en ciclostil de las de entonces. O tempora o mores! Lavapies no obstante fue y sigue siendo un barrio caliente sobre todo por su alta temperatura histórica tanto en el plano de la historia como en de la memoria (historica)

Junto a la glorieta de Lavapiés estaba situado antes de la guerra el Real Colegio de las Escuelas Pías de San Fernando -traladado tras la guerra a Arguelles, calle de Donoso Cortes donde cursó todos sus estudios de primaria y de bachillerato el autor de estas lineas- que ardió en los primeros momentos del Alzamiento acusados sus ocupantes de haber dado refugio a falangistas y pacos francotiradores que disparaban desde el edificio.
Jean Marie Le Pen en una foto de 1972, el año de la fundacion del Frente Nacional, cuando yo empecé -ya un poco tarde para mi, a punto de irme a Ecône (...)- a oir hablar de él. Y hablé con él hace dos años al final de la conferencia de prensa de su hija en la sede de su partido en Nanterre (abril del 2012) , a la que asistió al fondo de la sala. Y estuvo conmigo amable y deferente incluso. ¿Sabia con quien estaba hablando? Indicios que no mienten me hacen pensar que sí (...) Evocó a Blas Piñar -"le notaire"-en la breve conversación que mantuvimos, entre sus conocidos españoles. ¿Comparaciones odiosa? Digamos que el francés por lo menos no habrá compartido el fracaso, tan polvoriento, del toledano(...)
A saber lo que hubo de cierto, aparte del estado lamentable en el que quedarian su interior y sus fachadas pasto de las llamas. Y tras la transicion y en las ultimas decadas sobre todo aquel barrio tan castizo acabaría convertido en un bastión de la izquierda y sus plazas y calles en una especie de coto cerrado -a la hora de manfiestarse o de organizar actos de protesta- de movimientos de extrema izquierda, últimamente sobre todo anarquistas y grupos anti-sistema.

Y el barrio vuelve ahora al candelero al calor de los incidentes de los últimos dias en nuestras plazas africanas de Ceuta y de Melilla y de la situacion que viene alli créandose a pasos agigantados de preocupante y amenazando explosion social de un momento a otro por las avalanchas sucesivas, en aluvión, de immigrantes subsaharianos teledirigidos y manipulados por bandas organizada del otro lado de la frontera con Marruecos.

¿"Barrio multicultural" Lavapiés? Cabe seriamente preguntarse desde luego si no esté convertido mas bien en una especie de puerto/franco o de tierra de nadie o ciudad sin ley que de una manera u otra otra escapen -tanto el barrio como sus habitantes- al ámbito territorial de aplicación de la las leyes del conjunto de nuestro ordenamiento juridico, de fuerza vinculante en todo el territori nacional rural o urbano y en todos los demas ciudadanos, sin excepciones ninguna

Queda claro en lo sucesivo como sea que hay determinados grupos o partidos (de existencia perfectamente legal) que tienen prohibido allí terminantemente el manifestarse. De cualquier forma, el problema creado en Ceuta y en Melilla trae ahora de nuevo la problemática de la inmigración al primer plan de la actualidad como lo ilustra la entrevista de una cadena de television española -¡lo nunca visto hasta hoy!- a la presidenta del Frente Nacional francés, Marine Le Pen que los sondeos dan como probable ganadora en su pais -el mes de mayo proximo- de las elecciones europeas. La presentadora española se le tiró a degüello desde luego y Marine Le Pen salió a fe mia de lo mas airosa.

Con lo cual -dira aqui algun alma maliciosa- se pone una vez de manifiesto la debilidad que el autor de este blog experimenta por la politica francesa mencionada. Lo que (hasta cierto punto) asumo por supuesto. Conozco personalmente a Marine Le Pen, aqui todos ya lo saben, de una intervencion que tuve va hacer ahora dos años en la conferencia internacional de prensa en la sede de su partido en Nanterre (como ya lo conté en mi blog anterior de periodista Digital) Y lo digo y lo vuelvo a repetir y a recordar ahora en la previsión que van a salirle un sinfín de émulos y de admiradores (y admiradoras) entre españoles si sus perpectivas de exito electoral se confirman
El patio del Cuartel de la Montaña en la tarde del 19 de Julio del 36. Una estampa que mi difunto padre que vivía a dos pasos del cuartel llevaría toda su vida bien grabada en la retina. El fracaso del Alzamiento en Madrid fue una de las mayores tragedias si no la mayor de la guerra civil española. Por el corolario del Terror que se seguiria sobre todo. Y ese Madrid de zona roja es el que tendería a resurgir en la posguerra junto con la memoria de los vencidos, como otra secuela fatal mas de nuestra derrota en el 45. En unos barrios tal vez mas que en otros. Lavapiés -gueto hoy, rojo entonces-, tal vez el caso más elocuente y más emblematico de todos
No estoy siempre de acuerdo con todos sus planteamientos, aunque tomas de posicion suya recientes me habran merecido un aplauso sin reseervas, ya sea en el tema del aobrto -de actualidad candente también en francia por culpa del proyecto de ley de nuestro ministro de justicia-, en el de la crisis en Ucrania. En éste no obstante del feonomeno migtratorio no creo sinceramenbte que se le puedan poner muchos peros. Solidaridad, le echaba a la cara -como si fuera un muerto, de los del Estrecho- la periodista, y a fe mia que a mi me ocurre con esa palabra -desde los tiempos de la Universitaria madrileña cuando tantos la tenian en permanencia en la boca en tono partidista y belicoso y beligerante (y subversivo) por supuesto-como le ocurria al viejo carlista aquél con la palabra libertad, que atrancaba la puerta de su casa nada mas oirla.

Y tal vez en parte por ese espectáculo tan flagrante -y por la experiencia en propia carne a la vez- que se me habra infligido de falta de solidaridad de mis propios comptriotas -de la comunidad emigrante en Bélgica- los años largos ya que que llevo aqui viviendo, donde me vi repetidas veces puesto en la picota de los medios y también mas de una vez en banquillo de los acusados, de forma injusta. Ni por esas.

Ni uno solo (prácticamente) de los compatriotas aqui residentes de origen emigrante -de los que vinieron de España o de los aqui nacidos- dijo nunca ni pío o levanto un dedo en mi defensa siquiera. Como si no fuera con ellos, como si no fuera uno de los suyos. El mandamiento politicamente tan correcto de la solidaridad, producto o sub/producto -cabe deducir en pura lógica- del ideal de fraternidad de la revolución francesa, que tan apremiantemente nos recuerdan algunos ahora se ve traducido sin pena en la mente de muchos entre los que me encuentro, por una solidaridad no sólo entre compatriotas -me refiero a la hora de enfrentar el reto supremo con la propia ntegridad territorial en juego, y hasta nuestra propia identidad colectiva- sino también con los demas pueblos y naciones de Europa, lo que explica sin duda que sin verme atenazado por sentimiento o complejo alguno de culpa me sintiera ahora mucho más cerca durante la entrevista a la que aqui aludo de la político francesa que de su contrincante directa, la joven periodista española, tan agresiva y tan "correcta".
Cuando me detuvieron el 16 de mayo del 2000 delante del Palacio Real de Bruselas el impacto en los medios fue sin duda considerablemente más reducido geográficamente hablando que cuando me detuvieron en Fátima (en mayo del 82) que tuvo un impacto mundial sin duda alguna. No es óbice que a nivel de ciertos paises como España, Portugal y Bélgica e incluso Francia e Italia -y países hispanoamericanos (como la Argentina)- el impacto no fue mucho menor desde luego. En Bruselas, delante del Palacio Real se encontraban unos setenta periodistas españoles cubriendo la visita del rey Juan Carlos, y en los medios de los euro/funcionario españoles, testigos presenciales (belgas) me aseguraron que mi gesto produjo una verdadera explosión de furor entre ellos (...) Estupor también -por lo que los medios belgas dieron a entender- en el colectivo de los emigrantes españoles, en los bares de Bruselas que frecuentaban (con la televisión pasando cada cinco miinutos las mismas escenas de mi detención) por ejemplo (...)  Y por supuesto ni el menor signo de solidaridad ni en unos ni en otros, ni en el momento, ni en todo el tiempo -casi tres meses y medio (todo el verano)- que estuve (preventivamente) detenido en Bruselas. Una sola excepción (honorable), de una joven colaboradora del Sol de Bélgica (hoy ya hace mucho desaparecido) que se preguntaba tímidamente en su artículo si los treinta años de cárcel (treinta) que pidió para mí en un principio la justicia belga no eran un poco demasiado (...) Un caso atipico no obstante, ajena como lo era a uno y a otro colectivo (De solidaridad habla ahora Ana Pastor con los emigrantes. ¡Como quien oye llover, no me digan!)
Y también el que los años que llevo en Bélgica me sintiera más cerca de los belgas (mucho más) -aunque a alguno les suene a blasfemia- que del colectivo español emigrante en su conjunto. Que a fin de cuentas entre una memoria beligerante de guerra civil como la mayoria de aquellos no dejaron nunca de mostrarme a las primeras de cambio y otra memoria tal vez no menos beligerante -de las guerras de religión- pero mucho más antigua (y de unas sangres por asi decir mucho más resecas) como la que arrastran de forma mas o menos subliminal o subconsciente los belgas en relacion con nosotros, me parecia perfectamente posible el escoger (como lo hice practicamente siempre) sin que sintiera en modo alguno estar renegando de mis raíces ni negándome a mi mismo, y me refiero a mi identidad tanto individual como colectiva.

Mucho más cercano desde luego de unos belgas europeos como yo, que eran víctimas -como lo venimos siendo últimamente los españoles casi en igual medida- del fenómeno de la invasión silenciosa (o la invasión a secas) frente a unos emigrante/españoles como yo les llamé (de forma polémica es cierto) que se mostraban sistematicamente solidarios (como la periodista que evoqué más arriba) -¡y en nombre del anti-racismo, para mas inri!- de los emigrantes no/europeos, y a la vez, por vía de consecuencia, perfectamente insolidarios y desagradecidos con el país que les habia dado (tan generosamente) acogida unos quince o veinte años antes (...)

Que esa fue la actitud invariable que observé siempre en aquellos...hasta los atentado nota bene del 11 de marzo cuando se produjeron cambios tan importantes como irrevesibles sin duda de un lado como de otro -del de los belgas como del de los españoles/oriundos- en el plano de la conciencia (y de la memoria) colectiva.

En España por desgracia parece que no se haya producido todavía esa toma de conciencia de europeos que somos. Con la marabunta ya a las puertas (en Ceuta y Melilla) ¿Cabe decir que sea ya demasiado tarde? ¡Los dioses no lo quieran!

2 comentarios:

restituto dijo...

Sobre el tema de la emigración subsahariana voy a soltar una boutade. Hace unos años un Coronel de Infantería allí destinado declaró a la prensa que en general eran buenos chicos y podían ser unos excelentes legionarios, por lo que a parte de esos caballeros se les podría buscar esa salida en ese sentido.

Digo yo que pudiendo ser buenos legionarios, aunque la Legión originaria no se basaba en el patriotismo, sino como ocurre aún ahora con la francesa en el espíritu de cuerpo ("Legio Patria Nostra"), podrían establecerse cupos de esa procedencia para repoblar Vascongadas y Navarra, pues serían más nacionalizables que gran parte de los oriundos de aquellas regiones, con los que creo que se está cometiendo un error al denegarles sus deseos de no ser españoles, lo que podría solucionarse, dándoles satisfacción desposeyéndolos de la nacionalidad española.

Juan Fernandez Krohn dijo...

Yo en principio no me opongo Restituto. Con tal no obstante de que no nos volviera a ocurrir lo que nos ocurrió en Cuba. Que se acaben volviendo -o les acaban volviendo (como asi ocurrió)- contra nosotros. No olvides que desciendo de españoles de alli, repatriados en el 98.

Y me pregunto si los que vienen -francófonos parece, todos o casi todos- no pertenecen a las etnias que llevamos allí, la yoruba de Nigeria y países limítrofes (Benin y Togo entre ellos), los wolof del Senegal y los mandinga (o mandé) repartidos en varios países del Africa del Oeste. Y otras muchas aunque numéricamente menos imprtantes.

Maceo el padre de la independencia cubana era un mulato como lo era Batista, más de derechas (apoyó incluso a Franco durante nuestra guerra civil) que el gallego Fidel (...)


¿Un batustán en el País Vasco? ¿Por qué no, Restituto? ¡Más madera que es la guerra! Un abrazo