viernes, mayo 27, 2022

Diosa de Sal

 

 


De pronto oigo otra vez la Voz

"párate, a dónde vas, Juan?"

como la oí ya tantas veces

sin rumbo fijo (en alta mar)


un poeta/vagabundo

así me vi de verdad

en la vida y obra de aquél

que escribía para no llorar


y oteaba el mundo al trote

en busca de un sitio, no más,

de una vía, de un camino

en pos de un sueño inmortal,


que en poesia/filosófica 

acertó con todo a plasmar,

y en su vida y en su obra

nos legó un espejo impar


que sólo descubro yo ahora

y me veo como lo fue él (igual!)

devoto de una religión

de Amor, de "hijos del Rey" ("le Roi!")


de una Raza de elegidos,

la de un "sacerdocio/real",

de posesos, de devotos

de ti y tu amor, Mujer fatal.


Tú que me enseñaste el fervor,

Salve a ti, Diosa de Sal!

la Sirena que enamora

de magia y encanto (infernal!)


que me hizo pararme de golpe

hace (ay!) tantos años ya!

y me hará levantar el vuelo

para así poderla olvidar


viajando y viajando sin pausa

por cielos, por tierra (austral?)

hasta que acabe divisando

el Mar de la Tranquilidad,


o en busca entre puerto y puerto

o un aeropuerto ("terminal"),

del encuentro o el reencuentro,

que ya nunca podré olvidar


(Vivo o muerto, qué más da!)


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