viernes, diciembre 19, 2025

VICTOR MANUEL, ANA BELÉN Y EL CANTO DE LA CONCORDIA

España camisa blanca de mi esperanza

reseca historia que nos abraza.../...

.../...Navaja, barro, clavel, espada.../...


Cantando contra mí mismo. A la letra de aquella canción me refiero, gracias a ella me reencontré con España, después de años de cárcel y expatriación. Su letra me acusaba y emplazaba, pero su música me gustó y me hizo vibrar. ¿Por algo será? 

La música es cuestión de arte, NIETZSCHE en su primer libro escribió que era tragedia, cuanto más trágica, más auténtica, Víctor MANUEL viene a decir que es (sic) ideológica. Todo bien, pero a mi juicio, la música es cuestión de gustos, sobre todo la música moderna y lo digo ahora después de haber superado con energía tenacidad, esfuerzo y tesón la aversión invencible en mí como  en tantos otros, que despertaba la música clásica y eso después de haberme apuntado a un programa de conciertos semanales -de los que no me perdí ni uno- en el (Real) Conservatorio de Bruselas. Me acabó gustando (un poco) pero aquello me llevó a una conclusión a la larga arriesgada y commprometedora y fue al acabar de darme cuenta al cabo de todos esos conciertos que la musical clásica -o de cámara-, de Bach, de Vivaldi, de Taelemans, de Dumont -el de la Messe Royale-, de Cesar Franck, y antes siglos atrás, la musica polifónica (católica) de Palestrina o Cabezón (y cito de memoria a los autores representativos de ese genero o subgénero que me gustó) era como digo, una música fatalmente y sin remedio asexuada, lo que es lo mismo que decir mutilada (o manoseada, o tatuada). Música y Sexo, un binomio inseparable del que los dos polos o elementos vienen ineluctablemente a juntarse con el paso del Tiempo (señor) Y lo que aquí avanzo, no tiene desde luego nada que ver con exhibicionismo sexual, o con la pornografía. O lo que es lo mismo que decir, por lo menos para mí, Música y Poesía. Y quien dice Poesía, dice Amor, dice Belleza, dice sueños, ensoñación, del alma que vive, que gime, y que sueña, que ríe y llora, y ama y espera en una mente adulta o en el alma infantil. Que ama y espera y que cree, lo que ser creído merece (me explico), un mundo nuevo y mejor o un Tiempo ancestral y distinto, el de una Memoria de verdad (y feliz) El de una Eternidad del instante que no obstante dura tan poco "en el túnel de tus piernas, entre Córdoba y Maipú" , como canta (y reza) el cantautor. Y lo que digo acerca de creer -de creencia o sea, y de la Fe- no tiene nada que ver con la religión, el misticismo, o la devoción, por lo menos lo que esas palabras (tan manidas) daban a entender en la educación que me enseñaron, en la que crecí. Blanco y en botella (como ahora le decís) Cuestión de gustos, la música pues, y a mí el que más me gustó en música -del genero canción de autor-  española en la letra y en la canción fue -como aquí ya lo dije la de Joaquin SABINA, del que ya celebre la letra en verso de sus canciones -¡en versos de arte mayor!- y la honda emoción que me produjeron, como ningún otro cantante o cantautor, Que resume bien, recoge y representa de un modo fiel todo lo que de la música deje sentado aquí. Y lo digo a cuento de declaraciones recientes de VICTOR MANUEL, que por su interés recojo y comento aquí. Como agua sobre mojado, lo que de él leí, por otros instantes contados de estos últimos días en los que me crucé o topé con este ilustre cantante, del que todo o casi todo me separaba (o eso al menos yo creí) Y primero fue su aparición en la tertulia La Noche en 24 horas, que me impongo a diario desde hace un tiempo -por rutina y una mera cuestión de cronometría (antes de irme a dormir) a guisa ( y a fe mía que no exagero) de un rito de autoflagelación (...) Y ahí me sorprendieron los participantes en el programa y el propio cantautor. Por aquello sin duda que la que cuenta es la primera impresión. Y confieso que Víctor MANUEL me cayó bien, que su intervención me gustó. Por su naturalidad, su franqueza espontánea, y por el tono amable, apaciguador, con el que se mostró. Y con la sinceridad y serenidad desarmantes con la que entonces se confesó también, cuando contó por ejemplo -la sonrisa en los labios-, el atentado o tentativa de atentado de lo que fue víctima, a base de Goma-2 (el explosivo del 11-M del 2004)  ¿Por sus canciones, por sus declaraciones? ¡Por favor! Y confieso en fin que lo trigo aquí a colación por sus más recientes declaraciones a cuento de la cantante Rosalía y del nuevo misticismo (sic) con el que la celebran unánimes -como obedeciendo a una consigna o como un lema o motivo de Propaganda FIDE,- los medios (españoles) de la prensa . A Victor MANUEL todo eso -ese "giro católico", en versión o a ritmo de rock- le parecen milongas (como los argentinos dicen) Como a mi también. Y lo que mas le preocupa es la unanimidad  que esa joven cantante encuentra (a derechas y a izquierdas). Como a mí también, y no es cuestión de polarización y de todas esas cosas polarizantes, que Victor Manuel (como cabía esperar) suelta en su declaración. Dile al justo que todo está bien (*). Y eso es -lo bueno- lo que retengo de él. De él, y de su esposa, ANA BELÉN. No el Victor Manuel de la polarización. Sino el de la Concordia Y ¿el de las milicias que resisten bajo el No pasarán?, y ¿El del sueño eterno (que) como viene se va? No lo sé, lo que que sí sé es que me gustan, --que no me duelan prendas el reconocerlo-, a rabiar. Y con Ana BELEN, me pasa igual, me gustan sus "aires de libertad" y ¿su revuelta de doscientos estudiantes (de los años sesenta)? Un poco menos, porque yo me conté con los treinta-y-siete que sufrimos aquello (que, ay dolor! no éramos más) No importé me gustó como a ellos la Puerta de Alcalá y me enamoré como ellos de su (eterna) canción en aquellos años inciertos -mediados los ochenta- cuando salí  de la cárcel en Portugal y ya en las calles de Madrid, saboreé y aspiré la libertad recobrada -¡qué nostalgia irresistible cuando la perdí!- al ritmo y a los acordes de aquella canción. Y con su últma canción, l España blanca, me ocurre mas o menos lo mismo -por los sentimientos encontrados, y por el impacto dominante y la emoción- que anunciaron en la TVE, ¿como el himno de la Concordia,  de la Reconciliación -de la España roja y de la España azul-? No lo sé, lo que si sé es que la escuché bañado en lágrimas -en nombre o por cuenta de mi España azul. Y por todo eso, vibré. Y por todo eso, escuetamente gracias, Victor Manuel, y Ana BELÉN


España Blanca de la Esperanza (Blas de OTERO). El canto a la CONCORDIA, de VICTOR MANUEL y ANA BELEN. Así lo interpreté, y lo aprecié y lo canté yo







(*): Isaías 3:10 


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