Las ruinas de Belchite. Del asedio victorioso (24 agosto-6 septiembre 1937), que enfrentaron los nacionales en una de las más sangrientas batallas de la guerra civil. Belchite, ¿pueblo fantasma, pueblo maldito? ¡MILONGAS!. Alto lugar de la Memoria, y por vía de consecuencia, de la guerra de memorias de nuestra interminable guerra civil. Y hay que ir allí, a visitarlo, en visita de pernocta y en espiritu guerrero, de vigía y de centinela, siempre alerta, y siempre fieles a la Memoria. CUSTOS, QUID DE NOCTE? ¿Centinela, qué hay de la noche?
La Vivienda, qué problema! Como un signo de los tiempos, de un Tiempo que se fue para no volver y de otro que tarda todavía en llegar. Y entre tanto tenemos que vivir, aguantar a la intemperie o bajo techo el trance, es lo que quiero decir. Y en esa tesitura, leo una noticia en la prensa de hoy que viene a decir adiós a la casa de toda la vida (sic), y con ella a todo un modo de vida o una manera de vivir -como lo es la American way of life. Y son lo que llaman mini-casas (prefabricadas), que me hacen de golpe pensar a las casas plegables o moldeables a base de materiales elásticos y a prueba de catástrofes naturales -tsunamis, vendavales y terremotos tan frecuentes en la región- que como me cuentan ahora- en el Japón son grosso modo la regla .
Y pienso a la vez, de cuando allí estuve, en Berlín tras la caída del Muro, paseando por las calles -¿en lo que fue Berlín Este u Oeste? No lo sé- manzanas y manzanas que se veían, donde las casas, por lo bajo del techo y por lo reducido parecian y no exagero jaulas o abrigos de animales más que de seres humanos, como si la guerra (y el temor a los bombardeos hubieran dejado su huella indeleble allí. Y no parece mera casualidad que e uno y otro caso que aquí menciono se tratase de dos país figurando entre los vencidos de la II Guerra Mundial. O como si las aleas y avatares del tiempo transcurrido hubieran hecho impensable mayormente por razones de costo, la vivienda convencional. Un fenómeno como sea, inseparable de ese otro que tanto preocupa y acapara la atención de la prensa mainstream, que es el corrimiento de una franja (mayoritaria) de la juventud -en nuestros países occidentales- de lado de la ultra- o extrema-derecha. Y de qué se extrañan o escandalizan?
La vivienda o el hábitat en pareja -de a dos- es el referente omnipresente e inamovible en el horizonte de futuro y y en en el (mini) universo de sueños (juveniles) a corto plazo, y en garantía de solvencia e independencia de una buena parte de la juventud, y si eso se les rompe o resquebraja, qué de extrañar que busquen alternativas fuera de las vías o canales que les brinda u ofrece la casta dirigente (en democracia) Que esa pulsión de ruptura sea más fuerte que los lazos que les atan a una Memoria hegemónica, biempensante (u "oficial", o "democrática"), es lo que dará la clave de la evolución o desarrollo del fenómeno, y de resolución del dilema o del reto que aquél plantea a (toda) la juventud de hoy.
Y de la vivienda como habitat a las ruinas. Ruinas de nuestra historia, y de nuestras guerras, y cómo no, de nuestra guerra civil. Ruinas de BELCHITE o del ALCAZAR. Benditas las ruinas porque en ellas están el amor y la esperanza, la fe y el odio y la pasión y el entusiasmo y la lucha y el alma de los hombres" Un culto a la tierra pagano o neopagano. A la tierra de España y sus ruinas en respuesta al reto que nos plantea a todos la España vaciada


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