Fue entonces, de verdad. sí
en llegando (yo) a la Luna
en esas imágenes
espectrales, insólitas
-hoyos, piedras calcinadas!-
¡QUÉ DECEPCIÓN, MADRE MÍA!
cuando le vi las orejas
-de pronto, a la luz del día-
a ese futuro distópico
que me hurtaba la penumbra
en la que viví (¿hoy aún?)
que me meció en mi vida
Un futuro en el desierto
y en la soledad absoluta
cruzándome fantasmas
y sombras (¡las muy huidizas!)
Por todo eso y mucho más
me cuesta Dios y ayuda
el encarar un mañana
sin nubes y sin fatiga.
Cuando se cumplan los tiempos
y llegue la hora (¡Albricias!)
de reencontrarnos Tú y Yo,
que será nuestro Gran Día
que no te esperabas ya Tú
y que Yo, suave cual hormiga
preparé sin pausa hasta hoy
Arriba las almas ¡VIVA!
Nacidas para encontrarse
¿en nuestro último tranvía?
Y eso redobla mis fuerzas,
le da sentido a mi vida
sin rumbo, ni meta, ni luz
al cabo de mis desdichas
Que todo lo que te dije
era cierto amor, no mentía
Y no me creíste, oh no!
y yo amor, así lo sentía
Que cuando tratamos de ellas
JUSTO AL REVÉS, (¿MENTIRA)
de lo que se piensa:
LO QUE TÚ SIENTES, VIDA MÍA!

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