CRACK de la política española y del estrellato mediático, la CAYETANA, española y argentina fifty-fifty. De un glamour irresistible (y a las pruebas me remito) Y los que la odian y no gustan de ella, que ladren lo que quieran (por detrás de las puertas)
Cayetana ALVAREZ DE TOLEDO (y PERALTA RAMOS) Un portento -un CRACK (como dicen en España ahora)- de mujer (en política), que nos sorprende e impresiona a cada vez por su irresistible glamour (para comenzar) y sus aceradas palabras y por su indomable energía. Que tiene respuestas para todo y para todos en sus intervenciones en la Cámara Baja, en sus declaraciones a los medios y (apuesto también a que sí) en reuniones privadas y en tertulias políticas. Muy española y muy argentina. Argentina, por lo española, Cayetana, y española en versión hispana (argentina) o más exactamente, patricio/argentina. De unos vestigios patricios (sic), o reliquias y es de un mundo que se fue, que se llevó el viento en popa de la Emancipación en lo que aquella tuvo -aunque no sólo- de rebelión criolla (sic) anti-española. Dejé buenos recuerdos y buenos amigos allí, que no olvido dándole a la tecla cuando me pongo escribir a cuento de la Argentina. Y más aún tratándose lo que escribo de ella, de Cayetana, y más exactamente de defenderla en su buen nombre y en su honor, viéndola (innoblemente) atacada en su familia y en sus orígenes y raíces como estamos viendo ahora. Por cuenta (ello) de dos nombres fatales e insoslayables como deidades antiguas. Los de FRANCO, y last but not least, del (también) general VIDELA. VADE RETRO!, nos gritan y le gritan, pero ya digo que no nos impresionan (me refiero sobre todo a los ataques del actual ministro de Justicia)
Es además una semblanza personal lo que se pretenden estas línea, lo que más me llama la atención de ella,, como ya lo di a entender, dejando de lado (un poco) sus elucubraciones ideológicas -siempre dentro de lo correcto (lo normal)- y de sus (más que correctas) posturas políticas. Pero VIDELA -y de FRANCO ya ni lo cuento- me pilla un poco más de cerca y es porque viví allí -en Buenos Aires, (calle) VENEZUELA "al Trece Dieciocho" (1318)-, a finales de los setenta, bajo la primera y la Segunda Juntas (y años antes de la guerra de las Malvinas) EN PAZ. Y cuando el país entero (doy fe) reía. Como Javier MILEI se está riendo ahora (aunque en él sea sobre todo un reírse de los que le acosan y le denigran) El país reía, sí, y lucía el sol de la prosperidad -y de la jovialidad en el día a día- aunque planearan (de cerca) las sombras. Y eran las de la (interminable) guerra civil allí, como una prolongación de la (igualmente) interminable guerra civil española (de 1936) o -en otros términos-, como un nuevo capítulo o episodio de la guerra civil hispanoamericana, que no era más que una prolongación de aquella ni más tampoco que una variante del otro lado del Atlántico -como ya lo dejé repetidamente sentado en este blog- de lo que Ernst NOLTE llamó "guerra civil europea"
Y eso es el preámbulo inevitable, el marco o contexto de gravitación permanente en cada juicio de opinión que entendamos deber librar aquí sobre un tema tan controvertido, el de un periodo tan álgido de la historia contemporánea argentina. Ya me explayé largo y tendido al respecto en este blog, y cuento aún seguir haciéndolo, mi palabra. Pero sin desviarme un ápice en este artículo de lo que se pretendía desde que comencé a escribirle, un canto a una Española de Ultramar, y una oda a la reconciliación -en el plano de la Historia de los dos últimos siglos- de la Hija díscola y de la Madre Patria recién salidos del día de la Hispanidad (la Memoria obliga) Y me negaría mí mismo si no evocase aquí antes de concluir a otra figura paradigmática -a igual título que CAYETANA- de mujer argentina, y me refiero a Eva PERON, "EVITA".
Comparaciones odiosas reza la vieja expresión, pero no se me tomará a mal en la medida que de ello -estoy persuadido- , saldrán en un mismo grado de glamor y de realce las dos juntas. De un carisma innegable -de clase obrera- entre sus compatriotas, la pasionaria argentina. E igual que la anterior- de carismática, la joven patricia, española por compromiso y vocación. Con una diferencia o bemol, diferencia de estilos o sea. El estilo es el hombre, y tratandose de mujeres, qué no hubiera dicho el autor de esa sentencia? Y estilo -por lo español- es lo que nos cautiva y subyuga de la joven patricia argentina
Eva PERON, Evita. Que nos salvó de morir de hambre a los españoles. IN MEMORIAM. Dos estilos y un misma patria argentina. los de Cayetana y Evita. De clase obrea esta última, a gusto de los "descamisados" y "cabecitas negras"que dieron rostro y voz a una mayoría de la población argentina. Frente al de Cayetana ALVAREZ DE TOLEDO (y PERALTA RAMOS) de la clase patricia que hizo y construyó la Nación y la conservó. Antes y después de la Emancipación (anti-española)
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