Rumania. Transición democrática en peligro de naufragio? A la anulación de las recientes elecciones (so pretexto de injerencia rusa en los resultados) sucede la anulación de la candidatura victoriosa -de Calin GEORGESCU- para la elecciones a venir, so pretexto "ad hominem", del negacionismo o revisionismo histórico del personaje (impresentable)
Guerra de memorias. Lo que nos acerca o emparenta aún más con ese país hermano, especie de oasis de cultura y de lengua latina en el Este de Europa, que es Rumanía. Lo que viene a ilustrar en la crónica de actualidad mas candente los recientes sucesos en torno a la anulación de las recientes elecciones presidenciales, y la anulación de una de las candidaturas, -la de Calin GEORGESCU- en las que se avecinan, precisamente la que en los anteriores comicios salió victoriosa, lo que habrá dado rienda suelta a un culebrón interminable en el embrollo político judicial en el que aquel país se ve de pronto sumergido, en un marco de tensión y alto voltaje surcado por manifestaciones de protesta y serios incidentes de violencia callejera por parte de los partidarios (numerosos) del candidato objeto de veto y exclusión, por quien viene el escandalo ahora, y por un recrudecimiento fatal de la guerra de memorias. Es lo que cabe al menos advertir a tenor del cariz ideológico e histórico a la vez que cobran las actuaciones del poder judicial -de manos dadas con la oficina electoral-por cuenta del pasado que no pasa -de la II Guerra Mundial y (pari passu) de los años treinta, en Rumanía como en España y en los otros países del continente teatro o escenario de la (interminable) guerra civil europea.
Un fantasma del pasado de aquella nación se yergue por encima de algunos otros como muerto aún sin enterrar o no del todo. Y me refiero al movimiento/legionario y a su fuerza de choque la Guardia de Hierro, el más pujante y de mayor y mas hondo sostén popular de todos los demás movimientos fascistas europeos. El candidato de la discordia se habrá visto acusado de posturas pro-rusas -en paralelo con la injerencia en el proceso electoral de las recientes elecciones por parte de la Rusia, de Vladimir PUTIN Pero la acusación mayor la que remueve en lo mas hondo allí las mentes y las conciencias tiene que ver con ese "pasado que no pasa" -aquí en España como en Rumanía- y sus principales protagonistas todavía bien presente en todas las memorias.
Y de entre ellos emerge sin lugar a dudas y por méritos propios, suministrando el cargo principal contra GEORGESCU, la acusación de negacionismo (o revisionismo) sustanciada en la reivindicación por parte del candidato recién nombrado de la figura no menos discutida y al mismo tiempo en fase de rehabilitación entre sus compatriotas -desde la caída del Muro y aún mucho ates durante el régimen de Nicolae CEAUSESCU: Y me refiero al que fue primer mandatario del pais durante aquellos años -en régimen (dicen) de "dictadura" del mariscal ION ANTONESCU, el CONDUCATOR como así se le llamó con antelación al mandatario comunista que le sucedió. Una figura sobre la que sus compatriotas no llegan a ponerse de acuerdo: Igual con FRANCO e España que en Rumanía? Comparaciones odiosas (...)
El mariscal rumano al que se carga con todo el capitulo rumano del Holocausto (judío) -a la vez que la expulsión o erradicación- del pueblo gitano, se ve no obstante cargado de motivos históricos y de Realpolitik en su actuación y de atenuantes en los cargos de los que se le acusan. A la cabeza de un país que igual que Fe salió maltrecho -aun figurando en el bando de los vencedores de la II Guerra Mundial, compartiendo fronteras con la Unión Soviética en fase entonces de auge y de expansión recién salida de la Revolución bolchevique, que le disputaba regiones fronterizas -como la Besarabia y la Bucovina, o la Transilvania incluso, el mariscal ANTONESCU, pasa a la Historia como el hombre de Hitler, que apostó por Alemania en la II Guerra Mundial y que por paradójico que parecer pueda elimino políticamente -y en gran medida físicamente también- el gran movimiento nazi fascista (de la Guardia de Hierro) en su país, con el visto bueno /nota bene) de Alemania.
Una Transición fallida la rumana? Qué va a ocurrir ahora pues, que nos aguarda -en aquel país- los días que se avecinan? Y el gato escaldado -de sus entusiasmos/rumanos- del pasado apuesta a que todo seguirá igual, al precio eso sí, de un compromiso a la rumana. Como el que acabó cristalizando allí a seguir a la revolución de hace ya veinticinco años que derribó al régimen de Ceausescu ("el Conducator") Cuyos leales parecen guardar -y a las pruebas me remito- peso decisivo en procesos electorales y sus derivas. Y el que pueda entender que entienda
Ion ANTONESCU, mariscal de hierro, "Conducator" Fue hombre de Hitler en Rumanía -por cuenta (mayormente) de realpolitik- durante la II Guerra Mundial, acabó no obstante -en común acuerdo nota bene con el Führer- con el movimiento nazi fascista de la Guardia de Hierro en su país. Principal leitmotiv -igual que FRANCO en España?- de la guerra de memorias en Rumanía. Objeto hoy -ya desde los tiempos de CEAUSESCU- de rehabilitación entre sus compatriotas, y ( burdo) pretexto -su reivindicación ahora- para la anulación de cara a las próximas elecciones de la candidatura victoriosa en las primeras elecciones (anuladas)
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