domingo, noviembre 01, 2015

A LUIS MARÍA ANSÓN ¿CONSENSO O COMPROMISO ANTI-SECESIONISTA EN CATALUÑA?

Manifestación de la Acción Francesa por las calles de París tras la Gran Guerra (del Catorce) En primer plano (con barba y en la mano un bastón) su líder, Charles Maurras. En 1914, Maurras y la Acción Francesa habían hecho suyo el eslogan de la “Union Sacrée” ante la inminencia de la guerra, lo que le valió criticas acervas de entre sus propias filas, acusado de apuntalar el régimen republicano (y democrático) Su prioridad lo era no obstante la defensa de la patria amenazada (“d’abord”), de su integridad territorial y no la salvaguarda del régimen. Mutatis mutandis, en la situación actual en Cataluña prima el compromiso anti-secesionista frente al consenso democrático. Y no creo que Luis María Ansón (antiguo maurrasiano en su juventud) tuviera nada que objetar al respecto
Luis María Ansón escribe hoy en su diario digital El Imparcial –que fundó tras dejar la Razón- un artículo lúcido y ponderado alabando al presidente de gobierno bajo el titulo “Rajoy acierta a negociar el consenso”, que me mueve a reflexión y a darle a la tecla al respecto. Llevo la mitad de mi vida casi, fuera de España, treinta y tantos años, gran parte de los cuales transcurridos después de la instauración de la democracia, lo que habrá hecho decir (o exclamar) alguna vez por cuenta mía a algunos entre mis allegados aquí en Bélgica -en tono crítico y a la vez de disculpa (…)- que había que comprenderme un poco porque yo no sabía lo que era el vivir en democracia y efectivamente hay cosas del régimen que rige actualmente en España desde la transición –cuando yo ya estaba fuera de España (y en edad ya plenamente adulta)- que me sonaron hasta hoy irreductiblemente extrañas, importadas, como esa palabra de consenso que no dejé de oír a todas horas en todos estos años de expatriación cada vez que volvía a España (fugazmente) de visita. Typical spanish.

Bélgica conoce (de antiguo) un régimen que no se precia de ser menos democrático que el de la España de hoy –antes al contrario-, eso es cierto, pero nunca oí aquí en Bélgica invocar esa fórmula –del consenso (ni siquiera en la versión tan socorrida aquí del compromiso “à la belge”) - con la intensidad y la vehemencia y la fuerza de convicción y la reiteración con que la oí siempre en España. ¿Signo o indicio que se trata de algo que excede de una forma u otra al ideal o al sistema democrático y que se enraíce al contrario en lo más profundo de una idiosincrasia española de antes de los diluvios, quiero decir de antes de la guerra civil y de los hitos o jalones como el del 14 de abril que la prepararon? En otros términos ¿cabría hablar de un consenso español o hispano pre democrático o anterior a la democracia? En un país donde el ideal de la libertad política y de las libertades civiles –léase el liberalismo- se vio plasmado o hizo erupción en sus orígenes, bajo el eslogan aquel de ¡Tragalá!

Digamos que la hipótesis se admite. No discuto ni pongo el menor reparo –y abundo así en la misma dirección que Luis María Ansón lo hace en su artículo- a la necesidad imperiosa y urgente de un consenso entre la clase política en relación con la situación de excepción que se tiene creado en Cataluña de resultas de la tentativa secesionista a la que venimos asistiendo. Pienso no obstante que el consenso de mayor transcendencia, y el más urgente en la hora actual lo es el de la sociedad española, entre los no catalanes y entre los propios catalanes.

Consenso en los fines, y acto seguido, en los medios de alcanzarlos –conforme a una lógica elemental de exposición del tipo escolástico- y consenso también sobre las prioridades, tanto en materia de medios como de fines. En el fondo –reza un tópico de gran circulación en lengua española - todos (o casi todos) buscamos lo mismo, lo que es cierto. No es óbice que no buscamos todos lo mismo con la misma prioridad ni la misma urgencia ni el mismo carácter apremiante o perentorio. Y en lo que a Cataluña se refiere a la situación de crisis (agravada) por la que atraviesa, aquella región y por vía de extensión o de contagio, el resto de España, está claro que la diversidad más radical en materia de prioridades sigue siendo la regla tanto en la case política como en la información difundida en los medios.

Un debate esencialmente ideológico, estoy de acuerdo, y no me parece puramente casual que me mueva a abrirlo en estas líneas un periodista –y escritor y académico- como lo es Luis María Ansón del que se puede poner en duda –y dicho sea sin el menor atisbo de intención peyorativa- el que su trayectoria de antiguo, desde los tiempos de su juventud respondiera siempre a criterios o baremos estrictamente democráticos. En claro y crudo, Luis María Ansón del que nadie pone en duda el monarquismo tan emblemático -por lo atípico y poco frecuente aunque sólo fuera de su postura en la España de las últimas décadas-, fue en su juventud un ardiente maurrasiano, nos lo recordaba y repetía casi cada vez que nos veíamos –en la tertulias que organizaba en su propio domicilio a principios de los setenta- Eugenio Vegas Latapié en la órbita del cual circuló –no sé por cuánto tiempo- el célebre periodista y académico, de muy joven. Un detalle todo menos anodino de su trayectoria, se me reconocerá.

La democracia (“la démocratie”) es el mal. La frase simple y contundente y de una claridad diáfana en extremo, es de autoría de Charles Maurras, y es sin duda una de las más emblematicas de la obra y del pensamiento político del célebre político monárquico y nacionalista francés y tal vez de las más conocidas y difundidas de las suyas. Y se me ocurre de pronto, si ese recurso al consenso que invoca ahora Luis María Ansón y al que se atribuye de antiguo poderes de talismán o de varita mágica en la política española no esconde -en la línea de la “unión sacrée” y del “compromiso nacionalista” maurrasianos- unas virtualidades pre democráticas por no decir anti-democráticas, dicho sea en sentido nada peyorativo (viniendo de quien viene, un servidor, del que aquí todos saben como piensa y siente en el tema)

En otros términos ¿cuál es la prioridad en la crisis que tiene creada la situación (de excepcional gravedad) en Cataluña. ¿Lo es la integridad territorial, la unidad de la Nación, la defensa de la Patria amenazada o lo es la salvaguarda de la actual constitución en sus puntos o párrafos más discutibles (u discutidos) como lo es el régimen autonómico, léase lo que el vulgo conoce como el Estado de las autonomías?

¿Cuál es la prioridad, la cohesión y el entendimiento entre españoles y la armonía y la paz social en España y en cada una de sus regiones o lo es en cambio la salvaguarda a todo precio de los elementos diferenciales, in casu la particularidad lingüística en Cataluña, léase la situación de privilegio hoy por hoy del habla catalana en detrimento del castellano que ha puesto a éste –la lengua oficial de todos los españoles- en grave riesgo de asfixia en Cataluña.

Luis María Ansón no va responder, salvo un milagro, pero estoy seguro que si llegara a leer este articulo, le movería a reflexión, recordando y evocando aunque solo fuera, aquel ardiente patriota francés que fue Maurras, o que acabo siéndolo después de haber sido nota bene en su juventud (primera) un no menos ardiente nacionalista/catalán, en versión provenzal (o a la francesa)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

EN PORTUGAL GANAN LAS ELECCIONES LOS ANTISIONISTAS ¡Y NO SE PUBLICA NADA EN ESPAÑA!
by admin
He tenido que enterarme dos días después, y a través de la Red Voltaire, ¡y eso que vivo en España!
Resulta que ha habido elecciones en Portugal, han ganado los grupos que se oponen a la Unión Europea y el presidente, Cavaco Silva, ¡se ha negado a que entren en el gobierno! Como afirma Thierry Meyssan, ¡un auténtico golpe de estado!
Y en España, varios días después, ¡ni una palabra!
Casi que me da por reírme, la verdad; la censura es tan evidente que la palabra “democracia” es sinónimo ya de insulto (mañana se celebran “elecciones” en Turquía, donde se han cerrado varios canales de televisión antigubernamentales).
http://www.rafapal.com/?p=74644

Juan Fernandez Krohn dijo...

No pienso así, lo siento. Thierry Meyssan es un periodista francés -¿de origen sirio (o sirio libanés) por la rama materna?- que tiene publicados buenos y valientes análisis sobre la guerra en Siria claramente a favor del régimen sirio de Bachar el Assad, lo que le honra –en lo referente al conflicto palestino, no le tengo leído en cambio- y que no oculta su trayectoria de izquierdas, haciendo gala sin duda a una tradición de por cima de los Pirineos que se remonta a la Segunda Guerra Mundial y a una colaboración –con el III Reich- de sectores de la izquierda europea, algo que no se dio por debajo de los Pirineos, ni en España ni en Portugal por culpa o gracias a la guerra civil española que fue mayormente –lo reconozco y lo asumo- una guerra entre izquierdas y derechas, y eso se me antoja que condiciona no poco su análisis de la actual situación portuguesa.
Viví tres años y medio en Portugal preso, como aquí todos ya saben, o que me da fuerza moral y un cierto derecho a la hora de defender una visión personal propia e intransferible de la actualidad portuguesa a riesgo de verme incomprendido de algunos.

El tiempo que allí viví, gobernó a veces la izquierda (socialista) y por encima de todo presidia un presidente militar, Ramalho Eanes, -cristiano progre como su mujer (de los del concilio)- que jugaba un juego político (peligroso) entre los socialistas y la izquierda comunista y la extrema izquierda (más comunista todavía) y no recuerdo las posturas de todos ellos en el tema palestino, pero en temas de la Segunda Guerra Mundial –holocausto, cámaras de gas, culpabilidad alemana etcétera, etcétera (…) te puedo asegurar que en el país vecino reinaba la ortodoxia más correcta anti nazi y pro judía, y que no se toleraba al respecto la menor coquetería, ni pasadas ni presentes, y me viene a la mente el caso –del que fui testigo de primera mano- de un obispo de la iglesia ortodoxa rumana que fue a refugiarse a Portugal después de haberse visto expulsado de los Estados Unidos por culpa de su pasado –de miembro de la Guardia de Hierro- durante la Segunda Guerra Mundial. ¡La que se armó en la clase política y en los medios! Al final tuvo que irse.

En el conflicto israelo-palestino, me reservo como lo hice siempre mi opinión, como parece hacer de un tiempo a esta parte e mismo Bachar el Assad que tuvo que enfrentar desde el inicio de la guerra en Siria el apoyo a la rebelión en campos palestinos a los que había acordado refugio y protección desde hacía décadas y que fueron la causa motriz principal del estallido de la guerra del Líbano. Es cierto que Portugal arrastra una vieja tradición atlantista estrechamente ligada a su alianza con Inglaterra de la que ellos se jactan que sea la más vieja de Europa (o del mundo) Pero no creo que fuera menos pro sionista el Partido Socialista de Mario Soares -siempre vivo y coleando, y tirando de los hilos en, la crisis en curso-, como todo el socialismo europeo de los tiempos de la guerra fría, de lo que lo pueda ser la derecha portuguesa acomplejada y no poco p… y ninguneada y puesta (hasta hoy) bajo tutela de los notarios de la Revolución en estos últimos cuarenta años, o más exactamente desde el atentado de Camarate (como lo explico en mi entrada)

Todo el mundo sabe además, que la revolución de los claveles del 25 de Abril fue en su origen un golpe de la CIA (pro sionista ante el altísimo y pro judía) Y que la república portuguesa en su nacimiento –que volvió resurgir tras la caída del Estado Novo- tuvo un origen masón y judío. O sea que en temas portugueses, la de Thierry Messiaen o la de los Círculos Voltaire (antiguos comunistas o maoístas) no dejan de ser opiniones de extranjeros, lo que no es (propiamente) el caso viniendo de españoles. Sin trampa ni cartón. Saludos

Anónimo dijo...

https://ser1889.wordpress.com/2015/11/03/informacion-de-alta-calidad/