Franco nombró a Juan Carlos de Borbón su heredero a título de rey y lo refrendó por testamento y ese fue el titulo de legitimidad (histórica) fundamental de este último para una gran mayoría de españoles. El de la Monarquía del 18 de JulioLa movida del 25-S ("s" de septiembre) -de "Ocupa el Congreso"- fracasó, pero fue de un tris, por los pelos, algo que nadie o casi nadie se habrá encargado en resaltar en su justa medida por las razones que sea, sin duda porque no interesa, porque no es político el resaltarlo, y es porque si así se hiciera habría que empezar a tirar de la manta y a extraer consecuencias, y responsabilidades en los hilos de loa conspiracion porque no se le puede llamar a aquello de otra forma. Conspiracionista o conspiranoico, ya estoy aquí oyendo a algunos. Con los que estarían no obstante concediéndome ese fono o poso de razón que subyace por debajo de mitos iu obsesiones o paranoias.
Y me viene a la mente una figura de la que me ocupé en mi crónica anterior no poco descalificado en su propio país y que al mismo tiempo --como me ocupé de explicarlo y demostrarlo ayer- se reviste de una actualidad no poco enigmática en el plano religioso -o eclesiástico- aunque solo sea pese a tratarse de un seglar, en los tiempos que corren, y me refiero al profesor y escritor y polemista ítalo/argentino -paisano y compatriota por partida doble se diría del papa Francisco- Carlos Alberto Disandro sedevacantista y peronista "post mortem" (ante/el/altísimo) que hizo de la noción clásica (filosófica) de sinarquia el centro o eje de su reflexión en materia histórica y también en el plano politico.
La sinarquía era el centro de todo en las reflexiones del profesor Disandro, el centro del mundo, o del poder o del gobierno mundial en otros términos que para él se veía simbolizado y condensado en las Naciones Unidas, una teoría que se ve hoy no poco puesta en entredicho tras las últimas evoluciones de la crisis internacional desatada en torno a la guerra en Siria, la historia en cambio se diría que se pone de su parte ahora, y en particular la historia de su propio país en ese capitulo crucial que fue el del régimen peronista de su ascenso y de su caída, durante lo que se llamó el segundo gobierno de Perón (o la segunda presidencia) Y es que está claro en la perspectiva del tiempo transcurrió -y también a a luz de acontecimientos de la mayor trascendencia que habrán surcado la actualidad política internacional estos dos últimos años -y me refiero en particular a las primaveras árabes- que el régimen peronista fue víctima de una vasta conspiración de dentro y de fuera en la que -como no dejaría el profesor Disandro de señalarlo- jugó un papel decisivo la iglesia católica. ¿La historia se repite, conforme a la idea del eterno retorno de los antiguos?
Franco gozó entre españoles de la "devotio ibérica" que otorgaban a sus caudillos los primitivos habitantes de la Península, y esa fue la clave sin duda de la supervivencia de su régimen en la posguerra europea y de que en la transición no se consumase la ruptura/democrática que hubiera acarreado fatalmente el derrocamiento de su sucesor, y una victoria (completa) tres décadas después de los vencidos de la guerraEstuvo a punto de repetirse en España en estos dos años y medio transcurridos, eso es cierto, y algunos a lo que se ve se empecinan en que vuelva a repetirse este año todavía tan solo cuando coincidiendo (casi) con el primer aniversario del fiasco de la operación toma del congreso" se ve convocada otra "movida" -"Jaque al rey"- de corte insurreccional igual que aquella con llamamientos a una acampada sine die delante del palacio real, como la que dio inicio (y fuelle) al movimiento del 15-M. Ocurre que los tiempo y los vientos cambiaron o digamos que acaban de hacerlo, y si hubieran convocado su festejo (subversivo e insurreccional) tan sólo un par de meses antes, o justo antes del verano y hubieran beneficiado con toda seguridad de una cobertura internacional favorable.
A cambio de ello, se sucedió entre tanto la crisis de las armas químicas de finales del pasado mes de agosto y la crisis internacional consiguiente del más alto nivel que ha estado a punto de conducir a una nueva guerra mundial, pasó no obstante el peligro que de forma tan grave e inminente habrán acechado a la paz del mundo y ya nada será como antes en el plano internacional me refiero. Inicios de una nueva era multipolar, le llaman algunos a lo que estamos viviendo. Una época radicalmente distinta o una nueva/era, uno de cuyos signos (magnos) anunciadores lo es el eclipse (apoteósico) de una estrella (planetaria) y de la aureola mesiánica que la rodeaba, y me refiero al mesías negro Barack Obama, padre putativo -aquí todos o casi todos me habrán leído (en mi difunto blog) explicándolo- de la spanish revolution que fue la etiqueta publicitaria que le puso la prensa USA (y anglosajona) a la conspiración subversiva del 15-M. Cuyas aguas bautismales por llamarlo así fueron bendecidas durante el "desayuno de oración" que celebraron juntos el jefe de gobierno español y el presidente USA en la Casa Blanca un año antes día por día casi de la incubación y la eclosión del movimiento de los indignados.
Con ello, con "su" spanish revolution, el mesías negro pretendía ofrecernos a los españoles el regalo (bíblico) de la democracia -de la democracia/real que lo ue tenemos a sus ojos como a los de sus meulos indgnados españoles no tiene de aquella más que el nombre-, a los andalusíes que me diga, que a tenor de un discurso memorable (e inaudito) de los primeros tiempos de su primera presidencia demostró fehacientemente que entre la España histórica (y de hoy) y el Andalus con el que soñaban y siguen soñando sus amigos y aliados del mundo árabe -islamistas/moderados, muy islamistas y poco moderados (del Qatar, de los Emiratos, de la Arabia saudita) por lo menos en relación con España y con nuestro pasado- la cosa no estaba en su mente nada clara, y pase que los presidentes USA sepan poco de geografía y casi tan poco de historia porque siempre tienen asesores de los que echar mano de prisa -como ocurría con Georges W. Bush o con Roald Reagan (y sus lagunas y gazapos clamorosos)-, en el caso del mesías negro en cambio el problema, o el lapso aquel era mucho menos trivial y mucho más grave y sintomático en la medida que su sueño de expansión mundial de la democracia -en su versión islámica moderada (y todos los signos e indicios de su presidencia a ello apuntan)- pasaba (¡ay dolor!) por la península, de cabeza de puente en Europa (en la Vieja/Europa de la que la democracia americana desconfía por así decir desde sus prístinos orígenes)
Le tembló el dedo al ir a disparar el gatillo -de los drones y misiles- contra su enemigo personal Bachar-el-Assad ese fin de semana fatídico -de todas las amenazas y peligros- de finales de agosto pasado, sellando así la mayor derrota diplomática de los Estados Unidos en toda la historia de la posguerra, y abriendo paso al tiempo a la decadencia (irreversible) de la mayor potencia del planeta. Magnificat anima mea domine! (en versión pagana o secularizada, no se me malinterpete)
Sigfredo Hillers jefe del FES cuando yo milité en él nos inculcaba odio -o reprobacion por motivos ideológicos al menos- a la figura de Franco. Y en diciembre del 76, meses antes de su autodisolución, el FES (bajo su jefatura) propugnó la abstencion en el referéndum sobre la Ley de Reforma Política, "alineándose con la izquierda -según uno de sus antiguos militantes- frente a la negativa de los inmovilistas y a la afirmativa de los reformistas" Pese a ello, Sigfredo se destaparía mas tarde con su teoría de la "voladura controlada" acusando de "traidores" -o impostores y prevaricadores "en fraude a la ley"- a "los tres mosqueteros de la Zarzuela" (el Rey, Torcuato y Adolfo Suárez. ¿"Traidor" el rey a quién? ¿A Franco (según Sigfredo un "traidor")? ¿Quien "traiciona" a un "traidor" no tendría acaso cien años de perdón?" (...)Fuera o dentro del quirófano pues, el monarca reinante no tiene muchos motivos -a fe mía- de inquietarse de la movida que (algunos) le preparan ahora, bajo el signo inequívoco (nota bene) de la rehabilitación de la ETA y de sus "mártires" por cuenta del anti-franquismo militante y de una memoria histórica de los vencidos que los indignados del 15-M sacan o esconden sigilosos en función de las circunstancias y de la coyuntura. Y en cierto modo no se equivocan, y se puede decir que tienen razón en nombre de la historia -como decía de los integristas un profesor librepensador belga ("tienen razón en el plano de la historia, pero no en el de los derechos del hombre y de la democracia")- a expensa de la democracia.
Porque es cierto que al rey le nombró Franco -y lo confirmo y refrendo en su testamento- y por eso precisamente suspendemos algunos -o digamos que acabamos llegando a esa conclusión al cabo de los años- nuestros juicios sobre su figura y su reinado viéndole puesto en jaque (y en la picota de los medios) Y que se piense de mí (una vez más) lo que se quiera (...)
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