martes, septiembre 20, 2022

TOLERANCIA? NAO, NO!!! (EN GALLEGO Y EN ESPAÑOL)

 

Vehicular (sic), el toro que la derecha (o derechona) no se atreve a agarrar por los cuernos. Y el caballo de batalla que los medios a la sombra de aquella (que dudan en publicar, sí o no) no se deciden a montar

Gallego -Feijoo- de los que no se sabe si bajan o suben, como reza el viejo dicho que oí siempre en casa? (sin animo de faltar) Y es lo que me viene súbito a la mente a cuento de su ausencia (estrepitosa) en la (nutrida) manifestacion en defensa del español por las calles de Barcelona-, sobre todo por la pancarta en la cabeza de aquella, del español como lengua ve-hi-cular. Que ahí es donde le duele el zapato en la materia (me parece a mí) a la derecha o derechona (como diria Francisco Umbral) A ella y  a los medios que se escudan detras de ella como un diario madrileño que da en primer plano una foto de la manifestación y de la pancarta omitiendo (un rato) -cuidadosa y ruidosamente a la vez- el adjetivo tan crítico y tan poco trivial. El de vehicular. 

Que no me las doy ni de pionero ni de profeta, pero nadie me puede quitar la impresion que los autores del manifiesto "Escuela de todos" hayan echado la vista encima a mi libro -"Cataluña en guerra" (2015)- y a lo que en él dejé sentado sobre el particular (....) Que después difundí nota bene como de mano en mano hace años ya en Barcelona y que ante el silencio sepulcral que desde entonces le rodeó, pensé o temí que hubiera caido en saco roto. Ilusion, error garrafal. Y es sobre todo de lo que dije en uno de sus apartados como en análisis comparado o comparativo de la situación -en el plano lingüístico- en Flandes y en Cataluña. Del flamenco -léase el neerlandés- en Bélgica (léase en la Aglomeración de Bruselas) con el catalán, o en otros términos, del campo de batalla de la vehicularidad -léase la de la lengua común-, y es con lo que en Bélgica -del lado flamaneco/neerlandés- se denomina (sic) normalización ligüística, de lo que vengo siendo fiel testigo en primera fila hace tantos años ya (...)  (....)   Cualquier parecido no obstante con la realidad pura coincidencia y me refiero a ese parecido que tantos esgrimen com hacha de guerra (anti-española) entre Flandes y Cataluña.  

Y es sobre todo en punto a la homogeneidad. Flandes, léase Bélgica flamenca es homogénea (en el plano lingüístico, o dejándonos de eufemismo en el plano étnico, y racial). Cataluña en cambio, no (y mil veces no, y no hablo en el plano de la memoria, que ese es otro cantar) ) Y en Flandes se da además otro fenómeno que en Cataluña no se da (....)  Y es el de la delimitación territorial (sic) de zonas -excepcionales- de expresión (uniforme) francesa o francófona -lo que no es el caso aquí (o allí)- donde rige un régimen "de facilidades" (lingüisticas), de caracter especial. Queda claro lo que aqui estoy queriendo decir? Que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y no es tan grande su culpa, puestos a pensar. Que la situación en la que nos encontramos en Bélgica y Flandes como en España y Cataluña no es más que una resultante o derivado del desenlace de la Segunda Guerra Mundial y no abundo más que ya me explayé  largo aquí sobre el particular. Circunstancia atenuante -de esa ceguera- por partida doble. 

Y es por las claúsulas no escritas de la rendición pactada -por mediación vaticana- a los aliados vencedores tras el 45. Implícitas o pactadas en el caso de España, explicitas o draconianamente explícitas en el de los flamencos, comprometidos (a fondo) con el bando de los vencidos. Y además, en el caso "catalán", por cuenta de las reivindicaciones (revisionistas) flamencas en la posguerra -a partir del Concilio y de Mayo del 68-, a saber, de "normalización lingüística" que habrá servido de inspiración -como la copia compulsada (copie conforme" en francés) del modelo original- a las posiciones en la materia de la Generalidad de Cataluña, léase a su tajante negativa, pertinaz -como si la vida les fuera en ello (lo que no deja de ser verdad)- a aceptar el español de lengua vehicular (....) 

Con lo que se ve claro como la luz que el discurso o mensaje oficial de la derecha (en el poder) -o derechona- desbarra descaradamente, como si vivieran fuera de la realidad. Que qué es si no, el predicar tolerancia (sic) -lo que los medios y la Red se apresuraron en seguida de borrar-  donde reina la intolerancia más flagrante (como aquí lo acabo de mostrar) Guerra (lingüística) a muerte -en lo que nos va la vida a ellos como a nosotros-, entre el español y el catalán. Como en mi libro no lo dejo de mostrar    

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