lunes, agosto 31, 2020

Reiremos Los Dos

 


Mi patria princesa eres Tú

Donde viviste, donde te conocí,

Donde te imagino aquella noche

en mi casa, cuando yo me fui

 

Que solo me doy cuenta ahora

Que te iba buscando a ti

Que marcaste un rumbo a mi vida

Aún antes de venir tú a mí

 

Y ahora cuando lo pienso

Cuando el pesar da cuenta (¡ay!) de mí

Con cirios bien encendidos

Aguanto y acierto a sobrevivir

 

Y me pongo a hablarle tranquilo

Y sosegado amor como nunca lo fui

Y las sombras se van, se alejan

Y es cuando yo acuerdo y entro en mí

 

Y su sombra me sonríe

Como Él sabia sonreírme a mi

por todo lo que me quería

(¡Lo que nunca me supo decir!)

 

Y un día reiremos los dos

Tú y Yo, sin parar de reír

Hasta enjugar tantas lágrimas

Tanto dolor (¿o no fue así?)

 

Un  cuento triste esto todo

Que oigo cuando no estas tú

Cuando todo en la tarde gris

Todo y todos me hablan de ti

 

La arboleda tan umbría

Y la avenida sin fin

de alamedas (y una esta-tua)(...)

del pequeño (y bello) país

 

Y la pila de mis libros

amontonandose sinfin,

preguntandose aún por qué,

y yo ¿qué les debí escribir?  

 

Todos quieren decirme en silencio

Lo que te debería decir

Y la fiebre me transporta

Y yo entonces me recogí

 

A decirte en estos versos

Lo que no acertaba a exprimir

Que ¿quien sabe? un ave fénix

los lleve un día junto a ti

domingo, agosto 30, 2020

LUKASHENKO Y LA REINA DE INGLATERRA


“El último dictador de Europa”, Aleksandr Lukashenko. Como lo tildan y estigmatizan los medios de la Prensa global: a las órdenes de la OTAN y de la UE 

Las horas pasan con sus minutos y segundos mientras se desarrolla la ultima manifestación “monstruo” por las calles de Minsk, la capital de Bielorrusia -en ruso Belarus-, y se hacen (angustiosamente) esperar las noticias espectaculares que la Prensa global lleva hace tiempo anunciando –estallido de la violencia, asalto (tras un primer intento fallido) al Palacio presidencial y demás-, como queriendo a toda costa repetir (y revivir) el escenario en Ucrania –tan caro a politólogos y comentaristas de los medios de la Prensa global y a los más jóvenes de sus lectores- de la plaza Maidán de Kiev (noviembre 2003-febrero 2004). De otra “revolución de color” casi siete años después: pero parece que no va a ser. Que a algunos –al contrario que aquellos monárquicos franceses del exilio y de la Restauración (de los que “nada aprenden y nada olvidan”)- parece que aquello les sirvió bien de lección. De los dos lados de la linde de separación o demarcación además. Al bielorruso Lukachenko y al ruso Vladimir Putin. A este ultimo sobre todo, que parece al fin haberle visto las orejas al lobo –del golpe de estado anti/ruso, y de la intervención (“estratégica”), como en los Balcanes de la OTAN (o de la UE), con el espectro (amedrentador) de telón de fondo, de la guerra civil-, después de llevar tanto tiempo queriendo infligir o propinar a su díscolo homólogo –de veleidades independentistas (...)- lo que cobra todos los visos de un escarmiento y de una (gran) lección. Y ante eso, el ultimo dictador de Occidente (sic) –como le tildan de este lado los medios (Huffingtong Post) , se revela a la luz del día y ante la sorpresa de la opinión como un gran comunicante y un (valiente) hombre de acción. Irrumpiendo en los momentos mas álgidos de la manifestaron del jueves pasado –en el fallido intento de asalto al palacio presidencial- cuando la situación a punto estuvo de dar un vuelco, y salirse de madre y fuera de control (como en Madrid, el 25 de septiembre 2012, en la operación de Toma del Congreso)- mostrándose con chaleco anti-balas y en la mano (sin cargador nota bene) un Kalachnikov.

 


Instantánea de ayer, en los momentos mas álgidos de la manifestación de protesta en la capital de Bielorrusia cuando los manifestantes (“pacíficos”) intentaron –en vano- asaltar el palacio presidencial. Cuando Aleksandr Lukashenko se reveló –en su estilo autoritario- además de un comunicante sin par, un (valiente) hombre de acción 

Que nos recuerda fatalmente a algunos la otra instantánea de Vladmir Putin, saludando machete en mano a las tropas rusas concentradas ante el asalto a Gorozny (enero del 2000) lo que escandalizó (como ahora) a la opinión occidental, y conforto y tranquilizó en cambio al ruso medio, al conjunto de la población, apareciendo a sus ojos como el gran defensor de la Nación. Una situación límite que le habrá permitido al dirigente bielorruso mostrar también su faceta inédita en la hoja o apartado comunicación. Con unas declaraciones netas sobre todo tipo de asuntos y de temas, con la mayor facundia, y aún mayor desenvoltura y desparpajo ante el escándalo de los garantes del pensamiento único a todo precio (a costa del derecho a la libertad de expresión) Como su respuestas de una pieza las criticas de los periodistas extranjeros a su estilo autoritario, lo que asume o a la longevidad de su estancia  en el poder, a lo que no dudó en comparar con el ejemplo de la reina de Inglaterra –en el trono (léase en el poder)- desde 1952 (…) O sus juicios sobre la figura de Hitler que “consolidó la Nación” y forjó un orden (sic) y fue el artífice pues del bienestar (sic)  consiguiente del que somos beneficiarios hoy. “La Historia de Alemania es el molde de nuestra propia historia”, añadió entonces, a modo de colofón, sin importarle a todas luces lo que pudiera pensar Vladimir Putin. Ni en eso ni sus alabanzas a Hitler, como en otras, al propio Stalin, justo a seguir. No, de verdad que la figura del gobernante bielorruso nos merece reflexión. Y se merecen verla compartida también los lectores de este blog. Y cuando nos ponemos a darle a la tecla en estas líneas, confieso que sabíamos poco de Bielorrusia, de su presente y de su pasado, de su geografía -aparte su situación geográfica- o de su historia, si se exceptúan sus capítulos de historia polaca –o polaco/lituana (la República de las Dos Naciones)- o los manidos clisés de la Historia de la Segunda Guerra Mundial de la que fue teatro principal de operaciones, zona de transito de la (primera) División Azul, y de la acción de los partisanos, y de los grupos (contrainsurgentes) de  intervención (los Einsatzkommandos), y lugar de emplazamiento de las fosas de Katyn. Una parte de Europa en suma tan cercana y próxima como pueda ser para los españoles la America (ex) española. Con un pasado común incluso más reciente, aún por resolver. Puente de acceso y entendimiento para nosotros, del ámbito geográfico y demográfico ruso, y no foso de separación como pretenden algunos navegantes y aprendices de brujo (en el seno de la UE)

viernes, agosto 28, 2020

PÉTAIN, SIGNO DE CONTRADICCIÓN

 

Una biografía políticamente correcta que rinde homenaje no obstante a la grandeza e importancia histórica de la figura del Mariscal. La que estoy “atacando” precisamente ahora. Recogiendo así el guante del desafío de la diabolización, que Marine Le Pen pronuncia (en bloque) contra la Colaboración (francesa)

Y del régimen de Vichy (de mi articulo anterior), en estas líneas, al que fue indiscutiblemente su director de orquesta, el Mariscal Petain, piedra de escándalo en la historia francesa contemporánea –como lo es Franco en la española- y signo (magno) de contradicción. ¿Ingerencia inconveniente e improcedente en los asuntos internos –de su pasado y de su presente- estos artículos míos sobre tema francés? No lo creo, no es esa en cualquier caso  mi intención, y si así fuera tengo en mi abono una clara justificación y es la que me otorga la guerra civil española interminable que no es ni fue –como aquí ya lo defendí y expliqué- más que un capítulo o episodio de “la guerra civil europea”, entre comunismos y nazi-fascismos (y repito que no quiero discusión)  La que en España se transmutó hasta hoy en guerra asimétrica y en Francia amaga con re-encenderse de un omento a otro, tantos años ya transcurridos del final de la Segunda Guerra Mundial. Francia, los franceses –como ya lo dije y mantuve también aquí- escarmentaron en cabeza ajena con la guerra civil española (del 36), sobre todo su clase obrera, y fue sin duda lo que hizo que no llegase (hasta hoy) a mayores ese conflicto irreductible - entre Resistencia y Colaboración –en ascuas y echando chispas (hasta hoy) como lo prueba e ilustra (entre otros muchos signos y testimonios) la implosión del Frente Nacional tal y como lo expliqué en artículo anterior de mi blog. Que como ya lo dije en repuesta a un amigo con el que correspondí en las redes sociales, mejor reñir nuestros contenciosos –por cuenta del pasado y del presente- en el terreno de la historia que, como fue el caso “entonces”, a tiros en las esquinas y en las callejuelas. Que después de todo y como diría Umbral, pasados tantos años –cuarenta o cincuenta o qué sé yo- “la Historia se convierte en Literatura”. Y eso vale tanto para españoles como para franceses, nuestros vecinos a los que nos liga la voz de la sangre, amen de lazos (europeos) de solidaridad cultural, y de vernos embarcados en un mismo destino. Es lo que yo pienso, aquí ya lo saben todos, y lo proclamo aquí una vez más por razón de urgencia y no en guisa de adulación (bobalicona) o de puro oportunismo. Los españoles, eso es cierto, no vivimos (propiamente hablando) la Segunda Guerra Mundial, ni -por vía de consecuencia- tampoco los rigores (y terrores) de la ocupación alemana en Francia y sus secuelas, pero eso no nos quita en modo alguno el derecho a ofrecer nuestra visión por muy refractada que ella se vea. Y en nuestra memoria transmitida y a la vez óptica y visual de la ocupación alemana, de Vichy y de la Colaboración, no podemos hacer abstracción o pasar por alto el contexto histórico inmediato que fue el de nuestra guerra civil (del 36): así –y es solo un botón de muestra apenas- en un mensaje a la Nación tras el primer atentado de la Resistencia –el 21 de agosto de 1941-, el mariscal Pétain evocaba a modo de advertencia y de repuesta a la agresión la Victoria (del primero de abril) “gracias a la fe y al sacrificio de una juventud (….) En el preciso momento (nota bene) en que la Segunda Guerra Mundial en Francia tomaba unos rumbos –de guerra civil- tras el primer atentado de la Resistencia -del "coronel Fabian" (al mando justo después de rojos españoles) (...)- controlada por los comunistas-, y de espiral de la violencia -de resistencia y de represión-, después de un año (pacíficamente) transcurrido bajo el signo de la Colaboración. Y fue a seguir al lanzamiento de la Operación Barbarroja contra la Unión Soviética (22 de junio 1941) y la ruptura de la entente entre los dos países (tratado de No Agresión) (continúa)

 

Paul Collette, autor, con 21 años de edad –el 27 de agosto de 1941-, de un atentado contra Laval (y Marcel Déat) durante el régimen de Vichy, recibiendo años después (en la foto) –el 26 de mayo de 1984- la Legión de Honor de manos de Charles Hernu, ministro socialista del Interior (del gobierno Mitterrand). Nunca se esclarecieron los motivos reales de aquel acto, que su autor, habiendo transitado anteriormente por formaciones (paramilitares) de “extrema derecha” –“Cruces de fuego” del coronel de La Rocque,  jóvenes (Camelots du Roi) de la Acción Francesa, y “la Cagoule”, la más radical y extremista y violenta de todas-, conseguiría hacer pasar por un acto de la Resistencia, y otros en cambio pusieron por cuenta del ala más radical de la Colaboración, que veían en Laval (jefe del gobierno de Vichy)  poco menos que un traidor. Y al juicio y justificación  (prevalecientes) del autor  ayudó su suerte posterior, condenado a muerte por un tribunal del régimen de Vichy y deportado a Alemania (Mauthausen) de donde fue liberado al final de la guerra. En el programa –en el que intervine, entrevistado- de “reality show” –“Los matadores” (“Les tueurs”)- de una de las principales cadenas de televisión francesa TF1 de la serie “Tout est possible”, en marzo de 1994, presentado por Jean Marc Morandini, y en el debate que el presentador del programa organizó entre los jóvenes asistentes presentes en el plató –tras lo que mi presencia allí, después de mi intervención en el programa, fuera, por iniciativa del presentador, sometida a votación y plebiscitada (abrumadoramente, a mi favor)- intervino también el escritor  Alphonse Boudard –hoy fallecido y que fue mi amigo- quien se refirió a mí en términos amables y graciables. Y comparó con el atentado de Collette mi gesto de Fátima. No todo fue malo –o “diabólico”-, (piensen lo que piense Marine Le Pen y proclame lo que proclame en lo sucesivo la postura oficial de su movimiento, heredero -por vía de la implosióN- del Frente Nacional), en las filas de la Colaboración 

“Todos Nuestros respetos a Dominique Venner cuyo gesto eminentemente político habrá sido de intentar despertar al pueblo de Francia”, del “twitter” de Marine Lepen después del suicidio del escritor en el altar mayor de Notre Dame. “Verba volant, scripta manent”, rezan los clásicos.  Y lo que defiende ahora ella en materia de Historia está en las antípodas de lo que defendía –con genio y `precisión- esa obra (capital) de Dominique Venner sobre la Colaboración      

martes, agosto 25, 2020

IMPLOSIÓN DEL FRENTE NACIONAL MI OPINIÓN

 

Marine Le Pen. Literalmente obsesionada –tras la ruptura con su padre- por la “des-diabolizacion”, léase por la imposición desde lo alto de patentes y  credenciales y garantías una detrás de otra de antifascismo y de pasado en la Resistencia. Abocada al fracaso, a la desmoralización y a la derrota. Una estrategia ideada por su compañero Louis Alliot, de ascendencia judía (y comunista), que la identifica con la eliminación del antisemitismo. “Si quitas eso, se va también el resto” (que impide a la gente votar por ellos) La experiencia de los años recientes y el triste espectáculo de la implosión del Frente Nacional muestra a las claras no obstante que cediendo –léase (auto) culpabilizándose- en el primer punto, acabaron cediendo (despacito y buen letra) en todo el resto (….)

Caigo sobre una Historia del Régimen de Vichy, que en la biblioteca que frecuento –y de lo que caigo en la cuenta (¡oh sorpresa!) sólo ahora- tienen en su catálogo general asociado a mi nombre y no porque tenga yo (directamente) algo que ver con ella, ni como autor ni como editor ni como simple traductor, sino como donante –¡en serio!-, algo de lo que no guardo el menor recuerdo (aunque  sea cierto) y que no deja de llamarme la atención porque no creo sea aquí ni en un establecimiento del género la regla –el hacer figurar el donante, ni siquiera el vendedor o suministrador (vía la distribución), en la referencia que se reserva en sus catálogos a una obra cualquiera (…) Dentro y fuera de Bélgica, y apuesto que tampoco en España aunque llevo tantos años fuera (….) Lo que da no obstante idea de lo delicado y melindroso –de lo de cogérselo, o (en jerga castiza) cogérsela con papel de fumar-, no yo y mi nombre personal e intransferible (que esa es otra)  sino este tema (el régimen de Vichy) en todos los países del área francófona, y no solo en Francia sino también (y no sólo) en Bélgica. Y decido dedicar esta entrada a ese asunto y a ese tema porque creo que lo merece y porque además –porque con él -santo/dios!-, me dan ganas –¿y qué?- de darle (con furor) a la tecla. Y por tener  algo también que decir tal vez no tanto en el plano de la historia (o de la historiografía) pero sí en el terreno de la memoria. 

Familia de Monseñor Lefebvre (en la foto) Su padre, monárquico maurrasiano adoleció de las mismas ambigüedades y titubeos (que heredó su hijo)–entre Resistencia y Colaboración- de Maurras y de la Acción Francesa. Lo que le valió la muerte en deportación en Alemania durante la guerra. Y esa misma indefinición fue lo que hizo posible en suma el seminario de Ecône, y lo que proyectaba una barrera tenue y casi invisible allí dentro entre los seminaristas, sobre todo (la gran mayoría) los de nacionalidad francesa Que cruzaba o se superponía a otra mucho más explícita entre duros y blandos, partidarios y adversarios de la ruptura con Roma, en lo que tome partido (por los primeros) –al contrario de en la fisura anterior en la que me abstuve- sin el menor escrúpulo de conciencia. Lo que hace de mí un testigo (de cargo) en la implosión del Frente Nacional, victima de esa escisión fundamental en el plano de la Memoria (entre Colaboración y Resistencia) 

Aquí –y fuera también de este blog- evoco a menudo mis años del seminario de Ecône, así sin más como si se hubieran acabado en el momento que dejé aquel lugar a finales de los ochenta, como queriendo –subliminalmente aunque sólo sea, y sin caer de ello en la cuenta- correr un tupido velo (de pudor) que fueron precisamente aquellos los de mi ministerio/sacerdotal (tradicionalista) que discurrió sobre todo en Francia en un medio o sector, los tradicionalistas (en argot francés, “tradi”) desde que me fui de Ecône  hasta casi cinco años después cuando me detuvieron en Fátima a donde me dirigí en línea recta, por tren –y dijeran después los medios lo que quisieran- desde la casa (prieuré) de la FSSPX, en las cercanías (banlieue) de la capital francesa. Fui cura, sí, cura tradicionalista o lefebvrista como nos etiquetaron los medios españoles de la Transición (de izquierdas) y como nos motejaron a sus ancas –hasta hoy- todos los católicos españoles que nos miraban u observaban –y escrutaban- cuidadosamente (y con recelo) del otro lado de la barrera (de la obediencia canónica) Y lo fui, no se olvide, antes, varios años antes, de convertirme en el cura papicida (que atentó contra el Papa Juan Pablo II en Fatima) Y de esa época de mi vida contaron poco los medios –tan locuaces ellos- y no dije yo tan poco ni pío, lo confieso, presa de un pudor invencible, de respeto humano, de no querer robar o quitar esperanzas a nadie (o qué sé yo), como un eco o secuela del temor invencible y reverencial a todo lo que de cerca o de lejos atañe a la santa/madre (Iglesia): de un miedo -aun mayor en un católico bautizado y educado y crecido y criado en medio católico como lo fui yo- a las penas o censuras canónicas. 

Y no porque tuviera que ocultar o de arrepentirme de nada, sino porque me hacia falta sin duda tiempo de hacer el balance de aquel ministerio, de aquella época. Como así me siento capaz ahora. Fue el mío un ministerio sacerdotal –un tanto atípico es cierto- movido del celo de la cura espiritual o de la salvación (eterna), en un estado de espíritu comparable al de los médicos y sanitarios –sean negacionistas o no lo sean- que se ven empeñados en la actualidad en la lucha contra la pandemia (o la psicosis de pandemia), como el célebre y discutido doctor Raoult –de Marsella- que hizo de ello, del derecho (absoluto) a curar y a ofrecer a sus pacientes un tratamiento (urgente) - su principal prioridad y su criterio o norma de conducta, sin prestar la misma atención a las pautas de conducta o los protocolos (de actuación) de las instancias rectoras en materia sanitaria, ni a los intereses de la alta industria farmacéutica (Big Pharma) ni tampoco en materia de investigación científica (Augusta Señora) , léase (olímpicamente) indiferente a los budas o mandarines o pontífices que orientan, controlan y regulan aquella. Comparable también (“pari passu”) a los psicólogos, que en la época secularizada que nos toca vivir viene a remplazar a los confesores, que tenían también –doy fe de ello- no poco de psicólogos, siempre en la linde entre la psicología, la cura de almas y la medicina. Pero no eso sólo, porque en mi ministerio sacerdotal me movía también un pathos ideológico sin lugar a dudas, léase una pasión política. Y que fue lo uno con lo otro bien junto y bien revuelto –lo político y lo religioso- lo que me llevó a mi gesto de Fatima. De signo “integriste” todo ello, que se podría y debería traducir al español en las coordenadas de tiempo y de lugar- de un forma bastante polémica tanto d un punto de vista histórico como político e ideológico algo de lo que creo haber dejado harto constancia en estas entradas el autor de estas líneas. E “integriste” en francés se puede y se debe traducir en español por integrista y tradicionalista y también –horresco referens!- por nazi y fascista o nazi/fascista. Y no entro en discusión ninguna. 

Que piensen los que aquí me leen –españoles o franceses- lo que quieran. Y es a la hora de intentar –en una afán un pathos análogo al de los joseantonianos puros en España- trazar una línea de demarcación o divisoria neta y perenne entre la doctrina católica –por muy tradicionalista o integrista que se vea vertida en la prédica o en la difusión de la doctrina- y el fascismo o la ideología nacionalsocialista. Hablo de lo que sé, de lo que viví, y de lo que recuerdo por un indefectible deber de Memoria (con mayúsculas) y de lo que vivía y se sentía –en lo que recuerdo aún- entre mis compañeros seminaristas, en los franceses la gran mayoría y también en los casos mas o menos minoritarios –la excepción que confirma la regla- como en el caso de los seminaristas italianos, o del autor de estas línea. O de los belgas que también los había, como en un signo precursor de mi venida por estas tierras. Y soy formal y categórico en lo que afirmo. Había entre los franceses –que no entre italianos (“negros”, “nerii” todos ellos, fascistas o neofascistas o filo/fascistas)- una barrera tenue y mas o menos invisible –de decantación- entre la Memoria de la Colaboración y de la Resistencia. De una Colaboración –católica y anticomunista- por un lado-, y por el otro, de una Resistencia “de derechas”.  Con excepciones como veremos luego que confirman esa regla, de los italianos, los suizos y también los belgas (…) Con un neto predominio no de los “resistentes” sino de lo “colaboracionistas” 

Y confieso que el autor de estas líneas no la veía-esa linde de demarcación- de manera tan nítida como la veo ahora. Y era por culpa de la división –en paralelo- que acabo por extenderse e imponerse allí dentro -de la que me siento uno de los principales responsables (que no culpables) en visón retrospectiva-, entre “duros” y “blandos” (mous) (léase liberales por los segundos y anti-liberales los primeros), a la hora de enfrentar la autoridad del Vaticano y del papa  de Roma y de desafiar más o menos abiertamente las amenazas –que se verían cumplidas- de sanciones canónicas. Porque aunque suene a paradójico –y repito que sólo ahora caigo en la cuenta- en aquella división intestina –que animó y a la vez amargó (por partes iguales) mis años de estancia allí- las filas de los duros e intransigentes partidarios de la ruptura con Roma coincidían groso modo más con los resistentes (de derechas) que con los colaboracionistas (cripto/nazis o cripto/fascistas) y la memoria que prevalecía allí en las clases y en los comentarios –aún tras el cruce del Rubicón, de la desobediencia y de la revuelta- eran los de una Resistencia (Résistance) de derechas. Con las excepciones y salvedades (ya digo)  que confirman la regla. Como lo era la mía –único español los primeros años d estar allí-, y la de los seminaristas italianos, y también –¡oh sorpresa!- la de los profesores y seminaristas, inclusive el director del Seminario, de la orden de canónigos (chanoines) del Gran San Bernardo –la de los perros y sus barriletes en la nieve, de la imagen tan divulgados y conocida entre españoles- - de nacionalidad suiza. 

De un país que se destacó como España en la Segunda Guerra Mundial por su actitud de neutralidad oficiosa como la no-beligerancia española (….) Y que sin duda sólo por ello –solo ahora también caigo de ello cabalmente en la cuenta- era el único país de Europa en aquellos años, en aquellos tiempos (azarosos) de pos/concilio y de mayo del 68 –años setenta y ochenta- que podía dar acogida (y refugio) a un centro de formación de aquellas características (…) Como ilustra lo que aquí adelanto –de la actitud de los profesores y seminaristas de nacionalidad suiza- un invitado de honor del director suizo del Seminario –el canónigo (chanoine) René Berthod-, no otro que Bernard Faÿ del que hablé en este blog y que evoco en uno de mis libros, especialista en masonería –y responsable de Asuntos Masónicos en grado de ministro- del régimen de Vichy refugiado en Suiza largos años de posguerra y que en determinados periodos de mi estancia allí vino (a titulo benévolo) a impartirnos un curso en la materia (…) 

E ilustra también lo que digo el que los referentes principales de la corriente blanda –en nuestro diferendo con Roma- lo fueran figuras como el Abbé de Nantes –que ya evoqué no hace mucho en este blog-, u otro incluso –que tuve en mis años de estancia allí como una especie de coco (“bête noire”- el fundador y líder de la Ciudad Católica rebautizado Office (para abreviar un titulo largo y complicado y difícil dedescifrar y de traducir) cuando yo allí llegué. Y era Jean Ousset, comprometido con la Colaboración –por sus (notorios) lazos con la Acción Francesa y con Charles Maurras- aunque no fuera en la posguerra victima de represión (judicial) alguna. Y los “duros” en cambio, de los que más cerca (por regla general) me sentí allí, los más intransigentes a la hora de enfrentar o de pensar tan siquiera en la ruptura con Roma, eran como digo los tributarios –mayormente por los lazos familiares- de la Resistencia francesa, “gaullista”, de derechas. Y sus referentes –en el seno de la corriente del tradicionalismo francés- lo eran figuras o bien anodinas en  el plano histórico o político/ideológico o en su momento mal definidas -en esa criba (Resistencia “versus” Colaboración)-, como el padre Agustín (Maria) –ultra de los ultra/integristas, benedictino reformador de la estricta observancia - o como el padre Noël Barbara (con acento final) –de origen maltés o judío/maltes, según las malas lenguas- o como Jean Madiran (seudónimo literario de Jean Arfel, de ascendencia judía también acusado y atacado por su pretendido pasado colaboracionista al final de la guerra,  que salió a flote al precio de distancias o despedidas (como se diría en España) “a la francesa” (….) Y en unos y otro de los recién nombrados se descubriría como digo –al gran destape (y como un denominador común) - la ascendencia judía, o judeo/francesa (…) 

Una tensión interna en régimen de equilibrio inestable –entre Resistencia (de derechas) y Colaboración- que Monseñor Lefebvre consiguió mantener –ante la extrañeza e incomprensión e irritación de muchos de sus seguidores desde el principio hasta el final. Sin duda porque no podía ser de otra manera (en un alto eclesiástico como él): como a imagen y semejanza de  las contradicciones (ideológicas) que encarnaba el propio arzobispo francés, enlazadas en línea recta a su  vez, de ciertos puntos de vista, con la actitud equivoca mal definida –por o contra la Alemania nazi- que fue durante la Segunda Guerra Mundial, la de Maurras y la Acción Francesa: y fueron por parte las del padre de aquel en suma, maurrasiano de militancia y de convicciones que alojó en los pabellones de la firma (textil) de la que era titular y propietario –en Tourcoing en el Norte de Francia junto a la frontera franco/belga- a tropas inglesas en los primeros meses de la guerra, y acabó sus días, en deportación en Alemania y muerto allí de forma violenta lo que valió a su hijo figurar de miembro de una de las masonerías (blancas), de resistentes (de derechas) “Compagnons de la Liberation”- más poderosas e influyentes en Francia en la posguerra. 

Bad Reichenhall en las inmediaciones de Berlín. 8 de mayo de 1945. Momento fatídico que va a llevar al paredón de fusilamiento –a manos nota bene de republicano/españoles de la Nueve- a doce jóvenes franceses de las Waffen SS (División Carlomagno). Cuando el Mariscal Leclercq (gaullista) les increpa por vestir un uniforme extranjero, a lo que le responden que es lo que él lleva puesto. Un crimen de guerra de la Resistencia, como otros que desmienten y contradicen ese cuento de buenos y malos –de la Segunda Guerra Mundial- que Marine Le Pen lleva bien dentro en la cabeza, que habrá llevado a la implosión del Frente Nacional, y que funda e inspira –como una obsesión- “la des-diabolizacion” del FN, su principal estrategia ahora

Y Marine Le Pen –y tantos y tantos a su ancas ahora, en Francia como en España- que diga o piense lo que quiera. A propósito, qué decir del Frente Nacional y de sus miembros y adherentes en toda esta historia. Lo mismo o para el caso o mismo que con Monseñor Lefebvre, el caso –emblemático en extremo, de ambigüedad y de indefinición- de Jean Marie Le Pen, hijo de un notorio partidario de la Colaboración (petainista) en su región (la Bretaña) que su hijo consiguió rescatarlo –lo que sin duda le honra- en la Memoria oficial (de “la Liberation) gracias a su muerte victima de un accidente , y fue de la bomba que hundió su barco de pesca –y a él también- que no era mas que una mina alemana, lo que su hijo Jean Marie Le Pen consiguió –como lo denunciaron hace tiempo allí (con su aquiescencia) la gran prensa y biografías de gran difusión por cuenta suya- hacer pasar por un acto de resistencia. 

Y confirma lo que aquí quiero decir el mismo título de Frente Nacional, nombre de una de las formaciones (tardías) de la Resistencia (mayo de 1941), criatura del partido comunista francés que hace pensar a cómo se rebautizó –idénticamente- el maquis (comunista) español en la incursión (fallida) del Valle de Arán sólo un poco más tarde. Y esos meandros y vericuetos –de Historia y de Memoria (de Francia y de las corriente francesas de derechas, en la Segunda Guerra Mundial como en la guerra de Argelia)-, explican (con creces) y no otra cosa la implosión a la que absortos) asistimos del Frente Nacional por culpa del desgarro intestino que habrán protagonizado padre e hija, aquel aferrándose en su fidelidad a la memoria de la Colaboración y del Mariscal Pétain, y está literalmente obsesionada con “la des-diabolización” –neologismo de dificil traducción (y transcripción)-, léase la presentación –una tras otra- de patentes y credenciales de antifascismo y de pasado en la Resistencia. Eso es lo que hay, que como aquí decimos, la Historia es la que es. Y Marine Le Pen –insisto y repito-, que piense o que diga lo que quiera

domingo, agosto 23, 2020

CAYETANA Y LA SANTA MADRE IGLESIA ( A Pío Moa)

 

En la foto Cayetana Álvarez de Toledo con su marido catalán -y padre de sus  (dos) hijas- del que está públicamente separado y que no obstante habla bien de ella. ¿Con la Iglesia hemos topado querido Sancho? Guardiana de la Moral y de las Buenas Costumbres. La Clave del acertijo. De la caída en picado de este meteorito de la política española. Como lo pone de manifiesto el vil ataque del que se ve (ahora) objeto de parte de Pío Moa      

A vueltas con Pío Moa. Me he ocupado de él –discrepante y al mismo tiempo con respeto- ya a menudo en este blog, sin merecer de su parte el más mínimo eco o la más mínima respuesta. ¿El que calla otorga?, ¿él también entre los que (aún) no me perdonan?, ¿o será que le(s) da miedo o intimida ese toque de infamia o apestamiento que de cerca o de lejos me acompañan y que contagia o contamina a todos los que de cerca o de lejos de mí se acercan? Y me ocupo ahora de él de nuevo partiendo una lanza en defensa de Cayetana Álvarez de Toledo. En su desagravio y en su honor (y honra). De todos los venablos y puyas a cual más deshonrosa y afrentosa que en su reciente articulo Pío Moa le reserva. No es una defensa política o ideológica, ni entro al trapo ex profeso en el debate que el historiador “revisionista” –pero menos- pretende lanzar a costa de ella. Es una defensa por su honor en entredicho. De mujer, digna de entrada y fuera de toda sospecha –¡faltaría mas! aunque sea una mujer metida en política (española). 

En un articulo reciente que le dediqué en este blog, me curé de entrada en salud, tomando (prudente) distancias de su  enardecido constitucionalismo que es el flanco por donde Pío Moa le embiste, ahí donde el zapato parece que a ella más le aprieta. Hay que comprenderla. Por mujer, por  marquesa, por argentina –más exactamente patricia argentina- y por marquesa. Que a fe mía todas las lindezas que le dedica –de “señorita charlatana e ignorante”, de “osada moza”, De Cayetana Alvárez (a secas)- y las que le dedican sus desaforados corifeos (en la Red) -tiparraca, y “esta tía”-, revelan, amén de un craso (y grosero) partidismo –y también sexismo, sí por qué no?-, un sordo rencor –a extremos de alergia y urticaria- que el tipo de mujer que Cayetana tan iconográficamente encarna, le(s) produce y además de eso una forma anticuada –y  encogida, el tratamiento que no falte- de dirigirse a mujeres sobre todo mujeres de clase, que más de uno no dudaría en calificar de franquista. Hay que comprenderla ya digo. 

¿Tomó o identificó España a su Constitución la (ex) portavoz(a) del PP? Tan grande no fue su culpa. ¿O no vivimos (hasta hoy) en la España de la democracia y de la Transición bajo la idolatría (criptica y solapada) de la Pepa? La Constitución española del Año 12, madre de todas las que vinieron después, esa es la madre del cordero –que nos costó entre otras secuelas varias guerras civiles (….)- y de eso Cayetana no tiene la culpa. Y en la universidad inglesa donde (con gran aprovechamiento) estudió –de élite si, pero donde de seguro no faltaron españoles y españolas (de a `pie), en esa y en muchas otras- no era a fe mía el sitio ideal para curarla de ese constitucionalismo (rayano en la idolatría) ¿Tiene una visión sesgada y alicorta –o rudimentaria y deficiente- de la Historia de España como le reprocha Pio Moa? ¿Y que sé le puede pedir a una joven argentina o hispano/argentina, historiadora d formación sí, pero no como él (de profesión)? Bastante que llegado el momento supo escoger y optar –fiel a sus raíces y a su orígenes- por la nacionalidad española. Nobleza obliga. “Cayetana es una de las lideres del PP más interesantes –leemos (absortos)  entretanto en uno de los raros que la defienden entre los que le zahieren y vituperan- es valiente y combativa con el marxismo". Punto. ¿Será eso lo que Pio Moa no le perdona? Que en tratándose del celebre historiador confieso que no se me fue nunca del todo la mosca detrás de la oreja: no otra que la duda que inspiran todos los conversos. Y sus hermanos gemelos, los cripto/marxistas. Y de San Pablo (Chaúl) a Juan Pablo Segundo, la lista no es precisamente corta (…) 

Deficitaria Cayetana en materia de Historia es posible, pero no precisamente en el deber de Memoria. Como lo sabe mostrar y demostrar poniendo por montera sus raíces, léase sus apellidos ilustres por partida doble, por la rama española, y (sobre todo) por la rama argentina que me diga patricio/argentina, que es lo que su detractores de alli parece que no le perdonan. Álvarez de Toledo por el lado de aquí, y del de allá, Peralta Ramos y Madero (un respeto), de una estirpe o linaje de Españoles de América que denigro y mancilló y calumnio todo lo que pudo la (pretendida) Emancipación Americana (antiespañola). Con lo que sabe honrar y dar muestras a un tiempo de aquel patriotismo “de estirpe –por contraposición a ese otro de “telúrico”- que evoca (en “España, germanos contra bereberes”) José Antonio Primo de Rivera. Y haya tal vez que haber vivido allí para tener plena consciencia del guante del desafío –en todos los planos- que entienden querer recoger estas líneas. 

¿No es franquista o no del todo Cayetana a gusto de Pío Moa?, que parece que está pidiendo o buscando la Luna. ¿No reconoce todo el legado que nos legó a España y a todos los españoles el régimen anterior? Defendió unas y dientes la Transición, que otra cosa seria pedir peras al olmo en generaciones jóvenes –como lo es ella- presas de una ignorancia (moralmente) invencible, por razón de la educación recibida (en ciertos temas) La política lo primero además (como dijo Charles Maurras) Y quien dice política dice (aquí) Realpolitik. Como la que Pío Moa y Stanley Payne con tanto arte y aire esgrimen y practican. La política de lo posible derivada –en línea recta- del nuevo orden (mundial) resultante del desenlace de la Segunda Guerra Mundial –con el triunfo de las democracias y la derrota de los nazi/fascismos-, en lo que fue una derrota española digan Pío Moa y Stanley Payne lo que digan. El antimarxismo, lo que no le perdonan, ya digo. Ni a ella ni al PP (que ella representaba y todavía representa) 

Que esa seria otra pista (fértil) de indagación las razones y los motivos –secretos inconfensables- del rencor y de la aversión y el odio (africano) a aquel partido que rezuma Pio Moa. Y al que –me curo en salud de inmediato- nada (en lo que me concierne) le debemos. Y arremete también un poco (que no se diga) contra Pedro Sánchez. Tienen, Pio Moa y muchos otros –a Pedro Sánchez ahora como antes Zapatero- lo que ellos mismos buscaron y quisieron. ¿Por cuenta de la Moncloa este ataque vil –bajo y abyecto- e inmisericorde contra Cayetana de Pío Moa? ¡Vivir para ver fantasmas míos! 

(A menos que nos estemos topando de nuevo en este -como en otros asuntos- con la Santa Madre Iglesia. Por razón del Sexo –opuesto-. Léase del Sexto y Nono Mandamientos y del principio de la indisolubilidad del matrimonio –. O lo que viene a ser (un poco) lo mismo, por escandalosamente bella y rubia, y por marquesa.  ¿Historiador “revisionista y periodista independiente o la Voz de su Amo (o de su ama), Pío Moa?

sábado, agosto 22, 2020

ISRAEL TRAS LA EXPLOSIÓN

¿Hongo nuclear en Beirut (el 4 de agosto 2020)? De un arma nueva, atómica y táctica (y no estratégica) -con un saldo de 100 muertos y 5000 heridos, y la destrucción completa de Beirut Este (y según leemos ahora, los lugares emblemáticos alli enclavados del cristianismo maronita, Achrafieh, Jounieh, Ain El Remmaneh)- : y fue la empleada por Israel contra un (presunto) depósito de armas y explosivos de Hezbollah (chiíes pro sirios de Bachar y anti-israelíes) 

Por mano amiga me llega un enlace de medios franceses identitarios sobre la explosión de Beirut, y en él una versión de los hechos que desmiente y contradice fundamentalmente todo lo que venimos leyendo al respecto en la red, con la anuencia (crédula e ingenua) de muchos -confíteor- entre ellos yo: ¿un caso mas de corrupción –de derechas- como la Gurtel (y su folletón), como lo de Barcenas, la Espe (del PP) , y qué sé yo, lo que vendría a confirmar -de su prestigio y de su autoridad en su visita allí- el presidente francés –de la antigua potencia colonial- Emmanuel Macron (y sus lecciones -de dejar los dedos marcados- de moral, y su sermoneo anti-corrupción, durante la visita, de marca mayor)? Pero por lo que se dice y cuenta en el articulo referido, viene a ser que no. ¿No? ¿El que calla otorga? 

En este caso parece tratarse de otra explicación. Un arma nueva –de guerra global y total- de Israel, que las autoridades libanesas –señaladas con el dedo de la prensa “mainstream”- no denunciaron, no porque tuvieran cosas que ocultar -“clavos” de corrupción, estercolero apestando a nitrato de amonio (por toneladas), o que sé yo- sino pura y simplemente para no desmoralizar a la población (sic), enfrascada en una guerra del fin del mundo y más en llamas que nunca por muy olvidada y por mucho que la prensa global consiga mantenerla fuera del primer plano y de los focos de atención. 

Y de lo creíble del testimonio da muestras o ideas la cantidad de argumentos que en el articulo se vierten y enumeran y sobre todo, la personalidad del autor, Thierry Meyssan, periodista sirio/libanés y gran nombre del periodismo (internacional) de investigación-, de una credibilidad –y una solvencia- a toda prueba tras la cobertura que consiguió servir él, sin falta, a la guerra en Siria, desde el principio hasta el final, en solitario o casi, siempre en primera línea de la batalla –de guerra total- de propaganda y de información. Quien afirma y defiende esa nueva versión y apunta con el dedo por su cuenta y riesgo al premier israelí Benjamín Netanyahu, quien–lo aprendemos ahora- señaló a la Asamblea de las Naciones Unidas el lugar de depósito de armas y explosivos de Hezbollah –chiíes pro/sirios- precisamente el mismo donde se produjo casi dos años mas tarde la explosión

Y el juicio que acaba de tener lugar contra los (presuntos) autores de Rafic Hariri antiguo primer ministro libanés –de confesión suní, antisirio y pro-israelí- no consigue ni apuntalar tan siquiera la versión que de la explosión en Beirut los medios se empeñan en difundir (hasta la obsesión) Rival político directo, Hariri, y en primera fila del actual presidente, el general (cristiano maronita) –y antiguo jefe no se olvide, de las Fuerzas Libanesas (falangistas)- Michel Aoun, chivo expiatorio de la calle y de los medios tras la explosión (….) 

¿Ultimo estertor del conflicto israelo-palestino o de la guerra en Siria la explosión de Beirut? Probablemente de los dos. Y en un contexto no se olvide de expansionismo turco, aliados objetivos –contra Bachar y contra los iraníes- del estado de Israel. ¿Cruce del Rubicón este articulo?, serán tentados de concluir algunos que de antiguo aquí me leen, y a los que les brindo –aún sin debérsela en modo alguno- estas breves líneas a modo de explicación. Fui pro-israelí en la guerra del Líbano porque era lo que había que ser, por el prestigio y la ascendencia moralmente invencible (un decir) que el nombre de Falange (o de la Falange) –Kataeb- ejercía entre algunos españoles (como yo) por razones fáciles de comprender. 

Pero las primaveras árabes cambiaron abruptamente todas las tornas en la región. Como lo ilustró el asesinato (casi) ritual del coronel Gadafi que no comprendí y sigo sin aprobar ni comprender. Y fue sobre todo en la medida que aquella ventolera (aciaga y funesta) hizo nacer esperanzas en algunos de los principales (aunque no todos) lideres falangistas (Geagea, Pierre Gemayel jr.), o en los indignados españoles (15-M), y las tronchó y remató en otros a la vez (por culpa de estos últimos sobre todo, como ya largo y tendido lo expliqué) ¿Y nos curó y separó de nuestras simpatías y amistades (falangistas) e hizo que nos pusiera en malas/compañías? ¡Que le vamos hacer! ¿La culpa? De Israel

 

El general Michel Aoun, presidente (cristiano maronita) de Líbano, carga con el sambenito en la esfera diplomática y en los medios de la Prensa global de principal culpable -y reo de corrupción- por la explosión de Beirut. Milongas. De pusilanimidad cabria a lo sumo hablar: por guardar silencio (no culpable) con objeto de no desmoralizar al conjunto de la población ante la nueva arma táctica empleada por Israel

 


viernes, agosto 21, 2020

Balada de la Petite Suisse

Entre Madrid y Bruselas

Entre aquí y allí, el Norte y el Sur,

entre las sombras del Norte

y el Sol de allí (del Midi)

 

mi vida amor se balancea,

entre el gris de aquí y el Azul

¿O no me creía “flor” yo

“Prince bleu” como le dicen aquí?

 

Cual los cielos y los lagos

de azul turquesa de allí

que se me grabaron fijos

los años que allí viví,

 

país de alturas y relojes

Chaux de Fonds, te suena ¿a que sí?

Como una caja de música

¿Por qué, si nunca estuve yo allí?

 

¿Será por aquellos ojos

Aquella mueca (aquel mohín)

Que se me cruzó hace Ya tanto?

¡Corza alpestre, como lo eres Tú!

 

Que me hacía guiños

-y que venía de allí, sí-

a los acordes de un vals triste

(lo que es mi vida ahora sin ti)

 

cuando la Utopía se apaga,

 parece que llega a su fin

en este mundo distópico

que emerge ahora ¡ay de mí!)

 

Y los dulces sueños aquellos

De mi memoria triste (y feliz)

Se van en fila india (¡ay dolor!)

Como te fuiste Tú de mí

 

Y cuando la Madre Noche

Que de amante se me hizo hostil

no me ofrece ya el refugio

que me brindó viviendo aquí

 

¿Será porque yo no era

nocturno como me creí?

¡Como tampoco tú lo eres

Ni la Belleza de tu pais !

 

(Balada de la Petite Suisse)

 

miércoles, agosto 19, 2020

¡GRACIAS CAYETANA!

 
Gracias Cayetana, por tus errores y tus torpezas y tus ingenuidades en politica, de creer que la Pepa era igual que tú. O que España era igual a ella, porque si España no es igual a la Monarquia, tampoco es igual a su Constitucion. Todo eso te lo perdonamos, marquesa, cuando tantos te abandonan. Por esa vacuna -de encanto y de belleza, de gancho (femenino) de distincion y de refinamiento en las costumbres (dixit Jose Antonio Primo de Rivera)- que aportaste a la política y a la sociedad española. ¡Por eso besamos la punta -y el tacón- de tus zapatos, Cayetana intrépida!, hoy ayer y siempre ¡Por Rubia, por Patricia y por Marquesa! 

martes, agosto 18, 2020

GUILLERMO DE ORANGE Y EL CRIMEN DE GUERRA

“Violencia en la formación de un Estado. Arte de la supervivencia en los pantanos de Den Bosch” (1572-1629) En esta obra (erudita) de investigación académica, fruto de una tesis doctoral en la Universidad (católica) de Nimega, se denuncian las practicas de genocidio en la política de tierra quemada a cargo de Guillermo de Orange y de su hijo Mauricio de Nassau, y a costa de la población campesina de confesión católica –y partidarios de la causa de España allí- de la zona (pantanosa) de Den Bosch, Sur de los Países Bajos, en la fase final de la Guerra de los Ochenta Años. Su autor, holandés, Leo Adriaenssen, fallecido poco después –a la edad de sesenta y siete años- y con el que llegué a entrar en contacto antes de su muerte, venia de la izquierda extrema, fuera pues de toda sospecha. Era uno de los dirigentes “provos”, los émulos holandeses de los “enrabiados” franceses de Mayo del 68. Y en una entrevista al diario “De Telegraaf”, el mayor periódico holandés (de Amsterdam), a raíz de la disertación que hizo en la presentación de su obra, acusó a Guillermo de Orange de crímenes de guerra contra sus propio pueblo, comparándolo con el mismo Stalin      

 

Dos fregados de estos últimos días en las redes sociales y en la Red están inmediatamente detrás de este articulo que escribo en caliente y casi sin pensarlo. Uno lo habrá sido a raíz de la mención –hostil y deshonrosa- de la Inquisición, de un buen amigo belga/flamenco por cierto, en unos comentarios a la noticia –que para algunos no lo es tal- del rechazo de la demanda de extradición de la Justicia española de uno de los catalanes refugiados con Puigdemont aquí en Bélgica. Y el otro de muy distinto cariz pero para el caso lo mismo -para el gato escaldado que escribe estas líneas, quiero decir- y lo son los comentarios ante la confesión –inocente y amistosa y apolítica- de uno de mis amigos belgas –flamenco y a la vez de expresión francófona- de la ascendencia bilbaína por una de las ramas –materna- de su genealogía familiar.

Los vascos de los Tercios de Flandes no sólo estuvieron en la Intendencia destinados. Se les encomendaban también las misiones más difíciles, cruciales y delicadas de la Monarquía española: el “vizcaíno” Juan de Jáuregui (en la foto) intentó matar -hiriéndole gravemente- a Guillermo de Orange por orden de Felipe II, lo que pagó con su vida (rematado por los alabarderos que acompañaban al líder protestante)

Que habrá llevado algunos de los intervinientes a especular (gratis) por cuenta de las raíces vascas de mi amigo, a base de grupos sanguíneos “O” (o RH y demás) ¡Lagarto, lagarto!, como diría García Lorca (….) Y si se le añade además la movida o la nube –tan cargada de funestos presagios- que se está incubando (in crescendo en las últimas horas) en los medios aquí por cuenta de las vicisitudes del rey emérito, Juan Carlos I, y en su desdoro y oprobio, de él y de la institución que bien que mal aún representan, un sexto sentido viniendo desde lo mas hondo y profundo de la memoria me habrá movido –¡ahora o nunca!- a darle a la tecla sobre un tema tabú, del que nunca habré osado (confíteor) decir ni pío en los treinta y dos años que aquí llevo residiendo. Y lo es sobre la monarquía holandesa, y sobre el fundador de la dinastía, Guillermo de Orange padre de la Patria y “pari passu”, autor e instigador (supremo) de la Leyenda Negra antiespañola. Y no sólo eso. De palabra y obra y no sólo por escrito, las cuentas que entendemos deber ajustarle a Guillermo de Orange, padre de la dinastía (protestante) holandesa. Y no lo digo solo yo, sino alguien fuera de toda sospecha, del linaje (holandés) de sus súbditos. Autor de una obra de investigación erudita donde se denuncian los crímenes de guerra (sic) en las prácticas de genocidio y en la estrategia de tierra quemada de lo que Guillermo de Orange se hizo culpable en las líneas de frente de la zona (pantanosa) de Den Bosch –Sur (católico, e hispano) de los Países Bajos- al final de la Guerra de los Ochenta Años. Guerra de religión, y a su vez –lo que ni el propio Marx supo ver (y sí en cambio sus epígonos o discípulos siglos después)-, una guerra de religión con fondo o trasfondo de guerra de clases –en ciertas áreas o regiones al menos-, de campesinos católicos contra burgueses comerciantes (protestantes) y en la que Guillermo de Orange no desmereció en crueldad -en las tácticas que emplearon los de su bando- de los reproches y acusaciones que se vienen transmitiendo siglo tras siglo contra los españoles aquí a cuenta de la Leyenda Negra. Campos inundados, cosechas destruidas o echadas a perder, pueblos incendiados, en una estrategia de tierra/quemada que llevó a un vertiginoso descenso de la población, hasta en un 70 por ciento. El pasado en ascuas, la guerra de hace (ya) varios siglos que son para algunos –doy fe de ello- apenas minutos o segundos tan siquiera. Y que de nada sirve con taparse los ojos debajo del ala (como el avestruz) o querer dejar pasar un pasado que no pasa, al menos para los españoles que residimos por estas tierras (….) Y no es un testimonio aislado la obra (de investigación) que traigo a colación ahora. En un congreso de hispanistas en la ciudad de Utrecht hace ya mas de veinte años, al que acudí sin que nadie me invitara, me sorprendió –hablando con unos y  otro de los asistentes- en los pasillos, durante la celebración del certamen, del consenso (y no exagero) que entre aquellos hispanistas holandeses, de lo más correctos (políticamente hablando) –y de las mas altas credenciales y patronazgos (incluso de la Embajada española), suscitaba la persona de Guillermo de Orange, y su dinastía. Me explico, en contra suya. Algo que salía allí a la luz, espontáneamente a relucir,  en aquel ambiente de hispanistas, pero de lo que se me antojaba pensar -como impensable- el que pudiera llegar hasta la vía publica. No importa. Porque no dejaron de darme con ello una pista (…) Memoria procelosa, rezan los clásicos, no sé exactamente de quien la cita, que me apropio con todo el derecho siguiendo el consejo (divertido) de Fernando Savater al que se lo oí en una intervención aquí en Bélgica, a él por vez primera. Y más si cabe la memoria española en estas tierras de los Países Bajos. Memoria procelosa y laberíntica. Como me lo puso igualmente de manifiesto el encuentro de hace ya bastantes años –del que aquí ya alguna vez trate- con un protestante holandés antiguo misionero católico (en el Brasil) que hizo campaña en los Piases Bajos –y por ese motivo entré en contacto con él- con ocasión de la visita a Holanda de Juan Pablo II al que echo en cara –él también- el fantasma (sin cabeza) de la Inquisición española. ¡Fanatismo sin igual, ¡meu deus! Al que me hubiera gustado ofrecerle el libro sobre Guillermo de Orange del que estoy tratando aquí. Rodeada de fantasmas silenciosos, la memoria histórica de signo protestante y antiespañol en aquel protestante holandés y en sus émulos y discípulos españoles (¡ay dolor!) Como los de los numerosos holandeses de las Waffen SS, caídos en una de las últimas batallas –y la Última de las derrotas aliadas- de la II Guerra Mundial, en la batalla de Arnhem defendiendo heroicamente –frente a Patton y  Montgomery, el puente sobre el Rin en plan de uno contra diez. Allí precisamente, junto a Velp, donde aquel pastor protestante (dómine) holandés vivía con su familia y donde me alojo –navidades del 85- cuando salí de Portugal. Algo por cierto de lo que ni por asomo oí hablar a él. ¿España no es la Monarquía? Es posible, pero lo que es mas que cierto, es que Holanda, el pueblo holandés –católicos y protestantes- no se debe confundir con la casa de Orange. Y lo digo aquí en Bélgica. De urgencia, y a riesgo de lo que me pueda caer