martes, septiembre 13, 2022

JAVIER MARÍAS Y LA MEMORIA DE LA GUERRA CIVIL

 


Escena memorable de "Men", un film de terror (y de horror) "british" -comparable a las novelas más emblemáticas de Javier Marías-  con esa impronta religiosa y ese cuño -protestante- imposible de obviar en la cultura y en la obra -y en las novelas de terror (guerracivilista) (...)- del mas "anglo" -dixit Franciso Umbral- e internacionalmente galardonado de nuestros escritores,  como lo es él  

Ha muerto Javier Marías. Punto y aparte. No tengo nada en contra personalmente, que conste. No le conocí, no le leí y es para mí pues un perfecto desconocido, pese a que por su edad y por sus orígenes y raíces barrunto que me lo habré cruzado mil veces en encuentros fallidos o en "desencuentros" como dicen tan expresivamente los portugueses, y que por paradójico que parecer pueda albergo no obstante la íntima impresion -de todo lo que precede- que de haberle conocido nos hubiéramos entendido a las mil maravillas, pienso yo.  

Y sin embargo ("eppure"), de lo poco que leo ahora a trancas y barrancas de él o sobre él -en francés y en neerlandés- sigue sin ofrecerme (desesperadamente) el menor interés. Lo contrario -doble paradoja pues- del que se puede calificar como el anti-Javier Marías y me estoy refiriendo a Francisco Umbral, que tuve y sigo  teniendo como mi maestro de estilo del que me leí todo lo que deja escrito y con el que mucho me temo -e indicios no me faltan- que de  haber llegado a encontrarle la cosa hubiera salido fatal. Y el porqué de esa tenaz y doblemente misteriosa alergia o aversion -entre éste y aquél- es de lo que quiero tratar aqui: mejor glosa imposible a mi juicio del escritor ahora fallecido y de su obra tan críptica e inaccesible para algunos, por lo menos de los de su propio pais (....) 

Y lo que llama la atención de entrada en esa implacable hostilidad -recíproca a no dudar- no lo son tanto los juicios o comentarios críticos sino los silencios -por ejemplo, en esa (inmejorable) galería umbraliana de escritores españoles contemporáneos que son "Las Palabras de la Tribu" -más elocuentes que las palabras, freudianos (sic) los llama-, tal como explica en esa obra, por si dudas cupiera, el propio Umbral. Animadversión literaria sólo o doblada de lo personal, que en Umbral son dos cosas -todos aquí estarán de acuerdo- tan imposibles de separar? Un niño/bien en ese juego de espejos que se traen entre uno y otro, Javier Marias de su carrera pre-literaria (como docente en Oxford, "s'il vous plaît") tan brillante, y por su nombre ilustre, y a mil años luz pues del hijo/de/nadie que fue -hoy ya a los ojos de todos- el "pobre" Francisco Umbral? 

Escritor sin estilo, Javier Marias? De estilo afectado, de prestado -de fuera (en francés"d'emprunt")-, de una literatura "anglo" que nunca -mea culpa, mea maxima culpa- me consiguió interesar. Problema mío pues, más que el suyo o el de Francisco Umbral? Qui lo sa. Y echando un vistazo a toda prisa -confieso que como hecho de encargo- a la revista de prensa (extranjera) que ahora me llega sobre él, y en la que se le define o se le describe como un escritor de la memoria, del olvido que me diga o de la falta de memoria que es el gran reproche que de cara a los medios y al público extranjero que él echa en cara a su  España natal, creo dar con la clave de su misterio, léase de su exito (de ventas) y de la indiferencia y falta de interés que siempre él ofrecio en  mí (como un estigma fatal) Novelista puro, a la antigua o novelista a secas como Cervantes o como (horresco referens!) Benito Pérez Galdós, al que destestaba sin secretos ni complejos Francisco Umbral, quien no creía en la novela o al menos en la novela "con intriga" y "triple unidad" -léase páginas y más páginas- o "con bichito dentro" como decía él? Escritor de la culpa como sea, Javier Marias, léase del olvido (culpable), que él se encarga de conjurar en sus (interminables) novelas -tan del gusto de la literatura inglesa. 

Y lo hace a base del terror,  tipicamente "british" y tan inigualable en otras culturas y en otras lenguas, como su sentido (negro, "british") del humor. Un  terror a la inglesa -lúgubre y macabro e igualmente "british", proverbial- y de fuente o de salsa a la vez española (nota bene), de la guerra española del 36, de telón de fondo omnipresente en sus novelas como asi al menos lo ve o lo quiere ver la critica extranjera. Elemental. El terror de los que vencieron "entonces", inútil de precisar. Y por ahí se cuela esa antinomia que aquí ya expuse con ese otro escritor no del olvido sino de la memoria -óptica en él, visual- intransferible, personal de la guerra civil española como lo fue Francisco Umbral, que debía ver técnica apenas o artificio literario en el sesgo memorístico de la obra de Javier Marias, fruto o producto de un empeño meramente comercial (....) 

Y me viene a la mente al hilo de estas líneas un film que aquí (vagamente) evoqué, en pantalla hace unos meses en el centro de Bruselas (...), que me parece uno de los filmes -macabro y lúgubre en extremo- de terror, más de lo que nunca hasta ahora ví (sin exagerar) "Men" es un film de terror (u "horreur"), como un exorcismo a la vez de un terror machista o misógino -tal como lo anuncia de entrada el titulo del film-, de lo que da idea también la pareja (de hombres), únicos espectadores -y yo- en la sala sobrecogedoramente vacía, a la medida de un film tan espectral, y a gusto pues de feministas (de ambos sexos) De un terror de raíz psicológica y a la vez religiosa y de un cuño innegablemente protestante (sic), como se lo presta uno de los personajes, cura/católico -de sotana-, violador y obseso sexual (como no podía faltar) Algo que en la crítica por muy estrictamente literaria que se pretenda de la figura y de la obra de Javier Marias, escritor emblemático si los haya, tampoco podía faltar. 

Y pongo punto final a estas líneas después que le hincase o intentase hincar el diente a una de sus obras -"El monarca del tiempo" (la más antigua)-, treinta páginas de lectura con dos o tres puntos y aparte, por favor!, en un soliloquio (ensimismado) más que abrumador  y en una retahila interminable anti-militarista, comparable (aunque muy de lejos) a "Gloria y servidumbre" de Alfred de Vigny, y es por su cargazón desmoralizante sobre todo, muy del tenor y del gusto de la época aquella -años Setenta- en los que ya falté yo de España  (como por casualidad) 

Y lo que consagraba la rivalidad -que se me olvidaba- entre los dos escritores tan antitéticos del Olvido y de la Memoria -Javier Marías y Francisco Umbral-, lo era (y sigue siéndolo) el contencioso umbraliano sobre la Academia (que ahí está, ahí está, viendo pasar el Tiempo, como la Puerta de Alcalá!) (...)


Novela del olvido y de la memoria de la guerra civil (del 36), en un "lugar de memoria" -"Región" en las montañas de la provincia de Leon, como "Mágina" de Muñoz Molina, léase Úbeda, junto a la Sierra del mismo nombre, provincia de Jaén-, y emblema literario de toda una generacion, la del autor, Juan Benet, "alter ego" de Javier Marias, escritores ideológicos, y no puramente literarios uno y otro como se nos pretende ahora vender 



3 comentarios:

PREFERENS dijo...

un hijo de papá cena lo que he escrito en mi blog
como novelista es muy malo

PREFERENS dijo...

GRTACIAS krohOH GRAN ARTICULO TUYO, CREO QUE MUTATIS MUTANDIS COINCIDIMOS AUNQUE TÚ SEAS DE UNA GENERACIÓN MÁS JOVEN QUE LA MIA, UN CALOYO, PUES SI LO MISMO QUE bENET INSOPORTABLES ANGLOS Y ES VERDAD LA NOVELA COMO DICE EL GRAN uMBRAL no ES UNA NARRACIÓN DE ACONTECIMIENTOS SINO VIVENCIAS INTIMA UNA CALA PERSONAL PARA LOGRARLO HHAy que ser un genio como Umbral o Cela y estos con Marias y compañía son rastacueros.

Juan Fernandez Krohn dijo...

Gracias Preferens. El tal Benet se retrató e inmortalizó en el recuerdo (un decir) por la andanada -antes de la caída de la URSS- que vomitó en los medios españoles contra Soltzhenitsyne, al que habrá acabado elogiando el mismo Vladimir Putin (...)

La Fiscalia del Odio que no existía aún entonces, creo que se lo debieron pensar dos y tres veces después de aquello, antes de ponerse a funcionar (...) Calamitas calamitatis! El complejo de culpa marca Ridruejo -que fue el mentor y padrino de aquél-, de resultas del desenlace de la II Guerra Mundial.

Un fuerte abrazo, Preferens, y como siempre, proa a la mar!