miércoles, mayo 03, 2023

JOSÉ ANTONIO, ENTRE EL MITO (ALTER/CHRISTUS) Y LA VERDAD HISTÓRICA

 


Humanizar a Hitler -des-demonizándole-, como acierta (genialmente) a hacerlo esta biografía de su único amigo -de adolescencia y juventud-, la fuente biográfica mayor de todo lo que se ha escrito sobre él. Y humanizar -des-diosándole (y desmitificándole) - a José Antonio en su vida, en los últimos momentos de su vida en especial, y en las circunstancias -mitad sólo esclarecidas- que acompañaron a su muerte (atroz) : de un Hitler demonio encarnacion del Mal -para el Pensamiento unico (en vigor)-, y de un José Antonio -semi-dios o alter Christus para sus devotos-, a (integralmente) Hombres los dos, único plano de comparación posible entre el Fuhrer aleman y el Fundador español. El encuentro de los cuales -en Berlín, 1.° mayo 1934- fue la suprema coartada para condenar a muerte a José Antonio, y para el visto bueno a su salvaje asesinato,  del tribunal popular de Alicante (y que me perdone Juan Manuel CEPEDA hijo) Cuestión de conciencia e invitación -urgente y apremiante- a una revisión ideológica

El articulo que comenté en anterior entrada de Pío Moa, "La Falange en perspectiva",  era manco de perspectiva, por paradójico que parecer pueda. No en el plano histórico -de Historia española- sino en el plano internacional, en el contexto del mundo de entonces de cuando se sitúa cronológicamente el articulo que nos ocupa, a saber la fase final y el desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Y no lo enfoco como una carencia en el análisis del combativo historiador -sobre el que ya me explayé dentro y fuera de este blog- sino como un (pequeño?) desafio para un historiador de vocación -aunque no "profesional"- como lo soy yo, con vistas a avanzar en busca de la Verdad histórica por los caminos de una investigación -en francés Recherche- a menudo objeto de atascamiento, por razón de las líneas directrices del pensamiento/único hoy por hoy en vigor. Así por ejemplo, Pío Moa afirma (cargado de razón) que la Falange infundió a la sociedad española un espíritu de desafio (sic) que les permitió resistir victoriosamente el "criminal aislamiento" que nos deparó a España y a los españoles el desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Ajeno en todo o parte ese espiritu de desafio cara al mundo exterior como el que supo infundir a España y a los españoles la Falange-cabe honradamente preguntarse- , de un cierto grado y nivel de solidaridad ideológica o espiritual -por encima de la no/beligerancia oficial- con los vencidos en el 45? Ajena esa resistencia al ejemplo de derrota/total en la guerra total que la Alemania nazi "orgullosamente sola" frente al mundo -como emularían más tarde los portugueses a vueltas con su guerra colonial-, en una especie de inmolación colectiva, que verosímilmente hizo pensárselo dos veces a los aliados en Yalta y en Postdam a la hora de decidir de la suerte de España y de los españoles, teóricamente no/beligerantes,  diplomáticamente neutros, pero no en el plano ideológico ni en el marco de la guerra civil europea -fascismo y antifascismo- que tuvo su última y mayor repercusión en la Guerra Mundial? 

Y los ejemplos corroborando esa conclusión en el plano historiográfico, no se echan en falta como lo prueba a título de botón de muestra un best-seller del mercado editorial español ("Madrid 1945") novela/testimonio de la que di oportuna cuenta -tras mi último viaje a España- en este blog. Y es sólo en esa perspectiva como cabe situar el proceso que le costó la vida a José Antonio en Alicante, objeto de amplio debate los últimos días, y de los más diversos análisis y comentarios, que al articulo de Pio Moa habrán servido de telón de fondo o motivo de reflexión primordial. Y en particular, uno de ellos que habrá llamado especialmente nuestra atencion, y es por la audiencia que se le habra prestado en los medios más destacados de la devoción joseantoniana, como un "must" o referencia obligada en el debate en curso hasta el punto que su autor se ve consagrado en esos mismos medios como vocero, historiador o cronista oficial (sic) de la Falange, de su historia y de la biografia de su fundador. Y me temo mucho que sea el suyo un empeño de bajo fuste como para andar por casa, en un recurso tan barato y tan/nuestro ay dolor!  

Y es en la forma como se zanja en una entrevista del autor citado circulando (en vídeo) con amplia profusión en la Red, la delicada cuestión, en el centro, en el núcleo o en el cogollo de la instrucción del proceso, de la acusacion, y criterio u otrosí decisivo y determinante de la acusación que llevaría a la condena del procesado y a "la aplicación de la pena", léase -dejando de lado esa terminología relativamente reciente- a su muerte tras bárbara ejecución  (de la pena en su máximo rigor) Como reo del delito de participación a la rebelión. Con la religion o la política/religiosa de coartada suprema, zanja aquél pues la delicada cuestión, como no cabía menos de espêrar, haciéndose eco así de un testimonio perfectamente apcróifo pero de no menor impacto en el plano de la controversia periodistica y de la guerra de propaganda, que son los dos planos entre los cuales el autor acierta (sabiamente) a oscilar. "No eran católicos, eran unos herejes" (1) habria comentado (o algo así) José Antonio de viva voz después de la entrevista con Hitler -de la que se conservan testimonios gráficos (*) (y de cuya autenticidad nadie hoy duda, objeto de amplio consenso en el ámbito historiografio y de la investigación. (2)

 Y es un (pretendido) comentario que parecen no obstante cuestionar numerosos visos en contrario, entre ellos la actitud inequívoca de los que enrabolaron (tras él) la bandera que José Antonio había alzado, antes y después de la Unificación, y me viene a la mente la figura de Manuel HEDILLA, y a su lado la del grupo de la revista Escorial -"la generacion (o "minoría") del 36" en literatura-, los "laínes" de La Leyenda del César Visionario de Francisco Umbral. Ridruejo, Serrano Suñer, Agustín de Foxá, Torrente Ballester, Laín Entralgo o Antonio Tovar y otros menos señalados pero de un destacado renombre y protagonismo -por ejemplo en el ambito literario o universitario- como Alvaro Cunqueiro, López Aranguren, Rodrigo Uría, o el propio Velarde Fuertes, no se posicionaaron menos de forma clara y contudente -del lado nazi/fascista- todos ellos, en el periodo de entreguerras o en la Segunda Guerra Mundial, como no dejaron de denunciarlo -emplazándolos en un debate del mayor alcance y repercusion- sus rivales o concurrentes en el seno del régimen en vigor aquel entonces como lo fueron los monárquicos y los "católíticos" -católico/políticos-, de lo que seria boton de muestra la revista "Punta Europa" -de Vicente Marrero como director- bajo el patrocinio de Lucas María Oriol, a la sombra tutelar todos ellos del Opus Dei. 

Y no sólo ellos, sino toda una legion de sus émulos o sucesores en todos los estratos y a todos los niveles del régimen de Franco, y en particular en la Dirección -o Delegación- de Prensa y Popaganda y en la Prensa del Movimiento, salvedad hecha de los saltos acrobaticos de alguno de sus exponentes como fue el caso del entonces director de Arriba, Ismael Herráiz, del que ya me ocupé en una anrtigua entrada de este blog. Y en la Prensa del Movimiento e incluso en prensa tildada de independiente como "Informaciones" (principal) diario de la tarde en Madrid -y abiertamente germanofilo (bajo la direccion de Juan Pujol)- la germanofilia (beligerante) fue la regla general. "No eran de los nuestros", responderán unámimes los auténticos -que parece que les estoy oyendo- que no vienen así más que a confirmar el reproche que les lanza Pío Moa en su último articulo, de incapaces de reinividicar (sic) su propia historia. Con la secuela de la escandalosa puesta de perfil de estos últimos en el debate abarcando al conjunto de la sociedad española, a cuenta de la ley -o leyes- de la Memoria histórica. De lo que seria ilustre botón de muestra uno de los dirigentes falangistas de después de la Transición, en una ruidosas declaraciones en las que venía a decir que eso -léase todos los agravios y reclamaciones en nombre de la ley de la Memoria histórica- no tenia nada que ver con ellos, porque su historia o su pasado politico -estábamos invitados en concluir- se terminó en 1937, con el Decreto de Unificacion, en plena guerra civil. Para un viaje así (...) Baratija política marca/España, no cabe menos de glosar, no me digan, ante un salto a la torera o un desplante así (....)

Y por ahi llegamos a otro de los asuntos intimamente ligados con el juicio de José Antonio y el cargo principal del que fue objeto -participacion y ayuda a la rebelión-, que en el autor y en la entrevista citada se escurren, como en un juego de manos, y a los papeles postumos (sic) de José Antonio, tras su publicación a cargo de Miguel Primo de RIvera, sobrino del Fundador, que fueron hace más de veinte años objeto de amplio (y áspero) debate y de los que nadie hasta hoy se atrevió a poner abiertamente en discusion la autenticidad, ni siquiera los que se vieron escandalizados e íntimamente chocados por su contenido, entre ellos destacadas figuras de falangistas histróicos como lo fue Manuel (Manolo) Valdés, miembro destacado de la Primera Linea en la Falange de antes de la guerra, y con cargos políticos de destaque en el Movimiento después, y amigo personal de José Antonio, quien puso (post mortem) de testigos de su amargura y santa/indignacion -ante algunos de aquellos textos en los que José Antonio se distanciaba o desmarcaba claramente del Alzamiento- a sus "miles de camaradas caidos en Paracuellos".

Y entre esos papeles póstumos figuraban algunos de un contenido claramente ideológico, como "el Carnet de notas de un estudiante europeo" -de un tono abiertamente aristocrático-, y sobre todo "España, germanos y bereberes" que desató una polémica y un debate intestino en los medios de la devocion joseantoniana que todavía dura. Y era en la medida que en aquel texto tan brillante y crucial -de una impronta ideológica como literaria inconfudiblemente joseantoniana- venia a esbozarse un análisis e interpretación de nuestra guerra civil -y de toda nuestra historia-, que no cabia leer mas que en clave, de germanismo o pangermanismo racial o racialista nazi o filo/nazi, tal como algunos sin tapujos ni complejos se habrán encargado de poner sobradamente de manifiesto. Hasta el punto -insinuan esas mismas fuentes- que cabe concluir encontrarnos ante un texto de compromiso con la ideología oficial del nacionalsocialismo, en un claro viso de lo que no habria sido más que un resultado del encuentro de José Antonio con Hitler en Berlin -1.° de mayo del 34- , justo antes de "la Carta a los militares"de José Antonio, (4 de mayo) , en un claro contexto de guerra civil por venir (2)

Sin trampa ni cartón, lo que nadie hasta hoy se atrevió ni siquiera a  sugerir. Y lo que autor referido en la entrevista a la que aqui hago alusion resuelve expeditivamente -como con conejo de ilusionista- con ayuda de "un testamento" de José Antonio esgrimido en el extranjero por el juez instructor del tribunal popular de Alicate, que el historiador oficial (de la Falange) pone (sinuosamente) en entredicho. El testamento y ls (celebres) "papeles postumos" con él. Y en esa actitud de escamotamiento -de textos y de pruebas, y de sapos y culebras hasta la saciedad- cabe señalar el silencio u olvido clamoroso del que el historiador/oficial se ve flagrantemente reo. 

Y es  sobre las circunstancias de la muerte -por fusilamiento- de José Antonio, y a titulo de premisa indispênsable, de las otras que acompañaron su detención en sus últimas semanas de vida (preso) y en particular después de la llegada al gobierno de Madrid -tras la ofensiva de las tropas nacionales en dirección de la capital- de anarquistas y comunistas y la toma (por asalto) de la prisión de Alicante por las milicias anarquistas, tras lo que la suerte de José Antonio sufrió una brutal mutación. De la situacion de preso político,  a la de rehén de uno de los bandos enfrentados en una guerra civil (...)

 Lo que pone fatalmente en foco una cuestion que el autor aludido, abogado en ejercicio- obvia olímpicamente en su entrevista, y lo es en todo lo referente, no al juicio o a la condena propiamente dichos sino a la ejecucion de esta última. Lo que admite no obstante una excusa mayor y es la laguna (tragica a fuer de clamorosa) entonces como hasta hace poco, en sistemas y ordenamientos de los paises occidentales, y de lo que hoy se viene progresivamente introduciendo -a titulo subsidiario de aquella- en dichos ordenamientos, y es la figura "del juez de aplicación de las penas". José Antonio fue tragicamente privado de ello, lo que hace mas plausible si cabe la hipótesis del suplicio inhumano que se veria reservado en sus utimos momentos de vida el líder falangista. 

"La Pasion de José Antonio", así glosaría en su título una obra de gran difusion hace años y profusamente documentada que al historiadr /oficial no le merece como réplica más que un gesto irónico (mímica acompañando)  Es eso serio? No nos lo parece, pero no es menos sintomático de la fuerza del mito -de un José Antonio alter/Christus- y de la narrativa apologética piadosa y edificante de su buena/muerte. La Falange y su Fundador, a prueba de la Historia o sea. A costa de hipotecar (seriamente) el futuro a sus émulos, discípulos y seguidores más entusiastas y devotos, y "pari passu" al conjunto de los españoles

(*) En particular, la foto prácticamente inédita hasta hoy, durante su viaje allí, en Postdam, delante del palacio de Federico II ("Sans Souci") y en compañía del barón (Von) Engelbrecht, diputado (Freiconservativ Partei) -1.° de mayo de 1934- (En las páginas de huecograbado de "Las gafas de José Antonio", de Adriano Gómez Molina, Actas. Madrid, 2003)

 

(1): Esta cita de José Antonio, léase la alusión que en ella se registra al protestantismo o cripto/protestatismo del movimiento nazi y del mismo Fuhrer, cuya autenticidad está por confirmar, se merece una glosa aquí sin faltar. por el lado que nos merece rubricar, y es de la politica/religiosa, léase de las relaciones Igesia- Estado, que traducen "een el nazismo una postura idéntica a la de la Falange en su punto 25, y que son una transposicion en el plano estrictamente politico de la posicion religiosa del movimiento catolico pangermanista de VON SCHONERER -católico bautizado, y mencionado en "Mein Kampf"-, "Los von Rom" ("Libres de Roma"),  partidarios de la Prusia imperial y opuestos a la monarquia  (bicéfala) de los Habsburgo y al catolicismo/político de obediencia romano/vaticana. Y fundador aquél a la vez del Partido Pangermanista (Programa de Linz) En la línea -algunos de ellos al menos- de una tradición más antigua, la de los Viejos Católicos, y del historiador (von) Döllinger, opuestos a la infalibilidad pontificia proclamada en el Concilio Vaticano (I)

Esta cita -auténtica o apócrifa- se ve desmentida por otra parte, y es por razón del catolicimo confesional innegable del propio Fuhrer, bautizado, y criado y educado en un medio social y familiar catõlico -en fiel católico practicante e incluso edificante y devoto tal como se deja claramente traslucir en la biografía que le dedica su inseparable amigo de juventud, registrada en cabeza de estas líneas-, y al que la Jerarquia eclesiástica al contrario que a otros líderes nazis de confesión católica -por ejemplo Goebbels, por razon de su matrimonio con una mujer divrciada (y con hijos de su primer matrimonio)- no-reservó la pena de excomunión. Católicos él y una fuerte proporción de entre las más destacadas figuras del movimiento nazi (Goebbels, Hans Frank -"el Verdugo de Polonia"-, Himmler, Martin Bormann) (...) Y, last but not least, católica -de una familia católica, y de una región, la Baviera, la más católica de Alemania-, Eva BRAUN, la fiel compañera que compartió la vida y la muerte del Fuhrer, sin pasar por el altar (...)

(2) José Antonio se vería acompañado en su visita a la capital alemana por Eugenio MONTES, a la sazón corresponsal de ABC en Roma y en Berlín. Y no invalidan el (inequívoco) mensaje político e ideológico -pro-nazi o filo/nazi- de la visita del líder falangista, las declaraciones -polémicas y no menos certeras- de José Antonio a su vuelta a Madrid, en las que definía al nazismo como un anti-fascismo (sic), "la contrafigura del fascismo": "El hitlerismo es la única consecuencia de la democracia, una expresión turbulenta del romanticismo alemán"  (Las gafas de José Antonio, Adriano Gomez Molina, p.73) Y Eugenio Montes, abiertamente partidario después, de la causa de las potencias del Eje durante la II Guerra Mundial, hizo una critica en el plano religioso del nacional/socialismo, que se recoge en "Falange y Literatura", de José Carlos Mainer (Madrid, Labor, 1971)-,  no exenta de un fondo de verdad, donde se resalta el telón de fondo de paganismo en la ideología nazi. Coartada como anillo al dedo (por lo demás) para el catolicismo/politico (alemán) -Zentrumpartei- en la Alemania católica -mayormente en el Sur- de aquel entonces

 


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