miércoles, octubre 05, 2022

VLADIMIR PUTIN Y "EL FIN DE LA HISTORIA"

 


Joseph de Maistre, exponente ilustre del pensamiento "contra-revolucionario", y el mayor critico -en sus intuiciones fulgurantes mucho más que en sus postulados algunos de ellos ya más que obsoletos-, de la Democracia, léase del Pensamento Unico que se habrá gestado al cabo de los dos ultimos siglos tras la Revolucion Francesa. Y es por la pretension inaudita (y arrogante) de esta última de venir a poner un punto final (sic) a la Historia en la tierra. A lo que ofrece un rotundo mentís -por paradójico que parezca- Vladimir Putín que con su "operación especial" habrá devuelto a la Humanidad, y a las nuevas generaciones sobre todo, un horizonte de futuro. Y de guerra 

Fin de la Historia. Una fórmula mágica igual que un fetiche, que divulgó hace unos años el autor norteamericano de origen japonés Francis Fukuyama, uno de los mayores gurús del pensamiento único y correcto que hoy en cambio -la guerra de Ucrania ofreciendo un rotundo mentís a las profecías y previsiones de aquél- parece estar echando sus ulimas boqueadas. Que me recuerda fatalmente una obra best-seller de fines de los sesenta, de un titulo y contenido idénticos o parecidos, "El crepúsculo de las ideologías", en unos años y una época -visto con la perpectiva que da el paso del tiempo- que conoció uno de los rebrotes tal vez más rabiosos y más flagrantes del fenomeno ideológico, de las ideologías en el transcurso de la Historia. Que me diga de una sola ideología, el pensamiento marxista (...) 

Y me recuerda también uno de los títulos tardíos de Dominique Venner donde se lamentaba de ello en nombre o por cuenta de las generaciones mas jóvenes, a las que veia (cruelmente) faltas por vez primera en la historia, del horizonte (sic) de la guerra (...) Y todo ello se me antoja que viene como anillo al dedo a ilustrar y descifrar a la vez aquella frase un tanto enigmatica que ya evoqué aquí en más de una ocasión del difunto Robert  Joly que impartia en la ULB un curso de análisis de textos bíblicos y evangélicos a mi paso por allí recien llegado a Bélgica, y que fue mi profesor y amigo y al que entiendo ser fiel en el recuerdo como rescatándolo -en la memoria- de la universidad que le acogía en su seno, la ULB (Augusta Señora) Y era aquello -que le oí repetidas veces- de que los integristas erraban (sic) en el plano de la democracia y de los derechos del hombre, pero acertaban (o aciertan) en el plano de la Historia, lo que bien pensado y madurado se me antoja hoy despedir un fuerte tufo a pensamiento incorrecto o lisa y llamanmente -en el marco de pensamiento unico alli reinante y que aquí ya denuncié- por sonar a una (indecente) blasfemia. 

Y era sobre todo, no por su alusión mas o menos anecdótica o episódica al integrismo o a los catolicos integristas, sino por esa separacion (abrupta) o antinomia que en la frase aquella se formulaba a modo de sentencia, entre la Democracia y la Historia (con mayúsculas) como un eco del pensamiento "anti-moderno" ("anti-Lumières) y de la critica principal de la que en él se hacía blanco al núcleo (noyau) intimo del pensamiento/unico, a saber la Democracia y los derechos del Hombre, léase a la pretension inaudita de sus mensajeros y corifeos de venir con aquella a poner un punto final a la Historia (en la tierra), tras la Revolución Francesa.  Colocándose así -a titulo de juez supremo de sentencias tan inapelables como infalibles- al margen de aquella.  

Y todo ello parece querer refutar -como lo ilustran a la vez si necesidad de ello había, sus recentes discursos- Vladimir Putin con su "operación especial", léase su guerra patriótica, que sitúa de nuevo a la Humanidad de cara al perpetuo horizonte de la guerra, lo quieran o no lo quieran. Y esa es la mejor y más actual y oportuna glosa de los acontecimientos que presenciamos absortos y de los últimos rebotes de la actualidad más rabiosa. 

Como viniendo  a confirmar, por la furiosa guerra de propaganda que se viene riñendo -y que vienen desesperadamente vendiéndonos (nota bene)-  que estamos entrando con el conflicto en curso en una nueva era. Y esa es, como ya lo tengo aquí repetidamente señalado, la gran baza de Putin -léase la de "la Historia de su parte". Y a la vez, prenda infalible para ellos de Victoria. Y a buen entendedor pocas palabras sobran (....) 

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