martes, octubre 04, 2022

JAIR BOLSONARO Y LA TFP


"Trabajo Familia, y Patria" ("Travail, Familie et Patrie") la divisa de la Revolución Nacional, del régimen de Vichy -del mariscal Pétain- que (de forma fanática y arrogante) alcanzó a suplantar la Sociedad (brasileña) de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad (TFP) Y que por una ironía de la historia parecen hoy venir a encarnar Jair Bolsonaro y la fuerte corriente de opinión que arrastras detras de él

Brasil (Brasiuu! como pronuncian enfaticamente los de allí) no es mi patria, ni grande ni chica, no, ni siquiera -como lo es Bélgica tras las de treinta años de residencia ininterrumpida aquí- mi país de adopción, de ahí hasta decir que es para mí un país cualquiera, eso no. Estuve allí al comienzo de lo que yo convengo en llamar mi enroque (sic), tras mi paso -caótico y traumático- por la Universitaria Complutense (en Madrid), en busca no sabía bien de qué, sin camino tampoco (de no sé donde), buscando un soplo de aire fresco y nuevas tierras y nuevos cielos, eso sí. Por cuenta de familia lejana, de una tía abuela que se fue alli a vivir y de la familia numerosa que alli procreó y que vinieron todos chicos y grandes a acogerme en tromba y festejo y alborozo cuando (en plan turista, como un marciano) allí llegué. Y una sombra gravitando por encima de mí y de mi viaje que se me antojaba entonces radiante de luz, y que hoy veo en cambio como lo que era, negra como el carbón y me refiero a la augusta señora del catolicismo tradicional, a la TFP, "Sociedad -un respeto- de Defensa de la Tradicion, Familia y Propiedad") ("e dos carruagens e grandes espressos europeos" que se está tentado en sorna de decir) (...) 

Brasil, y, Río en concreto, que es donde primero vine a parar, estaba entonces -me di cuenta desde el principio en las riadas humanas desbordantes de sus avenidas, plazas y calles y en el tufo a gasolina (quemada) y motor de explosión que les inundaba a su vez, y presente todo ello por partida doble en la urbe de Sao Paulo donde estuve también justo a seguir-, un pais, de lleno entonces bajo régimen militar, en vías de (loco) crecimiento y expansión. Lo sigue siendo hoy? Apuesto o más bien calculo de por el alto voltaje de la eleccion presidencial en curso y como todo me lo hace vaticinar, que sí. No el pais crisol -ensaladera más bien- mul-ti-racial, con todo el futuro por delante, en la imagen que hasta hace muy poco los medios del mundo entero supieron con tanta soltura vender, no. Sino el Brasil blanco, fiel a sí mismo, a sus raíces europeas en el dilema identitario en el que fatalmente nos coloca a todos los paises del planeta el proceso de globalización. Entre el militar (en activo) de  ascendencia italiana que habrá pagado ya con creces -con un ataque al arma blanca y el choque traumático que le cabe suponer aún hoy- sus sueños ("populistas") de renovación, de un lado, y del otro, el niño bonito de los medios, después que le armase solemnemente caballero de los pobres y de los afro/brasileiros el papa polaco antes de morir (RIP) 

Y en este trance, qué papel juega la TFP o mejor dicho, los restos y trazas que habrá dejado en el seno de la sociedad brasileña al cabo de su (ruidosa) implosión? La pregunta del millón. Porque no es dificil adivinar que entre los sueños y aspiraciones de esas masas que siguen fieles -contra todos los pronósticos y sondeos- al defensor del orden, de la patria brasileña y de su identidad (blanca y europea) - se encuentran como no es dificil de percibir todos los desencantados y decepcionados del "reino de Maria" que tan enfaticamente y tan fanáticamente pregonaba y anunciaba (arrogante y discriminante) la TFP, y también todos aquellos en los que sus proclamas y llamamientos callejeros tuvieron eco. 

En un mentís clamoroso todo ello de las previsiones y de los conjuros y exorcismos del profesor Plinio, su fundador, que veía en cambio en el nacionalismo (sic) -brasileño o de cualquier grande nación, y no en el vasco ni en el ucraniano ni en el catalan (atención)- el conjunto de todos los males sin mezcla de bien alguno, como el que hoy Jair Bolsonaro proclama en olor de multitudes y tan triunfalmente parece representar. "Sic transit gloria ecclesiae", asi es como se pueden epilogar -sin ánimo de faltar- los fastos tan teatrales  entre leones dorados rampantes y capas y estandartes en rojo, de la TFP. 

Trabajo Patria y Familia (Travail, Familie et Patrie) De vuelta a las verdaderas raices -las de la "Collaboration" y del Mariscal Pétain- que ese movimiento integrista brasileño en clamorosa falsificación acertó (tan arrogantemente) a suplantar. Justicia poética, la de la Historia, como así cabe glosar

Imagen de toda una época (años setenta) La TFP desfilando por el centro de Sao Paulo (viaducto do Chá), como yo "in situ" les vi (...) Dónde están ahora, qué se hicieron, tras la muerte de su fundador -el profesor Pinio- y su ruidosa imposión? No es difícil no obstante percibir y adivinar a muchos de sus antiguos partidarios ("socios y militantes") -decepcionados del "Reino de María- y hoy desparramados en en el movimiento en defensa del Orden, léase de "la Tradicion, de la Familia y de la Patria (Patrie)", que Jair Bolsonaro habrá conseguido con éxito encabezar 

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