miércoles, agosto 01, 2018

ALAIN SORAL Y LOS GITANOS

La Camarga (“salvaje”), en la costa francesa mediterránea y provenzal. Paisajes de gran encanto y belleza, de una tierra de quinquis y de gitanos –en francés, “manouches- que como tales forman parte del paisaje humano del país vecino. Y comprendo que es difícil el disociarlos para un patriota (nationaliste) francés como lo es Alain Soral. Y ahí me aparto de él. Y es que en España el grado de simbiosis se dio no sólo en el plano geográfico sino que accedio también –como en Rumanía- al terreno cultural. Y el desafío es por lo tanto en España –de órdago a la grande-, mucho mayor. “Verdad de este lado (de los Pirineos) –decía Pascal- error acullá” (…)
Ya tengo escrito aquí más de una vez sobre Alain Soral, estrella ascendiente en el firmamento francés del pensamiento incorrecto, y que tiene la virtud de levantarme el ánimo y la moral con sus líos, escándalos y fregados convenientemente airados en su país por los medios, lo que es motivo de sobra de merecer mi interés y mi atención y de merecerse un puesto (de honor) en este blog. Lo cual no es óbice que hay puntos en los que estamos en franco desacuerdo. El de los gitanos por ejemplo. Y me he estado visionando cuando me decidí a escribir estas líneas el video –entre tantos otros de su cosecha sobre temas de la mas rabiosa actualidad, coraje intelectual obliga- que dedica a ese colectivo con ocasión de los ecos y los rugidos que levantaron en una serie de incidentes con los que habrán jalonado la actualidad francesa e internacional estos últimos años los gitanos (en francés se les llama púdicamente “roms”, como si tuvieran algo de romanos o de occidentales o europeos, en sus prístinos orígenes quiero decir) y de aquellos, los provenientes de los países de Europa del Este (Rumanía, Bulgaria Hungría o Albania y que sé yo) que puso de uñas a Francia entera en contra de ellos, por sobrados motivos –de suciedad, de delincuencia y de caos y de desorden- que todo hay que decir. No estoy de acuerdo en lo que Soral dice de ellos, no.


Y exponer aquí mi (franco) desacuerdo es rendir homenaje a la vez a la solvencia moral e intelectual que le reconozco con gusto a Soral, que niego en cambio (hoy como ayer) al gitano Andrino y a los suyos, payos, quinquis, gitanos o lo que sean- tal y como ya lo tengo declarado solemnemente en este blog, sin retractar ni una jota (estaría bueno) hasta hoy. Y pienso (y temo) que eso –el contencioso gitano- no sea en el fondo más que un síntoma, de una divergencia más profunda y crucial. Alain Soral y Dominique Venner, comparaciones odiosas: entre el escritor nacionalista (“nationaliste”) francés que se descerrajó un tiro en la boca en el altar mayor de la iglesia de Notre Dame en Paris y del que ya aquí me ocupe repetidamente –siempre en tono de ditirambo y de elogio (sinceros)- en este blog. Y el antisionista –o antisemita- francés, sin complejos, Soral, que va “al cabo de sus ideas” (como ellos dicen), esto es a defenderse y a defenderlas, con los pies y con las manos como bien lo ha sabido demostrar. Y es que en el plano de las ideas Venner estaba como en las antípodas de Soral, tal y como este mismo lo reconoce en un video (Youtube) que se colgó en la red poco después de la muerte de aquél.


Anti-musulmán o anti-islamista el uno (antiguo combatiente no se olvide de la Argelia francesa, de la OAS) e “identitario” por cuenta de la amenaza –racial- del “gran/reemplazo” (“remplacement”) Apologeta de la Resistencia antinazi, Soral (¿de boquilla o en la realidad?), heredero el otro sucesor –por la vía biológica, por su padre, militante en el partido de Doriot-, e historiador (insigne) por el contrario, Venner, del ideal de la Colaboración (por razones ideológicas, anti-marxistas) con el ocupante alemán. Antisionista -o antisemita- Soral, un tema en cambio en el que Venner en sus escritos “se la cogía –como dice el giro castellano- con papel de fumar” (…) Y a mil años luz él del ideal –de “Igualdad y Reconciliación”-que pregona y predica sin descanso Soral: reconciliación de una izquierda obrera –o de clase obrera- y de un derecha de los valores o de unos valores “de derechas”- o en otros términos, entre el Occidente -blanco y europeo- y el Islam (…) Pagano anticristiano, Venner, cristiano/progre en cambio o cristiano marxista –en ciertos puntos, sí, lo que sería harto fácil demostrar- y arrastrando (aunque lo disimule) todo un poso post marxista, el “nacionalista” (“extrême-droite”) –y antiguo militante, no se olvide, del PC francés- Alan Soral. Y desde ese punto de vista aunque solo sea, ya saben aquí todos de qué lado van mis preferencias.

Emerge no obstante, surge y resurge el dato inexorable, fatal: Venner está muerto, y con él y con sus ideas murió (se diría) la esperanza, de verlos vivir no sólo a él sino a ellas, de expandirse y de triunfar. Soral no obstante está vivo (y coleando) aún, y por aquello sin duda de donde hay vida hay esperanza, cuando oigo o leo de él en los medios (judíos o afines) o le veo actuar, se me sube (un dato irrefragable) hasta las nubes la moral, de la que aquí –y al cabo de mi expatriación- me siento a veces en peligro de verla huir la verdad. ¿La esperanza -eso es el cristianismo –o el judeo-cristianismo- del lado gitano, del lado pagano en cambio la muerte (por suicidio), la fatalidad? Esa es la solución fácil al enigma o al acertijo que la dicotomía Venner-Soral –tal y como acerté a explicarla y a resumirla- en lo mas hondo me plantea y que en este articulo me decidí zanjar. Ocurre que la esperanza judeocristiana es escatológica, esto es en el más-allá, esto es. tiene algo de post-mortem, de letal.

La esperanza pagana (y anticristiana) en cambio es de ver vivir esos sueños, esas ideas (terrenas) de verlos difundirse, realizarse, triunfar. Es la esperanza no en el (ilusorio y pueril) mas/allá sino en la Victoria al cabo de la derrota, esto es en la Victoria final. Los gitanos en Francia, dice en su defensa Alain Soral, son católicos (bautizados) ¡Y en España faltaría más! Son franceses patriotas, dice –¿todos ellos?- ¡y en España, los gitanos españoles todavía mas! Esa es la Vulgata o leyenda al menos que habrán conseguido hacer circular. Y en España lo son tanto, que habrán conseguido que se les reconozca ese patriotismo –excelso, superior- por la vía judicial. Hasta el punto de adjudicarles como en sorteo la jefatura del más antiguo y legítimo (o con credenciales históricas e ideológicas) de la corriente patriota, esto es del movimiento falangista. Ironía sangrienta.
Alain Soral, estrella ascendente del pensamiento políticamente incorrecto frances. “Igualdad y Reconciliación” es su lema. De la izquierda (obrera) -de clase obrera- y de "los valores de derechas" (reconciliados unos y otros), esto es (en su óptica), de la Europa (blanca) y del Islam, de lo que hay mucho que decir y apostillar. Como del “ni de izquierdas ni de de derechas –o de la superación (sic) de la lucha de clases”- de los años treinta. ¿Acertará él donde tantos fracasaron? ¡Ojalá!. Con tal que sea sin chivos expiatorios (dindons de la farce)–como lo fueron siempre España y los españoles en Europa después de la guerra de religión- y sin falsos agentes de reconciliación como verdaderos parecen serlo (al contrario) los gitanos franceses para él. ¿Pura coincidencia en España cualquier parecido con la realidad?

Y es si se piensa en el (triste) protagonismo –fácil de demostrar- de quinquis o de gitanos (de estos y de sus “primos/hermanos”) en las circunstancias tan dramáticas de una crueldad tal y de un salvajismo atroz que (verosímilmente) acompañaron la muerte del Fundador (prisión provincial de Alicante, 20 de noviembre de 1936) Perfectamente consciente no obstante que los más puros de los joseantonianos cerrarán los ojos –y me cogerán ganas (no sólo)- al llegar este lugar (…) Es algo no obstante fácil de demostrar. Y la prueba por el nueve la aporta Andrino precisamente, del castigo y del escarmiento a la vista de todos, para que no quepan dudas sobre el particular. Que a José Antonio lo mataron qinquis y gitanos –que el movimiento anarquista estaba lleno de ellos (...)- a los que el Fundador se había atrevido no sólo a ningunear sino también (como ello dicen) “ a “faltar” Y si dudas me quedaban al respecto, tres años y medio de cohabitación forzosa –con reclusos de derecho común, algunos de ellos, quinquis y gitanos. En la cárcel portuguesa (su lugar de refugio privilegiado, desde el resto de la península, Portugal) me las lograron disipar. ¡La gran lección de mi vida, en Vale de Judeus! Ley de la cárcel, del hampa, -“ley del monte”- de los bajos fondos (…) Y ahí me aparto y disiento (frontalmente) de Francisco Umbral, o mejor dicho del otro/Umbral (el que los quinquis del Pisuerga lograron reeducar) (...)

¡Basta ya pues, de dictadura ignominiosa! La que las minorías a-sociales, criminógenas –y ét-ni-cas, sobrado de precisar- imponen, e infligen, a partir de los bajos fondos del tejido social al pueblo español, de secuelas interminables de una Derrota Mundial y de una guerra inacabable a manos de unos enemigos históricos que nunca consintieron en firmar la paz. Esta es la realidad. Y desde el balcón u observatorio privilegiado que durante treinta años me habrá dado mi expatriación, eso es algo que se ve mucho mejor. Y a la lectura de lo que precede, los franceses, cartesianos, y maestros y propensos en generalizar, se habrán dado (raudo) cuenta del desafío “enaurme” (como ellos escriben) –de órdago a la grande- que este tema (de lo gitano) me plantea a mi y a todos, españoles y franceses, en general.

¿Fautores de reconciliación los gitanos como lo deja a entender o a augurar Alain Soral, de cara a la presión y a la amenaza que plantea a la sociedad francesa el empuje –social y demográfico- del Islam? Verdad de este lado de los Pirineos –decía Pascal- error acullá. Y es que los gitanos, minoría étnica y de un destino o vocación o fatalidad criminógenos y a-sociales como tal, no dejan de ser hoy lo que fueron siempre, agentes de encismamiento y de crispación, como lo fueron –salvo excepciones honrosas- durante la guerra civil de 1936. Como no dejaran de serlo y de revelarse ahora con la autentica invasión a la que los españoles impotentes y indefensos asistimos, con ese derrumbe de fronteras a manos –piedras y cal viva acompañando si es preciso- de la inmigración ilegal.

2 comentarios:

Boix dijo...

Buenos dias. Se ha liado un poco con los enlaces a los videos. Un saludo et bonne journée

Juan Fernandez Krohn dijo...

Muchas gracias. Merci, Boix