¡Juvenal, qué nombre/insignia,
poeta de la Roma imperial!
Que me devuelve ahora la Red
(post mortem) ¡maretazo fatal!
De aquellos años “idos” (fous)
Cuando puse mi Yo a rodar
Que recuerdo indulgente ahora,
Y los perdono ¡está de más!
Y te dedico estos versos
Tristes como tú, Juvenal
Triste y risueño ¡Saudade!
(oscilando emtre el bien y el mal)
Y de pronto todo veo claro
Y el sentido de tu vida
De una cárcel a otra cárcel
¿Vida ihumana? ¡animal!
Eslabon/perdido amigo
En el Valle de las Sombras
Imagen de lo que me aguarda,
de nuestro destino astral
Aquella sombra amiga
Que aún reía (sin parar)
Cuando nos cruzamos ha tanto
En aquel encuentro banal
Y se hundía en el Olvido
Pasando de largo sin más
Como un espectro o fantasma
amigo (que nunca hace mal)
¿Y por qué le retuve y recuperé
(No lo sé) al amigo genial?
¿Por culpa de otra sombra opaca
(de los que te enseñan a odiar)?
¿Vidas muertas, patas, manos
Pólipos secos no más?
Hasta que apareciste Tú
mi amiga, la estrella fugaz
¿O era que me esperabas
desde aquel entonces? (¿ya?)
Y me devolviste un sentido
Y acerté a salirme (a escapar)
Entre la Fatalidad y Tú,
mi vida (si empiezo a pensar)
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