domingo, agosto 31, 2025

LA SUIZA, ENTRE EL GRAN REEMPLAZO Y SU FUERZA DE IRRADIACIÓN



Ceremonia de ordenación sacerdotal -como aquella en la que yo participé- bajo un toldo gigante instalado ante la entrada del seminario tradicionalista de Ecòne en Suiza. Ecóne fue -en los cuatro años que estuve ingresado allï-, junto con Lausanne, donde estuve siempre de visita varias veces después, además de una escuela de poesía y de belleza (litúrgica) para mí -centro de terapia espiritual para mí también (como ya lo escribí), la ventana u observatorio privilegiado que me dio a conocer el país helvético y al que aprendí así a amar también. Y por eso no me deja indiferente -como ahora- todo lo que sucede allí 

Incidentes protagonizados por inmigrantes en la ciudad suiza de LAUSANNE, tras la muerte de un joven adolescente -MARVIN, de origen argelino (*)- que huyendo sin obtemperar a  los avisos de las fuerzas del orden de detenerse y someterse a control, acabó falleciendo tras estrellarse en su huida -en una moto scooter robada- contra una pared. Lo que habrá desatado serios incidentes en el centro de esa capital suiza, de enfrentamientos bajo acusaciones de racismo contra las fuerzas del orden, de contenedores en llamas de noche y alborotadores encapuchados frente al enorme despliegue policial en las calles del centro de la ciudad. En escenas impensables e inimaginables allí, de la memoria (:apuesto) de los viejos del lugar, como de la imagen de plácido y tranquilo país que todos o casi todos guardamos de él. Y lo que me mueve ahora a darle aquí a la tecla sobre el tema no lo es tanto el (enésimo) contencioso a cuento de la inmigración, ni la amenaza de invasión silenciosa que estos sucesos por la enésima vez habrán venido a ilustrar, sino una motivación de orden más personal, de orden íntimo incluso (si se puede hablar así)  Y es que me duele la Suiza, como sólo me doy cuenta ahora a fe mía con esas noticias preocupantes que nos llegan de allí.Y es que si la Suiza no es para mí, propiamente hablando, país de adopción como lo fue (o eso creía yo) Bélgica tras cuarenta años casi de estancia allí y antes de venirme -de mi propio pie y a la vez semi/obligado por las circunstancias (...)- a España, mi patria grande y chica (a la vez), no es menos un país que me fue y me sigue siendo muy caro porque viví largo  tiempo allí -en el seminario (tradicionalista) de Ecône, en el cantón del VALAIS, en un marco geográfico privilegiado e incomparable en la falda de una de las montañas que rodean al valle aquél dando vistas por un lado al MONT BLANC siempre nevado, allá a lo lejos visto desde la misma celda que ocupé todos aquellos años, y por otro (a la derecha) al RÓDANO -RHONE, en francés- que pasaba -encajonado- justo por debajo de allí.  Donde -mirando al cielo- se me paró un poco el tiempo (como se me pararía un poco también en OSTENDE en Bélgica años más tarde) , a mil leguas de España en plena convulsión aquellos mis años suizos, del tardo franquismo (tardío) y primeros de la Transición: una cura de tranquilidad que fueron todo aquel tiempo -así lo recuerdo al menos -para mí.  Y para mis destrozados nervios (de mi paso por la COMPLUTENSE de MADRID (...)-Entre montañas nevadas y rezos y canto gregoriano (todo en latín)  y en la PAZ (y el SILENCIO) /de/Dios que allí se respiraba. A mil leguas, como digo de una España que para bien o mal cambiaba entonces a una velocidad vertiginosa (ay de mí!) hasta hacerse (casi) irreconocible, de nadie (o como dijo aquél de cuyo nombre prefiero no acordarme: ¡ni la madre que la parió!) 


Vista de LAUSANNE -el lago LEMAN al fondo- tomada desde el parque de VALENCY, lugar preferido de mi deambular nocturno sobre la nieve en una de las veces -invierno muy rudo de finales de los ochenta, principios de los noventa- que por allí pasé. ¡Bella y fría Lausanne! como canté en uno de mis poemas. Clave de explicación del (tierno) apego que de ella guardé

Y sigo viendo aquella etapa de mi vida un poco así, aunque no dejan de venirme a ráfagas esporádicas las palabras inmemoriales aquellas -por cuenta de ALFONSO X, el Sabio-, que me repetía a modo de advertencia y un poco misteriosamente mi difunto padre: "De tanto mirar las estrellas, el rey perdió su corona" en las que fatalmente me veía yo (retrospectivamente) retratado cuando terminé allí. Como rey, no, pero como príncipe o "principito", sí (confiteor) "Ab occultis meis, munda me (Señor!) Pero de Suiza, la que más me marcó y de la que guardo más hondo recuerdo -sin duda por lo de duro que tuvieron allí mis estancias -siempre de paso-, fue Lausanne -bella y fría Lausanne! y semidormida junto al lago LEMAN como la canté en varios de mis poemas) Deambulando de noche, como un fantasma por las calles aquellas nevadas desde donde se divisaba el lago de lejos, y entremedias, el parque de VALENCY, muy cerca -por lo que ahora leo- de donde han tenido lugar los enfrentamientos por los que habrá venido el escandalo (sobre todo en la prensa mainstream) ¿Sucesos triviales aquellos dentro de su gravedad, o síntoma - o pódromo (en francés podrome)- cargado de negros presagios, de la descomposición del pequeño pais alpino -como una caja de música o cuento de hadas-, o del Gran Reemplazo y de la invasión silenciosa (de Europa), como lo denuncia Santiago ABASCAL? El Tiempo nos lo...confirmará


Francois GENOUD. Personaje del mayor relieve en  Suiza (en la política y en la alta finanza) y lastrado a la vez de un pasado en extremo ruidoso y polémico. Abiertamente pro-nazi y admirador de HITLER durante la II Guerra Mundial, cuando tuvo un encuentro con el Gran Muftí de Palestina, interlocutor de Adolfo HITLER. Después de la guerra, fue benefactor de la red ODESSA, de refugio y escape de nazis hacia el subcontinente hispanoamericano. Oí su nombre por vez primera -en termino amistosos (divertidos por lo menos)- en una comida en el Seminario de Ecòne, en los discursos en sobremesa, de la boca de un benefactor suizo de la Obra de Monseñor LEFEBVRE. Entre las amistades de aquél se encontraría Albert Friedrich ("Ahmed") HUBER, periodista suizo próximo del FLN durante la guerra de Argelia, y más tarde de la OLP. Converso del Islam cuando yo le conocí en una conferencia suya a la que asistí en la Universidad de Ginebra, a mi paso durante unos días por la ciudad de Lausanne (principios de los noventa) tras mi salida de la cárcel portuguesa 

(*) Nada triviales, el nombre y los orígenes de este jovenlandés, si se tiene en cuenta la tradición diplomática de la Suiza, de acercamiento con los países árabes, que se remonta a la guerra de Argelia -cuando el país helvético se convirtió en refugio o santuario en Europa del FLN, y anteriormente, también a la II Guerra Mundial

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