jueves, abril 16, 2020

GESTAPO ¡REVISIÓN YA!


Rudolf Diels, primer jefe de la Gestapo (el rostro tallado de las cicatrices del deporte de esgrima que practicaba, en el espíritu de la época) Policía brillante antes del advenimiento del nacionalsocialismo e ilustración elocuente de algo cuidadosamente silenciado por la historiografía, y fue que la Gestapo –en el ámbito policial, lo mismo que se puede decir en el castrense de la Wehrmacht- no fue más que un puro producto o legado de la Prusia (imperial) de antes del régimen nazi. Policía de Estado, la Gestapo, brillante y eficiente en sus métodos, y como tal, elemento de moderación (sic) -Jean Marie Le Pen díxit- dentro del lado (moderno) represivo del régimen nazi y de la espiral de represalias –frente al terrorismo sangriento y sin límites ni control de la Resistencia- que conocieron los países europeos durante la Segunda Guerra Mundial bajo ocupación alemana. Moraleja, que hay que hacer de ella un demonio, encarnación del Mal (en la Historia), y sólo así poder erigir a los blancos u objetivos de sus capturas –como Companys- en victimas inocentes sin mancha de culpa alguna
Me gustan (como ya aquí lo dije) la música y la letra de las canciones de Joaquín Sabina, pero no soy –que conste- como él, él que lo negaba o lo “niega todo” y yo que lo asumo todo en cambio –semper idem-, quiero decir de lo que soy y de mi pasado que llevo a cuestas, y aunque me pese a veces más de la cuenta no tengo otra opción -to be or not to be- aunque me vea solo sin mas testigos entre cielos y tierra, y sin más compañía que las paginas de este blog y sus lectores anónimos que sabrán (por fin) comprender por qué pienso y porque siento esas cosas tan aciagas, tan funestas (en apariencia) y por qué las publico o las cuelgo aquí y sabrán descubrir la esperanza que me anima, la que ellas transpiran, tal vez lo que más escandaliza a esa legión de troles que me siguen y persiguen –aquí también- se diría que hasta el fin. “Lo asumo todo”, sí,
de ese pasado –y presente- de expatriado, de proscrito, de paria de la tierra (en la expatriación)- que me habrá brindado mi destino y que tanta incomprensión y enemistad me granjeó hasta hoy, entre los mas próximos y cercanos –¡ay dolor!- y más aptos y capaces (sin el lastre de aquello) de comprenderme a mi. Y me viene todo ello a la mente ante la lectura de un reseña en la Red por cuenta de un filólogo ilustre alemán -Willamowitz Mölendorf- que cobró sobre todo celebridad por la polémica que le opuso al principio de sus carreras de filólogo -que aquella propulsó- con Nietzsche, filólogo malogrado al que aquello costo su carrera –y le propulsó en otras- en cambio, y de lo que aquel –el triunfador- reconocía (como a toro pasado) en sus memorias, que no era mas que un malentendido (sic), en tono llanamente conciliador. ¿Un malentendido a su vez –por cuenta del Papa y del Concilio- en los orígenes de este tramo polémico y controvertido de mi trayectoria, de esa ruptura tan radical con parte (solo) de mis raíces, de mi background –lease de mi pasado sacerdotal- que (con mi gesto de Fátima) a tantos me enajenó? No digo que no,
Vincent Reynouard, verdadero mártir francés del revisionismo histórico sobre la Segunda Guerra Mundial. Intelectual, católico tradicionalista, profesor universitario, y padre de nueve hijos, varias veces condenado por los tribunales franceses –y preso de conciencia- por cuenta de la ley –anti-revisionista y anti-negacionista, Gayssot (diputado comunista) -, sostiene (antes y después de preso) que la matanza de Oadour-sur-Glane primera y principal en la lista de la vulgata (de memoria histórica de los vencedores en el 45) y de la Leyenda Negra de la Gestapo –en la que ésta no tuvo nada que ver (…)- fue esencialmente obra de la Resistencia y más en concreto de dinamiteros (rojo) asturianos, con lo que vino a suscribir la tesis de Dominique Venner en su “Historia de la Colaboración”, para quien la Resistencia en Francia conoció dos fases, la segunda y más tardía de las cuales marcada a fondo por los métodos –de arbitrarias y crueles exacciones y violencia sanguinaria- que aquella tomó prestado a los rojos de la guerra civil española
No entro en polémicas, ni como ya lo comenté en otro sitio en la Red quiero entrar al trapo aquí (dicho de una vez). Y asumo al tiempo esa imagen de proscrito –de marginal, en suma de ex - presidiario - que tantos años después, y rendido a la evidencia asumo que me sigue pegada a la piel (….) Y con ella y más que ella, la otra de cura papicida, y por ende secularizado o religioso exclaustrado (o arrepentido) y las barreras invisibles que levantan en mi entorno ¡ay de mi! ¿Anarquista de derechas como así muchos de puertas afuera me vieron- o muy por el contrario, y por aquello de que los extremos se tocan, persona de orden, y súbdito fiel y cumplidor y riguroso servidor -por paradójico que parezca- del Estado Derecho y de la Ley? Que atravesar la prueba aquella en cárcel de derecho común, con la amenaza en permanencia como una espada de Damocles sobre mi cabeza da la acusación mas grave allí dentro, la de chivato, de los que no me reconocían uno de ellos, en todo el tiempo que pase allí, y en donde aprendí -como a modo de perfusión, en régimen de cohbitación forzosa (meses y meses, y a todas horas, en patios y galerías y en celdas -de a tres o más) con la masa de reclusos (predispuestos en su mayoría, por los medios o por razones ideologicas,  en contra de mí), sin tratamiento "de confianza" o de excepción, tantas cosas del mundo de la delincuencia y del crimen –que muchos criminólogos querrían para sí (….)-, de un mundo irreductiblemente ajeno e inhóspito y extraño como asi lo fue y lo sigo siendo no obstante, para mi, me dio a fe mía conocimiento privilegiados como digo y también fuerza moral y libertad soberana para tratar de ciertas cuestiones, que si otros solo (se) las cogen con papel de fumar, ¡que le vamos a hacer! Si soy así, si la vida y ni trayectoria me hicieron así.

Policías y ladrones, a lo que jugábamos de pequeños y a lo que le vida me obligó y me enseño a jugar cuando me hice mayor-. Y no me caso con nadie que conste, y lo dije no sé ya cuantas veces en este blog, pero esta claro .igual que la actitud (leal) que fuese siempre la mía antes y después de su caída –me refiero al PP-, que no quiero que entren dudas tampoco en el umbral de este tiempo feo y extraño en el que parece que nos adentramos de violación o vulneración grave de derechos o libertades constitucionales, de extralimitación policial –por presión del gobierno (guerracivilista de izquierdas)- en la imposición y aplicación de las medias de confinamiento, de qué lado me encuentro. No otro que del Orden con mayúsculas, del Estado de Derecho de antes y después de la llegada de la democracia, del “de la Ley a la Ley” (…)
Agostinho Barbieri Cardoso, un nombre rodeado de un halo de prestigio y de misterio que surcaba (raudo) los comentarios de algunos- tanto entre guardas como entre reclusos- el tiempo que estuve preso –mayo del 82, Noviembre del 85- en Portugal, Antiguo subdirector de la PIDE –rebautizada más tarde bajo Marcelo Caetano, nota bene, de Dirección General de Seguridad (Seguranca), nombre familiar (….)-, y su verdadero cerebro al decir de algunos (por encima de Silva Pais), estuvo de tránsito (y preso) a la vez por los sitios –Penitenciaria de Lisboa y Vale de Judeus- por donde yo más tarde pasé, después del 25 de Abril, de donde´salió vivo por los pelos (según me contaron a mí) e irreductiblemente fiel –de lo que allí dentro oi- a la Memoria (española) de los vencedores del 36. La PIDE (Policía Intercontinental de Defensa del Estado) fue –leyendas negras aparte y errores (trágicos) también- una policía modelo –y sus miembros auténticos patriotas- que rindió un gran servicio a Portugal y a su Imperio de Ultramar, y que se hundiría en el descrédito con el Estado Nuovo. En el marco nota bene de la guerra colonial.
Y confío pues que con lo que llevo dicho no le extrañe algunos -al menos en demasía- la defensa cerrada del deber y del oficio y de la función de policía en los tiempos modernos, y por ende de la revisión que se impone la leyenda negra que arrastran algunos de sus capítulos o episodios, en claro o en plata, revisión urgente pari passu con la historia de la Segunda Guerra Mundial, de algunas de las facetas mas desahuciadas de la historiografía de aquella, y en particular del régimen nazi y de algunos de sus órganos o vectores de poder mas temibles y más blanco de leyenda como lo fue la Gestapo (Geheimsstaat Polizei) Policía Secreta de Estado, fuente de inspiración o modelo insuperable –de eficiencia, se seriedad y de `precisión (como sus homologas española y portuguesa)- de todas las policías de Estado contemporáneas, y lo que dije dicho está. La GESTAPO, uno de los argumentos de más peso y más temible –como un arma secreta- en la interminable guerra civil (del 36) La revisión pues, de extrema urgenciza, se impone ¡Ya!

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