sábado, mayo 27, 2017

FRANCO Y EL BIERZO

Visita de Franco a Ponferrada (28 de julio 1949) -cuatro días después de nacimiento del autor de estas líneas- con ocasión de la inauguración de la central térmica de Compostilla. Fue entonces cuando recibió la medalla de oro y el titulo de alcalde honorifico que le quitan ahora (post mortem) A la salida de la ciudad, la comitiva oficial habría sido tiroteada por guerrilleros del maquis leonés, lo que se aireó en la prensa inglesa, y lo que el consistorio ponferradino silencia escrupulosamente en cambio ahora
León y provincia son terra incognita -y recóndita- para muchos españoles. Un poco mutatis mutandis, se me antoja, como el Tras-os-Montes portugués vecino, justo del otro lado de la frontera, tierra (fría) de secretos, de silencios y de vendettas. En los tiempos de actividad del FRAP -antepasado directo del GRAPO- oí a persona amiga que ese grupo terrorista tenia sus raíces precisamente en esa provincia, en alguna de sus comarcas o en una zonas determinadas de su geografía que venían a configurar como un microcosmos a años luz de lo que se vivía y sentía y respiraba grosso modo en el resto de la geografía española. Y a años luz también de lo que por odas partes fuera de allí se recordaba porque esos grupos de izquierda violenta (terroristas) arrastraban -como toda la izquierda española en general- una memoria histórica de los vencidos de la guerra civil española.

Y esa particularidad (guerracivilista) leonesa, y en concreto de una de sus comarcas, el Bierzo, viene a ponerse ahora (clamorosamente) de manifiesto por la decisión, tomada por unanimidad, de su consistorio municipal -presidido (nótese bien) por el PP, y secundado por “Ciudadanos”- de despojar a Franco (post mortem) de la medalla (de oro) y del título de alcalde honorífico que le fueron otorgad por aquel municipio en el año de gracia del 49. La noticia anunciada -como cabía suponer- a bombo y platillo en ciertos medios me pilló (desagradablemente) por sorpresa pero un sexto sentido me hizo sospechar de golpe hubiera gato encerrado en lo que ahora se pregonaba (...)
Y puesto a documentarme sobre la marcha con vista a la redacción de este artículo compruebo que efectivamente no andaba descaminado. Y es que se trata -no de botón de puestra de actualidad de la aplcación de la ley inaplicable- sino de uno de esos casos atípico y excepcionales que vienen a confirmar la regla (contraria) -lo inaplicable de la misma- más que a invalidarla. Una excepción leonesa, o más exactamente berciana, o si se prefiere ponferradina porque el Bierzo no es sólo Ponferrada, rival de antiguo de la auténtica capital histórica de la comarca, Villafranca.

Y la clave de esa anomalía que viene a destapar ahor esa importante localidad (minera) leonesa me la da de pronto un nombre que figura mencionado en la noticia y es por tratarse del de un viejo conocido. Y es el de Santiago Macías, natural de allí por lo que ahora descubro, que fue mucho tiempo -por lo que ahora leo también- vicepresidente de la asociación de recuperación de la memoria histórica (de los vencidos del 36) y que viene a ser el alma de la propuesta ahora aprobada por el ayuntamiento de aquella localidad. Conocí a ese individuo hace ahora diez años en la feria del Libro de Bruselas del 2007 donde figuró de invitado estrella a un debate sobe las fosas (sic) del franquismo, en el que propugnó la proclamación de un verdad histórica oficial (sic) sobre la guerra civil, y en el que intervino también el escritor oriundo de lengua francesa Michel del Castillo que le robó el estrellato en aquel acto por un cuestión puramente lingüística aunque solo fuera, dado que Macias necesito de intérprete todo el rato (…) ¿ No tenían a nadie que hablase la lengua de Molière?

“¡Ojala que vuestro hijos no acaben escupiéndoos a la cara vuestra verdad y vuestra memoria” Eso fue lo que Michel del Castillo (hombre de izquierdas, refugiado político) espetó -en francés- a su interlocutor contrincante, en el silencio sepulcral de un público asistente, belgas en su inmensa mayoría que vivían sin duda la guerra civil española (¡ay dolor!) como la siguen viviendo muchos guerracivilistas españoles. Como lo que en realidad es, una guerra que no se terminó todavía. Al final hablé ante el revuelo generalizado -y la reacción despavorida de la comisaria del certamen (un respeto), de ascendencia emigrante/española, y en presencia de mi propio hijo que me acompañaba, muy joven entonces, que presenciaba absorto todo aquello- de las matanzas de Paracuellos por supuesto, si no lo hago no me lo hubiera perdonando nunca. Y a mi gran sorpresa vi que Michel del Castillo asentía con lo que yo decía.

Macias por lo que vengo ahora a saber es él también un caso un tanto excepcional en ese medio desenterradores y recuperacionistas de la memoria de los venidos. Por los rifirrafes que le habrán enfrentado con otros miembros de esa asociación y en particular con su fundador, alguien en la órbita de Izquierda Unida, mientras que Macías se define ahora (sic) socialista. ¿Un guiño la de los peperos de Ponferrada al espejismo de la gran/coalición que soñaban a algunos, y que como en el cuento de la lechera, el cambio en la situación (Rajoy díxit) -léase el traspaso de poderes en el PSOE-, habrá hecho completamente añicos?

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