martes, mayo 09, 2017

FRANCO Y LENÍN

Franco y Lenín. Comparaciones odiosas. El padre de la revolución de Octubre no recibe ya honores militares en la Rusia de hoy, pero de su mausoleo no hay quien le mueva (de momento) Como tampoco a Stalin de su sepultura en los muros del Kremlin. Spain is different? En cierto modo, sí. Porque como ya lo dejé sentado en estas entradas, la guerra civil rusa es el pasado que ya pasó. La guerra civil española en cambio -que tuvo en aquella (no se olvide) su fuego genitor- dura todavía (hasta prueba de lo contrario) ¿Una nueva campaña de guerra psicológica -y de propaganda- por cuenta de los restos del jefe de estado anterior a la que asistimos? ¿O simple postureo? ¿O preludio de una negociación política -¿cual?- en la era de pactos que habrá abierto la nueva legislatura? Con la escopeta levantada, así nos pilla como sea esa noticia de de la propuesta de exhumacion del congreso
La izquierda amaga de nuevo en el tema de los restos de Franco. Nuevo acceso de fiebre guerracivilista? ¿Simple postureo? El tema nos pilla (de nuevo) con el freno de mano echado, como aquí todos se podrán imaginar. Y así, es con la mayor de las prevenciones y circunspecciones como hemos procurado leer la noticia del voto anunciado para mañana en el congreso de una propuesta no de ley (nótese bien) de exhumación de los restos del jefe de estado anterior , conforme a los lo despachos informativos que circulan por la red.

El barómetro de guerra civilismo -tal y como lo venimos siguiendo en este blog- no registró subidas particulares de fiebre en los últimos tiempos tras la defenestración -de su puesto de secretario general- del mayor fautor de guerra civilismo en la política española en los últimos tiempos, en la mente de todos. Su partido se encuentra no obstante en vísperas de unas primarias cruciales en las que él toma parte y en la que se ventila la orientación del partido en una serie de retos y de cuestiones fundamentales por los tiempos a venir.

¿Un guiño (guerracivilista) -la propuesta en curso- a los electores potenciales de la lista disidente por parte de la lisa mayoritaria? El gobierno de Mariano Rajoy trató de congelar la ley de la memoria durante la primera legislatura. ¿Lo consiguió? Se admiten apuestas. Desde luego no se la cargó (sic) contra lo que le reprochan ahora sus adversarios, que es lo que sin duda debiera haber hecho, a saber optar por la abrogación de la ley funesta...suponiendo que hubiera sido posible.

Como sea la ley sigue ahí amenazando a cada momento con salir del sarcófago o del invernadero, como ocurría con el cadáver de Stalin en el film que dio la señal del inicio de la Galsnost “Pokaianie” (arrepentimiento en español) Los portavoces del PSOE en la cámara habrán hecho hincapié ahora en el espíritu reconciliador de esa ley lo que contradicen un sinfín de casos probatorios en extremo, de todo el tiempo transcurrido desde su promulgación. Y habrán aludido a su carácter (sic) reformable.

Confieso no obstante que hasta ahora no se les había oído mucho pronunciarse en ese sentido, sino más bien en un tono o un espíritu (irreconciliablemente) beligerante y guerra civilista en nombre no de la reconciliación, de la pacificación ciudadana o de la paz social sino de la Verdad Histórica Oficial (con mayúsculas), léase “la “de ellos” de los vencidos del 36) ¿Qué va ocurrir mañana? Todo parece indicar que la propuesta (no de ley) sea aprobada con los votos de los indignados de centro derecha -a saber los representantes de Ciudadano- en los que algunos creemos discernir (desde el principio) la fiebre guerracivilista por detrás de la indignación social, como un simple síntoma ésta de aquella, de una epidemia en suma que vino a propagarse (de nuevo con la erupción del 15-M y que había venido inoculado a la política español el zapaterismo tras su llegada a la Moncloa a seguir a los atentados del 11 de marzo.

Y si así es, cual sera la reacción del gobierno? ¿Se servirán de moneda de cambio -léase de negociación en aras de objetivos políticos (más o menos) coyunturales, en la nueva atmósfera de dialogo (con todas las fuerzas políticas) que parece reinar en esta nueva legislatura? Se admiten apuestas también.

Como sea nuestro barómetro de guerra civilismo sabrá registrar con la mayor fidelidad y presteza la reacción en los medios y en la clase política de los países de por cima de los Pirineos. Y si volviera a reproducirse un nuevo grito de guerra (civil) por toda Europa -en lengua española- como el que acompañó la votación en los tiempos de José María Aznar -con el apoyo (nótese bien) de su partido- de una moción condenatoria del franquismo (sic) en el Parlamento Europeo, sería un signo preñado de malos augurios desde luego.

Algo me dice no obstante que eso no volverá a ocurrir, aunque los “ciudadanos" acomplejados hagan triunfar la propuesta guerra civilista en la votación de mañana en el congreso
por más que los albaceas del anterior jefe de estado y los “casandras” que les asisten pongan otra vez el grito en el cielo de sus voces agoreras. ¡Capitanes de derrota!

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