domingo, mayo 21, 2017
Tiempo Sacro
¡Un día de sol y de viento
el de hoy mi amor, mi vida,
la primavera cantaba
la vida me sonreía!
al ritmo de esas canciones,
de esas viejas melodías
que me acompañaron fieles
en mi larga travesía
en los momentos más negros
cuando se me iban las pistas
y mi mente atribulada
se llenaba de preguntas
sin más respuesta mi amor
que el eco mío en las dunas
cuando le hablé a las estrellas
(más sólo amor que la una)
cuando entre el cielo y la tierra
no veía un alma (en la bruma)
hasta que eché al fin raíces
en estas verdes grisuras,
en estas tierras lejanas
tierras, mi amor, de conquista
de simpatías y afectos
y de una memoria escondida
donde me daría a conocer
-¿más de lo que debía?-
bajo una luz ¡ay! a veces
que no me favorecía
con el tiempo amor en cambio
se me irían las dudas
que el destino me pusiera
en una raíl sin salida
trayéndome amor a estos lares
de unas fachadas tan lindas
y de una rutina diaria
de piel tan seca y tan dura
y fue cuando te encontré yo a ti
y se me fueron de encima
dudas y resquemores
(como de último/tranvía)
y mi alma amor rejuveneció
(“sicut aquila juventus tua”)
y viví amor desde entonces
al minuto amor, al día
entre un encuentro amor y otro,
entre sonrisas tan tuyas
cuando tu amor se cruzaba
sin darme siquiera cita
que el Tiempo amor se paraba
cada vez que te veía
¡Parones de un tiempo sacro
que a mí te traerá algún dia!
De la luz del sol radiante
a lo hondo de la noche oscura
desde donde te envío estos versos
que escanció mi alma desnuda
en lo mas hondo del túnel
y embargado de amargura
mientras oteo a lo lejos
amor, señales de tu venida
por los aires, por las redes
auscultando amor las runas
preguntándolas, sí, por ti,
si tienen de ti noticias
si saben algo de nuevo amor
de tus idas y venidas
capaz de calmar la inquietud
de un ser (¡ay!) de lejanías
que abrazó la fatalidad
con el alma dolorida
y ese “pathos de distancia”
de almas nobles y altivas
...y humilde (del amor de sí)
con vocación de vigía
de vigilante en la noche
¡caballero andante entre ruinas!
Con la rosa de los vientos
bien plantada (en carne viva)
en lo hondo del pecho amor
¡A donde el viento me diga!
¡Viento del norte tan puro!
que me trajo hasta ti, querida
y que nos juntará de nuevo
cuando el Fatum me sonría
que siento ya algo de nuevo
cargado de expectativas
en tu silencio y tu ausencia
de loba joven (y tímida)
como si estuvieras a punto
de decidir de mente fría
la ruptura irrevocable
¡el Gran Bandazo en tu vida!
el de hoy mi amor, mi vida,
la primavera cantaba
la vida me sonreía!
al ritmo de esas canciones,
de esas viejas melodías
que me acompañaron fieles
en mi larga travesía
en los momentos más negros
cuando se me iban las pistas
y mi mente atribulada
se llenaba de preguntas
sin más respuesta mi amor
que el eco mío en las dunas
cuando le hablé a las estrellas
(más sólo amor que la una)
cuando entre el cielo y la tierra
no veía un alma (en la bruma)
hasta que eché al fin raíces
en estas verdes grisuras,
en estas tierras lejanas
tierras, mi amor, de conquista
de simpatías y afectos
y de una memoria escondida
donde me daría a conocer
-¿más de lo que debía?-
bajo una luz ¡ay! a veces
que no me favorecía
con el tiempo amor en cambio
se me irían las dudas
que el destino me pusiera
en una raíl sin salida
trayéndome amor a estos lares
de unas fachadas tan lindas
y de una rutina diaria
de piel tan seca y tan dura
y fue cuando te encontré yo a ti
y se me fueron de encima
dudas y resquemores
(como de último/tranvía)
y mi alma amor rejuveneció
(“sicut aquila juventus tua”)
y viví amor desde entonces
al minuto amor, al día
entre un encuentro amor y otro,
entre sonrisas tan tuyas
cuando tu amor se cruzaba
sin darme siquiera cita
que el Tiempo amor se paraba
cada vez que te veía
¡Parones de un tiempo sacro
que a mí te traerá algún dia!
De la luz del sol radiante
a lo hondo de la noche oscura
desde donde te envío estos versos
que escanció mi alma desnuda
en lo mas hondo del túnel
y embargado de amargura
mientras oteo a lo lejos
amor, señales de tu venida
por los aires, por las redes
auscultando amor las runas
preguntándolas, sí, por ti,
si tienen de ti noticias
si saben algo de nuevo amor
de tus idas y venidas
capaz de calmar la inquietud
de un ser (¡ay!) de lejanías
que abrazó la fatalidad
con el alma dolorida
y ese “pathos de distancia”
de almas nobles y altivas
...y humilde (del amor de sí)
con vocación de vigía
de vigilante en la noche
¡caballero andante entre ruinas!
Con la rosa de los vientos
bien plantada (en carne viva)
en lo hondo del pecho amor
¡A donde el viento me diga!
¡Viento del norte tan puro!
que me trajo hasta ti, querida
y que nos juntará de nuevo
cuando el Fatum me sonría
que siento ya algo de nuevo
cargado de expectativas
en tu silencio y tu ausencia
de loba joven (y tímida)
como si estuvieras a punto
de decidir de mente fría
la ruptura irrevocable
¡el Gran Bandazo en tu vida!
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