domingo, septiembre 13, 2015

Oda a una Risa Bufa (poesía en domingo)




¿Optimista el Taciturno
al atardecer de su vida?
¡Como asi te llamaban Juan!
(¡ni imaginarlo podía!)

Y de optimista a risueño
¡Flor de optimismo la Risa,
el título del tebeo aquél,
Navidades coloridas,
año del Cincuenta y Cuatro,
prehistoria de mis lecturas
al alba de mi existencia,
de aquella infancia « divina »
(sagrada a fuer de intocable
que es lo que fue a fe mía)
en la tregua quebradiza
de una guerra interminable
y en lo más hondo, bien fija,
de una memoria entre brumas

Y la risa aquella infantil
vuelve franca y optimista
cuando ya no la esperaba
al cabo de mil fatigas,
mil fregados y sorpresas
(y zozobras noche y día)
durante años y decenios
de una vida de aventura

¿Vida de novela acaso
o una novela hecha vida?
Como lo escribió de mí
una mujer periodista
pérfida e inocente a la vez
midiendo lo que escribía
toda oídos, ojo avizor,
extrañada y divertida
vertiendo no poca sorna
en su artículo a medida
entre gloria y linchamiento,
como entre rosas y espinas.

Y en el vértice del ciclón
que se me vino (¡ay!) encima
leyéndola con recelo
¡cuánto me reí a fe mía!

¡Volviste a mí al fin (de noche)
risa mia infantil bendita!

¿O surgiste de lo hondo
donde andabas escondida,
esperando, como al acecho
de la ocasión más propicia
de reaparecer ante mí,
risa buena, niña tímida
crecida entre mil sarcasmos
que te hicieron no tan niña? (…)

¡Cuando te veo acometiendo
con esa mueca tan bufa!


¡Como te gusta esconderte!
Finges hasta darme risa,
tan doble y tan juguetona,
así eres y así me gustas,
requete difícil de "uncir",
y frágil y rompediza

De rompe y rasga así eres,
rompiendo albores de día
entre un haz de encantaciones
en mi alma y en mi vida
y rompiendo un cielo de azul
cuando te place, querida,
cuando los nervios te pierden
(¡hasta aquí esta película !)
y pones al descubierto
tu « fase » más femenina
si está en juego lo más serio,
lo que en el fondo te guía,
lo único que a tí te importa,
un juego de amor y furia
y así te plantas de golpe
cuando el lance no te gusta

Y al fin se te pasa y vuelta
al juego de las paciencias,
de saber esperar sin fin
-Ars magna, lidia suprema-,
a que las tornas varíen
y dejes de ser tan niña
y me veas como yo soy
de carne y hueso (y con fibras)
y no una estatua viviente
de esas que se derriban,
que así me viste tal vez
cuando en tí y yo nada habia
más que una magia inocente
de recelos y sonrisas,
un simple malentendido,
juego de espejos (de China)
y un frío de los que queman
que daría lo que daría

¡Porque no podía pensar
como me enamorarías!

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=203231