lunes, septiembre 28, 2015

TRAIDOR Y FRACASADO

¿Será capaz el exorcismo que pretenden practicar imágenes como esta –ayer en Sol cuando cerraban los colegios electorales en Cataluña- de conjurar el maleficio del Reloj? En otros términos ¿seremos los españoles capaces de conjurar todo un pasado que no pasa –que se remonta al 36 y mucho más atrás a la revuelta de los “segadors”- para así salvaguardar la integridad de la Patria?
Traidor y fracasado. El “president” de la “Generalitat” ha vuelto a reincidir en lo que se está convirtiendo para él en una pirámide de fracasos desde que inició contra viento y marea su deriva separatista. ¿Ganó las elecciones como nos los esta vendiendo a todo vender los medios por cima de lso Pirineos? Perdido, como sea, el plebiscito que se tenía montado por su cuenta y riesgo, y es probable que pierda también su poltrona aunque no estoy tan seguro como parecen estarlo alguno.

El peligro no ha pasado, es cierto. Los fantasmas siguen ahí más vivos y coleando que nunca. Pero tal vez estén sirviendo para despertar otros fantasmas somnolientos –menos inhóspitos mas familiares- en el resto de España y entre el conjunto de los españoles. Ayer, a las ocho de la tarde en Sol -kilometro cero y centro neurálgico de la nación- se congregó una (pequeña) multitud –rodeando una bandera española gigantesca que cubría la mitad de la palza-, convocada espontáneamente por las redes sociales, que evocaban otras fechas trágicas de nuestra historia, de la revolución de octubre del 34 y del aplastamiento de la insurrección separatista en Cataluña.

¿Lecciones de la jornada de ayer, de sus resultados? Primera y principal aparte de lo aquí ya señalado, el fracaso polvoriento de Podemos, de su marca catalana me refiero –y por vía de consecuencia de la actual alcaldesa de Barcelona, la pasionaria indignada- que no consiguieron a todas luces –allí no y sí en cambio en otras regiones españolas- hacer mella entre el electorado catalán con su mensaje de indignación social (y guerra civilista) Le puede agradecer como sea sus pobres resultados, el de la coleta a su correligionario el argentino ex hispano –anti español para dejarnos de eufemismos- hombre/fuerte de la alcaldía en la Ciudad Condal nota bene las horas que corren, en su calidad de primer teniente alcalde, por su gesto odioso tratando de arrancar la bandera de España del balcón del consistorio, que le habrá puesto en el candelero y también en la mirilla de todos los que se siguen sintiendo españoles tanto dentro como fuera de Cataluña.

¿Un nuevo Companys, Mas, el “conseller” felón (léase traidor), convertido en rehén de sus compañeros de viaje mas votados y mas fuertes que él en punto a audiencia y seguimiento en el sector (independentista o filo independentista) de la opinión pública catalana? Ahí todavía no hemos llegado. Con tal que no le salgan de nuevo al quite en la Moncloa, o en la Zarzuela (hablando claro) Caveat rex! ¿Hasta cuándo este juego enfermo, esta guerra de nervios interminables? ¿Acaso se nos pide tanto a los españoles o a la clase política que nos gobierna? El Estado de las Autonomías –a saber todo un apartado de lo más sustancial de la actual constitución- nos fue impuesto a todas luces desde fuera por un dictado o imposición de las grandes potencias, en un olimico desprecio de nuestras tradiciones y de nuestra historia. ¿Se nos debe seguir no obstante infligiendo ad vitam aeternam a la vista de la secuelas y consecuencias tan calamitosas que viene cosechando?

¿A cuando habrá que esperar? ¿A la suspensión de la autonomía catalana? ¿A que e336 no sea ya realmente necesaria –parafraseando al ministro de exteriores- sencillamente porque ya estén fuera del girón patrio o simplemente porque se haya ya producido la situación insurreccional que los mentores del proceso secesionígena en curso viene buscando a toda costa? Al menor paso en falso de la Generalitat las semanas que se avecinan –me refiero a sus nuevos cargos-, el gobierno no deberían esperar ni un minuto más, si quieren seguir todavía guardando un mínimo de credibilidad en la opinión pública.

La otra gran lección del resultado de las elecciones catalanas lo es el ascenso fulgurante de Ciudadanos a quien estoy a punto de perdonarles las concesiones lingüísticas que se permiten rebautizando su nombre en catalán y también el de su líder. ¿No quedamos –de ello se jactaban al menos- que eran el único partido que se atrevía a expresarse en castellano en español dentro del Parlamento catalán sin complejos (ni complejines)? Como sea, en las condiciones actuales no dejan de ser un dique frente a la desmembración de lo que me congratulo, aunque no esté de a cuerdo con ellos en casi nada.

Dejo ex profeso para el final de esta entrada no obstante el (ligero) incidente en el que me habré visto envuelto hoy por culpa de un sudamericano –de un país andino presumiblemente (Bolivia, Perú)- con el que me habré enfrascado en una discusión aquí en Bruselas, al verle presentarse como español delante de mí, en lo que tal vez di muestra de una cierta desenvoltura de mi parte –“no, usted no es español”- lo que se vio no obstante ipso facto compensado por la reacción del aludido que arremetió como por tiro de elevación contra España como cabía de esperar, confirmándome que no me había equivocado en mis augurios, no sólo de que no se trataba de un compatriota sino también de sus sentimientos íntimos acerca de España y de los españoles.

“¡De todas formas, España se va a pique!” y lo ilustraba con una gesticulación elocuente y beligerante en extremo. “Cataluña primero y después todo el resto” ¿Senderistas peruanos refugiados en Bélgica? En la noche de la expatriación (semi forzosa) todos los gatos son pardos, y todas las apuestas y especulaciones se admiten. Y también mil libertades o desenvolturas que en otras circunstancias no lo serían en modo alguno. A titulo de legítima defensa aunque solo sea.

El incidente sirve, como sea, de botón de muestra a la vez de cómo están vendiendo en la prensa belga los resultados electorales en Cataluña. Les pilló un poco ponto todavía el cierre de sus ediciones de hoy lunes, pero el tono es unánime o casi, victoria de los separatistas e inicio de un proceso de separación de un año y medio a lo sumo. Cuan largo me lo fiais, rezan nuestros clásicos. Y en un año y medio pueden ocurrir muchas cosas. No es óbice que esa presión mediática de la prensa global a favor de la independencia catalana nos hipoteca aún más si cabe el futuro a los españoles.

Como ocurriría en los años de terrorismo de la ETA que encontró una gran cobertura mediática por cima de los Pirineos en particular aquí en Bélgica. Lo que di en llamar entonces el frente (Norte) exterior de la guerra de propaganda de los Setenta Años, que hoy van ya por los Ochenta y Tantos como lo recojo en mi último libro. Pero el frente exterior sigue tan desguarnecido como entonces. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que ya no haya remedio –o por emplear el eufemismo de nuestro ministro de exteriores- cuando ya no sea "necesario"? Como sea se trata de una inhibición escandalosa de las autoridades españolas. Que nada justifica. Ni por cuenta de la libertad de prensa, ni de la democracia.

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