viernes, septiembre 11, 2015

DEMOCRACIA IGUAL A CAOS LA LECCIÓN SIRIA

Fueron amigos y camaradas de Durruti los que asesinaron a José Antonio y se ensañaron con su cuerpo y profanaron su cadáver, en venganza por la muerte de su ídolo el día antes, que fue « oficialmente » atribuida -por la CNT (anarco-sindicalista)- a « una bala fascista » Lo que hace todavía más ignominioso y ultrajante el cripto anarquismo de algunos joseantonianos o ex joseantonianos. Y que me perdone Roberto Ferruz (que en paz descanse) De nada le sirvió a José Antonio su profesión de fe democrática ante el tribunal popular de Alicante que le condenó a muerte por cuenta del anti-fascismo y de la democracia
En un lùcido e incisivo análisis de gran claridad en la exposicion a efectos didácticos, como acostumbra su autor, Ernesto Milá -publicado recientemente en las páginas de su blog- se aborda el problema de la riada inmigratoria que afrontan las horas que corren la mayor parte de los países de Europa occidental, y de una forma además no poco exhaustiva, donde se viene a (re) situar el referido fenómeno en su exacto contexto histórico, a saber las politicas de propagación del caos impulsadas por los Estados Unidos en Afganistán y en el Irak y más tarde en el Oriente proximo y en el Magreb tras el estallido de las primaveras árabes, por cuenta de la democracia, léase de la exportacion de la democracia al conjunto del planeta.

Lo que parafraseando a Lenin –en su conocida formula sobre el imperalismo- cabría llamar fase imperial en la evolución histórica de la democracia (moderna) ¿Democracia imperial pues igual a caos y desorden y anarquía, lo que vendria a renovar o hacer resurgir las viejas críticas a la democracia en voga los años treinta ? Como sea, todo lo que venimos presenciando absortos desde hace cuatro años a escala del planeta -desde la pantalla de nuestro ordenador- nos conduce fatalmente a concluir de esa manera. No fui propiamente un adversario de la democracia, mi palabra, me mantuve mucho tiempo en ese terreno en una postura dubitativa que daba cabida a interpretaciones o elaboraciones semánticas de lo más llamativas como las que se permitió el régimen de Franco por cuenta de la célebre fórmula de la democracia orgánica.

Tal y como lo permitia, es cierto, el magisterio eclesiástico y en particular la llamada doctrina social de la iglesia en la célebre teoria o doctrina de la tesis –léase el terreno de los principios (y de los dogmas)- y de la hipótesis -léase, el plano de las realidades históricas concretas (contemporáneas)-, que justificó la adhesion de los católicos en Francia y otros países sin problemas de conciencia ni quebraderos de cabeza –lo que los franceses bautizarian por « ralliement »- a régimenes republicanos en vigor en sus respectivos países, y lo que serviria igualmente –como anillo al dedo- de coartada ideológica perfecta en la fundacion de la CEDA durante los años de la II República española.

Y algo de lo que sin duda se sirvió igualmente Joé Antonio declarándose demócrata (sic) –sin empacho y sin escrúpulos- durante la celebración de su juicio ante el tribunal popular de Alicante. Lo mismo grosso modo -ese vacío o laguna o indefinición de raiz predominantemente eclesiastica- que induciría a la inmesa mayoria de sus partidarios a hacer oídos sordos a esa profesión de fe (por llamarla así) democrático/joseantoniana –en el caso de que llegase a oidos de ellos- abrazando en cambio en cuerpo y alma los postulados anti-demócratas de algunas de las potencias beligerantes en la II Guera Mundial, del bando adverso al de los dos principales países democráticos envueltos en el conflicto, a saber los Estados Unidos y la Gran Bretaña.

A mí tambien se me aclararon las ideas y se me fueron todos los complejos, tras el estallido de las primaveras arabes y la erupción concomitante de la indignacion callejera –por cuenta de la democracia/real- en España y en algún otro pais europeo. La democracia es el mal, escribió Maurras, y acabó obrando en consonancia abrazando la Causa de la Colaboración durante la ocupación alemana.

Por democracia, Maurras entendía lógicamente la democracia moderna surgida de las Luces y de la Revolución Fracesa. Y una de las secuelas mayores de esa opcion estratégica de la Casa Blanca a favor de la exportación de la democracia y pari passu del caos urbi et orbe que aquella trae fatalmente consigo lo es sin lugar a dudas el aluvión de refugiados al que estamos asistiendo las horas que corren.

¿Estamos acaso asistiendo de paso al canto del cisne de la idea democrática a escala del planeta ? Cabría concluir en ese sentido si se confirmase –como indicios concordantes y de una fuerza de conviccion in crescendo asi parecen indicarlo- que el continente que la sirvió de cuna en la antiguedad y volvió a servirla de crisol en los tiempos modernos acabe dándola la espalda escarmentado o desengañado, en un último sobresalto salvador en aras de su supervivencia, frente a un democracia global o a un globalismo democrático que lo está matando, condenándole a verse invadido por pueblos de culturas y tradiciones diferentes y (nota bene) de memorias claramente beligerantes y antagonistas de la memoria común a todos los pueblos surgidos de la civilización europea, condendándonos en definitiva a la perdida de nuestras propias raíces.

La comparación con los bárbaros de los tiempos del Imperio -de los que este logró obrevivir al precio de su transmutación en el santo imperio romano germánico- no es pertinente como no lo es esa otra tan en voga en los tiempos del concilio y del posconcilio con el comunismo marxista entonces en el cénit de su influencia y poderío a escala del planeta, algo que poblaba las mentes ya desde la irrupción del comunismo blochevique tras el triunfo de la Revolución de Octubre. Como lo ilustra una obra que gozó de gran influencia y predicamento en la década de los treinta del pasado siglo XX, y de la que a fe mía no supe hasta hoy a ciencia cierta lo que decir quería ni cómo habia que interpretarla y me estoy refiriendo al título tan divulgado del autor ruso Nicolás Berdiaeff « Hacia un nueva Edad Media » que fue uno de los libros de cabecera de José Antonio Primo de Rivera.

El comunismo, como se comprobó al final y contra lo que pensaban la mayoría de los (santos) padres conciliares no era bautizable –léase (no) asimilable- como sí lo fueron, al contrario, los pueblos bárbaros, como no son bautizables los fundamentalistas islámicos que se escurren agazapados –hay que ser miopes para no verlo- en este aluvión inmigratorio al que ahora estamos haciendo frente. ¿Cómo hay que interpretar este éxodo mayormente de sirios en clave de la guerra que viene asolando su país desde hace cuatro año ?

El Estado Islámico acaba de lanzar una fatwa o algo asi tratándolos (sic) de cobardes, y en Bélgica zona flamenca alertan de la tensión creciente y los posibles conflictos entre los recién llegados y miembros de la comunidad de inmigrantes marroquíes tentados en sus sectores más jovenes por la jihad como así viene poniéndose de manifiesto en una sucesion de casos que saltan a diario a la primera plana de los medios desde el inicio casi de la guerra en Siria

¿Cortina de humo, de guerra de propaganda a fin de conjurar miedos y recelos in crescendo en la opinion pública belga y sin duda de los demás países occidentales que les hacen pensar o temer justamente lo contrario, a saber que esa afluencia masiva de refugiados pueda servir –o esté ya sirviendo- de vivero y fuente de reclutamiento y masa (operacional) de maniobra de las formaciones islamistas más radicales ? Se admiten apuestas.

Como sea, el fenómeno, viene a confirmar y a sacar a la luz del día el nexo -de una raíz ideologica innegable- entre la politica de exportacion de la democracia por los Estados Unidos a escala del planeta y la propagación del islamismo radical que en la medida que estos traducen en sus posiciones más emblemáticas un pos marxismo reinterpretado en clave islámica –en terminos de una religión de pobres y desheredados (a saber el Islam)-, que les permite el aceptar e incluso reinvidicar (sin el menor reparo ni complejo) la democracia a la occidental como un paso obligado previo a la instauración del estado islámico, a saber un califato (suní) basado en la instauracion de la charia islámica –al pie de la letra-, e inspirado en la llamada época de oro del Islam, de los cuatro califas (bien/guiados) que se sucedieron en la jefatura del mudo musulman (suní) tras la muerte de Mahoma.

Una tendencia, a la vez en el plano táctico y en el estratégico, análoga –como sabrán observar algunos de mis lectores- a la que acusaron los partidos comunistas en la guerra fría hasta la caída del Muro. Y eso es precisamente lo que nos permite a nosotros occidentales el ver en esa misma democracia ccidental el caldo de cultivo de predilección del fanatismo y de la barbarie (primitiva) de los musulmanes integristas. A buen entendedor pocas palabras sobran

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que José Antonio, en su autodefensa en el simulacro de juicio en Alicante antes de su condena, muestra dos rasgos que, cuando menos, pueden ser objeto de debate y de discusión: uno es el de tratar de mostrarse afecto a los juzgadores y el manejo de frases y conceptos liberaloides, y el otro es la poco elegante actitud que demuestra hacia Ramiro Ledesma, para esas fechas ya asesinado por el rojerío en cuya cuenta no caen los nuevos defensores de la "izquierda falangista" o círculo podemita del falangismo izquierdoso. La verdad es que no trata y no deja muy bien a Ramiro como se puede leer en las actas del simulacro de juicio.

A todos estos podemitas del falangismo rojo habría que abrirles de par en par el martirilogio de la Falange para decirles que por un Pérez de Cabo fusilado por Franco y un Salvador Merino defenestrado en el Régimen, hay un José Antonio, un Ramiro, un Onesimo, un Ruiz de Alda, un Fernando Primo de Rivera, un Ruiz de la Hermosa, un Matías Montero, un Alejandro Salazar, un Manuel Mateo, un Ángel Montesinos, un Juan Jara, un Tomás Polo, un Francisco Sampol, ¿sigo? asesinados por el rojerío patrio.