Victoria electoral de DREUX (13 marzo 1983) del Frente Nacional francés de Jean Marie LE PEN (primera época) Botón de muestra del creciente rechazo (sic) de la inmigración en masa -argelina de preferencia- en el seno de la sociedad y de la opinión pública francesa. En un resuelto mentís de la pretendida convivencia en armonía (sic) -en España como en Francia o como en Bélgica- con la que los pontífices de la Biempensancia nos arrullan.
Es un desafío de órdago a la grande a fe mía el que nos echa a la cara la inmigración marroquí (en masa), tal como lo ilustran los sucesos de TORRE-PACHECO. Y por si nos viéramos a falta de interpretes que nos interpreten o ayuden a interpretar todo aquello, viene al quite una de las voces o plumas más autorizadas entre los garantes de lo políticamente correcto para que queden las cosas claras, aún a riego de dejarnos los dedos -a base de cantarnos "sus" verdades"- en la cara bien marcada. Y entre toda esa ristra de verdades de la DOXA (oficial o gubernamental) en el tema inmigración, hay unas cuantas contenidas en un párrafo del articulo al que aquí hago ilusión, que reproduzco con gusto aquí deseando que muevan a circunspección, abriendo los ojos a mis lectores a su vez. Y es (refiriéndose a los emigrantes) cuando dice: "son personas que trabajan cada día, que conviven en armonía en una sociedad de la que forman parte, y en la que están mucho mejor integrados que quienes quieren lanzar su odio contra ellos, y eso es lo que no soportan" Que como dijo Jack, vamos por partes.
"Que trabajan cada día". Léase (verbi gratia), (perfectamente) insertos -o integrados- en el mercado del empleo. Lo que es un poco arriesgado o precipitado atribuir a sus propios méritos o esfuerzos, obviando así otros factores aleatorios económicos, tales que el ciclo o la coyuntura o el caos, u otros de natura estrictamente políticas como las directrices o parámetros fijados por las potencias vencedoras en el desenlace de los grandes conflictos, "in casu" la II Guerra Mundial: Que no hay que ser un lince ni pecar de conspiranoico o complotista, para rendirse a la evidencia que la inmigración en masa -mayormente o preferentemente de confesión musulmana- que sacude en profundidad los países europeos y el modo de vida (way of life) occidental mayormente desde el principio de los sesenta viene a responder -en gran parte, conjuntamente con otros factores de orden económico, demográfico o sociológico- a una especie de hoja de ruta tal como se vería convenida en las grandes conferencias internacionales -en particular a Yalta y a Postdam- que establecieron el Nuevo Orden mundial (NOM) Y tras lo que cabe admitir, a título estrictamente de (mera) hipótesis aunque sólo sea, que entre esas (hipotéticas) hojas de ruta figurase "el gran reemplazo" como uno de los principales designios u objetivos de dichas conferencias, acorde a la teoría del mismo nombre por la que habrá venido el escandalo en la sociedad francesa y en los medios de la presa "mainstream", mayormente occidentales y europeos. Que viene al menos en parte, como sea, a invalidar la frase siguiente a modo de corolario de la que precede que acabamos aquí de comentar: "que conviven en armonía en una sociedad de la que forman parte" Negando la mayor, a saber, el que se trate de una armonía libremente establecida, y no forzosa o semi/forzosa impuesta por decreto a modo de ukases de los poderes públicos. Y lo que viene igualmente a refutar como la prueba por el nueve, el creciente rechazo (sic) -a datar sin duda de principios de los ochenta- de la inmigración mayormente argelina en el seno de la sociedad francesa, ilustración a modo de electrochoque de lo cual, lo vendría ser la (sorprendente) irrupción electoral del Frente Nacional de Jean Marie LE PEN (primera época), en las elecciones municipales de DREUX -13 marzo 1983-, punto de partida de su ascenso fulminante hasta hoy en el paisaje político francés -con la oposición resuelta a la inmigración de principal caballo de batalla-, y de la innegable penetración de dicha formación en el seno de la opinión pública allí.
Y que están mucho mejor integrados ("que quienes quieren lanzar su odio contra ellos") Lo que en un plano sociológico o económico es difícil de refutar, y lo que viene en parte a invalidar no obstante la noción talismánica a fuer de equivoca y ambigua -y de gran cargazón ideológica remontándose en línea recta al "Movimiento -contra la discriminación nota bene) legal- de los Derechos civiles" en los States- y es la de discriminación positiva (sic), que vendría a configurar el ordenamiento jurídico español con las nuevas leyes orgánicas (con gobiernos socialistas) -de Igualdad efectiva de Hombres y Mujeres (22 marzo 2007) , y la de Igualdad de trato y la no-discriminación- (12 de julio 2022) (*) Y en lo que tengo algo que añadir, y es de mi propia experiencia persona e intransferible de mis largos años de estancia en Bélgica mayormente en situación en paro, de búsqueda de empleo y en transito por los circuitos de reinserción (sic) social y laboral, en particular gracias a contratos calificados de "sociales" en Bélgica. Y ni en las oficinas del paro o en los empleos o lugares de trabajo a los que aludo, ni en los organismos de ayuda social que en aquellas circunstancias me vi obligado a frecuentar -falto (nótese bien) de una afiliación sindical cualquiera-, me encontré nunca -y soy formal en lo que afirmo, inmigrantes magrebíes. Salvo un vez, como la excepción que confirma la regla, y fue de uno de aquellos que coincidió conmigo en el mismo lugar de trabajo y estando él en régimen de reinserción, de resultas de su pasado judicial (y penal)
"Y eso es lo que no soportan" Odio (sic) -resultante de la expuesta situación y de sus secuelas - en mí? Tal como en esa ultima frase del párrafo aquí referido se deja inferir?"Ab ocultis meis munda me, Domine", que reza la Biblia /(canónica) Un sentimiento duradero (tantos años!) difícilmente soportable, como sea, De discriminación (sic) (ya sea positiva o negativa) Sin contar con ese otro sentimiento, no menos insoportable -de verme amenazado-, léase de amenaza a nuestra integridad y a nuestra identidad individuales o colectiva emanante de la inmigración en masa magrebí. Léase de la invasión silenciosa (marroquí)
Uno de las ilustraciones omnipresentes en la literatura guerra civilista de nuestros días. Odio (sic) de clase y de guerra civil. Y quien habla de odio hoy? Que no me irán a decir que respira amor el de la fotografía!)
(*) Una legislación que vendría a quer implantar una igualdad (entre uno y otros) y no una discriminación legal inexistente (nota bene) entre españoles. Al contrario de los años cincuenta en los States
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