jueves, agosto 21, 2025

COLOMBIA Y LA GUERRA CIVIL HISPANA (INTERMINABLE) (3)

Álvaro Uribe, ex-presidente de Colombia, ha sido puesto hoy en libertad en espera del juicio que se sigue contra él. Por decesión del Tribunal Supremo que no encuentra motivos fundados ni suficientes para que se le mantenga en estado de prisión domiciliaria, lo que alimenta la presunción de verse víctima de LAWFARE (persecución política)

Tras la puesta en libertad de Álvaro Uribe me veo en la obligación de darle de nuevo a la tecla en los asuntos internos de Colombia, lo que así a primera vista se me antoja una hazaña o empresa ciclópea superior a mis fuerzas no sea más que echando un vistazo a la historia tan convulsa y tan marcada por la violencia de ese martirizado país, y en particular a la génesis de ese fenómeno -el de la violencia que mas la habrá marcado y flagelado hasta ahora: mar de aguas profundas la historia de Colombia contemporáneo en paralelo a los anales de uno de sus capítulos esenciales, el de la violencia guerrillera, y a uno de los apartados o subcapítulos o líneas maestras mayores de aquella como lo es -paginas y más paginas en la Red- el fenómeno de los paramilitares o la para/política, al que tras el nombre del ahora liberado ex-mandatario se diría que nos quisieran conducir los operadores del Internet en línea recta. Un mar sin fondo en verdad de aguas cenagosas en el que perdemos raudo el pie, pero del que llegamos a distinguir varias balizas o puntos de referencia. Y lo son, primera y principal, la revolución cubana, y la reacción que produjo en el seno de la sociedad colombiana de autodefensa frente a la violencia guerrillera, y tras él, otro fenómeno subordinado, el narco/trafico que se nos antoja de golpe no ser más que une epifenómeno (sic) del de la Violencia. En el surco de la (interminable) guerra civil hispana, de enésimo capítulo o episodio de la guerra cil española 8interminable del 36), como ya lo expuse en este blog. Y en ciertas figuras de la historia, de la Literatura o de la marginalidad de aquel país, Como lo es el ex-mandatario nombrado, o alguno de los mas famosos líderes de los cárteles de la droga, o el propio García Márquez, que sólo en esa clave, su obra admite una re-lectura histórica (o histórico/ficticia, si nos ponemos a ver) Hay -de punto de partida a la exploración histórica que aquí emprendemos (por nuestra cuenta y riesgo)- un mero dato histórico incuestionable. El de 1959, tras el surgimiento poco antes de las principales formaciones guerrilleras -FARC, ELN-, año del triunfo de la Revolución Cubana con la entrada de Fidel CASTRO (de Sierra Maestra) en la Habana. Con lo que se enquista o encastra en la vida política colombiana un fenómeno de terrorismo (sic) que opera a modo de revulsivo o provocación de otro en el polo opuesto  que sólo surgiría como respuesta, a posteriori, el de la auto-defensa, léase de los paramilitares. El anti-terrorismo o sea. Una fórmula o expresión -rodeada de expresos tabúes- que nos retrotrae a la España de hace cuarenta años, y al surgimiento de los GAL -Grupos Armados de Liberación- que está exigiendo de lleno una profunda revisión histórica en la que acabará (fatalmente) saltando por los aires la verdad judicial, léase la fuerza de cosa juzgada que reposa en la fuerza (la que da el poder) y en las decisiones de un juez en entredicho -hasta ahora-, y paro el carro (como en el Quebec le dicen) que me pierdo. Pero que es algo que me temblaba en las puntas de los dedos (o se me escapaba por la boca)  

Que no se me fue todavía de mi memoria -ni de mi retina- la figura de aquel compatriota -hombre ya mayor, con todas las trazas (aunque de paisano)  de pertenecer a las fuerzas de Seguridad del Estado (¿guardia/civil, policía/nacional?)  Y era por lo mucho que aquello le debía pesar -de lo más visible en él- que tenía una verdadera fijación obsesiva en mí, en aquellas pantomimas de los minutos de silencio (sic) que organizaban -tras cada asesinato de la ETA- en frente del Edificio de la Comisión Europea -en Bruselas- los de la Coordinadora por la Paz (¿qué se hicieron?) (...), de lo más "correctos" (y sobre todo silenciosos) de los de llegar, callar e irse un minuto después ("democráticamente", sin rechistar) lo que me consumía. Y en cambio, lo que descomponía a los organizadores de aquello, e irritaba visiblemente a aquel pobre individuo, ya mayor, no era más que Yo, que en cuanto (aquél) me veía vociferar un poco -con eslóganes o consignas anti-ETA- o exhibir (siempre tras el minuto de silencio) alguna pancarta anti- (de verdad) de mi cosecha, se ponía (desesperadamente)  a susurrar algo al oído de los (consternados) organizadores: lo que era fácil de imaginar (que me echasen de allí) corriendo a avisar a la policía belga que llegados al lugar -y tras enterarse de lo que se trataba- me acababan (amablemente) dejando en paz. "¡En España mandarán ustedes lo que quieran -le espeté a aquel individuo de pesadilla más de una vez-, pero aquí tengo yo libertad!" (y era verdad) 

Lucha anti-terrorista. Tabú insuperable (en democracia) y cuestión irresuelta, estratégica e ideológica: en Colombia, como en España. Allí en el crisol devorante de la actualidad más rabiosa, entre nosotros en el de la guerra (híbrida o asimétrica) de memorias


Carlos LEHDER, una leyenda de hombre (y de narco/traficante). Líder -de fuerte carisma- y fundador (aún en vida) del Cártel de MEDELLÏN. De padre alemán y madre colombiana. Ideológicamente, de origen anti-comunista. Se adhirió al grupo paramilitar  MAS (Muerte a los Secuestradores) Escapó -con la pierna herida- a una tentativa de secuestro del Movimiento 19 de abril (M-19), formación guerrillera a la que perteneció Gustavo PETRO, actual presidente de Colombia. Fundó en Colombia el MOVIMIENTO CÍVICO LATINO NACIONAL. Fue extraditado a los Estados Unidos -ante lo que se resistió en un principio (lo que le dio mucha popularidad entre sus compatriotas)-, cumplió condena (2/3 de la pena) -unos 33 años en total (...)- y una vez en libertad, se radicó en Alemania (Berlín), antes de volver a Bogotá donde fue (brevemente) detenido, por otras causas pendientes, para acabar viéndose libre y sin cargos. Estando preso en los EEUU, su hija Mónica intercedió por él, cerca del presidente Álvaro URIBE quien le exigió -sin acceder a sus demandas- que pidiera disculpas públicas en nombre de su padre, por los actos del pasado de aquél. Su figura y su vida habrán sido llevadas -bajo seudónimos, como "El Alemán"-al cine y a la televisión en Colombia, su país. Y su ejemplo da idea de la complejidad del fenómeno paramilitar por cuenta del cual -a modo de cajón de sastre- se persigue sañudamente al ex-presidente Alvaro URIBE (hasta ahora solamente por la vía judicial) (...)    


     

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