Alejandro ORDOÑEZ MALDONADO. PROCURADOR NACIONAL DE LA NACIÓN (*) (COLOMBIA) (2009-2016) Fue compañero mío -él como seminarista, yo como sacerdote- en el seno de la FSSPX de Monseñor LEFEBVRE, durante mi estancia en ARGENTINA (finales de los 70) y mi viaje a Colombia (1979) Desde su cargo de Procurador General destituyó (13 enero 2014) de su puesto de alcalde de Bogotá al actual presidente de Colombia, Gustavo PETRO --de izquierda radical- quien se habrá acordado de él ("de ideología fascista" le llama) en declaraciones recientes
Lawfare "en todo su esplendor" (como los franceses dicen) Eso es al menos lo que resulta a una primera y segunda lectura de un articulo de ayer en un medio emblemático de la prensa de izquierdas, donde a través de un largo, penoso y laborioso trabajo de esclarecimiento y exposición se intenta explicar y justificar ante la opinión publica española la puesta en arresto domiciliario tras su condena en tribunal por soborno de testigos y fraude procesal (sic) del anterior presidente de Colombia, Alvaro URIBE, a costa de echarle encima el muerto (un decir) de la Violencia colombiana y de echarle "pari passu" las culpas de la contrainsurgencia de los grupos paramilitares, tomando así partido los autores y comanditarios del referido artículo en un fenómeno tan complejo y tan distante de nuestra realidad política como lo es el estado de guerra en la que situó a toda la nación el fenómeno de la insurrección guerrillera, que convine en designar como un episodio o capítulo (final?) de la guerra civil hispana (interminable), sin parar con ello en mientes ni vacilar ni un instante a la hora de tragarse sapo y culebras de gran tamaño, la mayor de ellas sin duda siéndolo la absolución del movimiento insurreccional aquél, y la exoneración de todas las violencias, crímenes y desmanes cometidos en nombre de aquél y por cuenta del chivo expiatorio de antemano designado.
Que muera uno por todos, ley de bronce de la Historia desde Poncio Pilatos -que "está en la Historia" como de rebote o por casualidad (que dijo aquel)- hasta las exacciones y ajustes de cuentas que presiden la crónica de la actualidad política allí más sangrienta, sin ir más lejos en los dos últimos siglos y en las más recientes décadas. Cumpliéndose así lo que Joseph DE MAISTRE llamó el principio de sustitución (sic) en la Historia y en el funcionamiento de los organismos sociales. O en otros términos -entresacados de la Epístola a los Hebreos, "sine sanguine, non fit redemptio" (2)
Y así, se trata de hacer hoy de Álvaro URIBE el instigador mayor de la violencia colombiana, para hacerle pagar en los tribunales y llegado el caso, al contado, las deudas de sangre (sic), como en la célebre obra de SHAKESPEARE, "El mercader de Venecia" ¡Como si no tuvieran bastante de haber perdido (aquél) el padre y un hijo en el empeño! (el del combate contra la guerrilla) Lo que es demasiado esta por demás, dicen (en dos idiomas) los belgas (valones como flamencos) No es óbice que esa actitud -de rechazo- que acaba siendo la mía de entrada- no nos exime de un bucear en el curso, y en sus curvas y meandros de la compleja Historia colombiana con vistas a trazar la genealogía de la Violencia colombiana de las ultimas décadas, y en su particular y atípico sistema politico republicano (en democracia) :
Bipartidismo a la colombiana, entre izquierdas y derechas, entre liberales y conservadores, o sea entre laicistas libertarios y católicos mas o menos integristas y con medio siglo de adelanto al concilio vaticano segundo. Una oposición política que se vería sellada en sangre (hasta hoy) con el bogotazo, una jornada donde explotó la violencia urbana en la capital, tras el asesinato -víctima de atentado- de líder del partido liberal, Jorge Eliecer GAITAN, celebre por sus encendidas soflamas en defensa de la igualdad y de la justicia social, y de la causa de los pobres, y por la táctica -de violencia callejera o tumultuaria (al límite del leninismo) por cuenta de aquellas. Y aquello sellaría la oposición liberales-conservadores que presidiría la vida política colombiana hasta nuestros días, y sería el telón de fondo y foco de incubación a la vez de la violencia guerrillera.
La cual tuvo un innegable sello anti-conservador y pro/liberal en sus inicios para acabar paradójicamente conociendo su resurgir bajo presidente conservador -Guillermo León VALENCIA-, décadas antes que otro presidente conservador, Juan Manuel SANTOS, impulsara los acuerdos de paz sellados con el fracaso al precio de tantos sueños y esperanzas frustradas, tras la muerte asesinado del hijo de Álvaro URIBE, Miguel URIBE (TURBAY) victima -en la hipótesis mas plausible- de un atentado a manos de una facción guerrillera -disidencia de las FARC- opuesta al proceso de paz, y que habrá acabado reanudando la lucha armada. Y que un presidente liberal acabase empeñado a vida o muerte en la lucha anti-guerrillera.
Y ese bipartidismo acabaría consolidado por un mecanismo constitucional -encargado de asegurar el funcionamiento del sistema bipartidista- con el nombre de FRENTE NACIONAL, que parece entrar en crisis (a la vez que el bipartidismo encargado de protegerle) con el asesinato de Miguel URIBE, bajo la Presidencia (nota bene) de alguien de fuera del sistema, Gustavo PETRO o sea, de posturas radicales de izquierda y de un pasado -violento- estrechamente ligado -bajo el nombre de guerra de AURELIANO- a una de las facciones guerrilleras -de pedigrí sangriento, Movimiento 19 de Abril (M-19)
¿Serpiente que se muerde la cola la violencia (guerrillera) colombiana? Y la simple interrogación da idea del reto (magno) que el fenómeno nos plantea. No solo a los colombianos, sino a los que nos sentimos ligados a Colombia por lazos de amistad y también los de solidaridad hispana en la Hispanidad reivindicada, léase sin la impostura bolivariana
Tomás BOVES, ¿héroe o villano? La respuesta a esta pregunta hoy en la boca de historiadores, la da esta obra relativamente reciente de un amigo mío, de mis tiempos de la Universidad. Tomás BOVES, líder del bando realista en Venezuela, derrotó militarmente a Bolívar a la cabeza de una alianza -entre blancos, negros y mulatos- anti-criolla, que eran la elite en la sociedad virreinal. Primicias de una revisión de la Historia de la América hispana, de rabiosa actualidad en Colombia donde el fenómeno endémico de violencia allí, se ve presidido por el mito de BOLÍVAR (a cual -de izquierdas a derechas, más bolivariano que el otro) (...): A la atención de mis amigos de allí
Tomás BOVES, lider español del bando realista, que derrotó militarmente a BOLIVAR
(*): Equivalente en España a Fiscal General.
(2): Epístola a los Hebreos, 9,22
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