jueves, abril 25, 2024

CATÓLICO Y POLACO (SAN) KAROL WOJTYLA




GARRIGOU-LAGRANGE, dominico ilustre y profesor del Angelical de Roma. Coartada ideal -su figura y su trayectoria- por la sinuosidad y ambivalencia de su carrera eclesiástica, por su apoyo a PETAIN y al Régimen de Vichy y sobre todo por el enfrentamiento que tuvo -en los inicios de la carrera del futuro papa- con (San) Karol WOJTYLA, en la leyenda hagiográfica del papa/magno ( y a su mayor gloria)

De verdad que no, de verdad que no quería entrar al trapo otra vez de polémicas religiosas, y más si en ellas como es el caso ahora se cuela de lleno la figura y la obra de (San) Karol WOJTYLA, el papa/magno, el más santo y el más bueno -más incluso que el papa Roncalli (Juan XXIII), el papa bueno de la prensa « mainstream »-, léase del papa Juan Pablo Segundo, al que amaba todo el mundo, todo el mundo menos yo, lo dije y lo mantengo por mor de franqueza y sinceridad y de seriedad en las cosas serias y no con ánimo cualquiera de provocación. Y fue en un mensaje eolgado en unos foros bajo control -léase con nihil obstat- de los que habré sido ipso facto « baneado » , se diría que por propia definición, y por eso, para ventilar y dirimir lo que en esa discusión todo mens banal se ventila, decidí aquí entrar, piensen de mí lo que quieran. 

Y repito lo que en esos foros dije ayer, con ánimo de apaciguamiento, lo quieran reconocer mis detractores o no. Léase, en descargo del papa más/bueno, puesto en esos foros y no por mí en entredicho, bajo sospecha o en el banco de la acusación. Y lo es de lo que yo llamo -y sé a fé mía de lo que hablo- el complejo/polaco, de los católicos polacos que les lleva a echar un vistazo de tercero o de persona interpuesta, como desde fuera, a las disputas o querellas internas e intestinas dentro de la Iglesia católica, no con ánimo sincero y sin a priori ni reservas de búsqueda de la verdad a todo precio, sino de saltarse a la torera con claros motivos o designios de política religiosa -en plan de más listos que nadie o de más católicos (católico/polacos se sobreesobreentiende)- los límites o lindes y barreras del magisterio y del dogma, como así lo hicieron en todas las grandes y graves crisis internas de la Iglesia en los últimos siglos, tal como lo entiendo poder demostrar, y como lo ilustra la postura objeto discusión en los foros que aquí menciono, del papa WOJTYLA en el debate sobre el existencialismo que hizo estragos justo al salir de la Segunda Guerra Mundial en el seno de la Iglesia y particularmente en colegios católicos -que todavía recuerdo- en la España de aquel entonces, como un mero producto o subproducto añadido de aquella. 

Que ya aquí mantuve en anteriores entradas de este blog que la Nueva Teología que tan apoteósicamente triunfó en el Concilio Vaticano II no fue más que una tentativa de síntesis o de conciliación de las doctrinas (y dogmas) del Magisterio con el existencialismo primero (alemán) -telón de fondo innegable e indiscutible de la ideología del nacionalsocialismo- encarnado en la persona y la obra de Martin HEIDEGGER -católico nota bene (aquel) e hijo de sacristán, en la Selva Negra, y discipulo en su primera época del filósofo católico (austriaco) alemán BRENTANO-, de innegable pasado nazi, tal como lo denunciaron (« convenientemente ») sus detractores, y del que Karl RAHNER, jesuita alemán y gran estrella del Concilio Vaticano Segundo fue aventajado discípulo, lo mismo (o parecido) que se puede decir de las más destacadas figuras del « ala marchante » -« progres » de izquierdas o de extrema izquierda- del último concilio. Tal como ya lo señalé en anteriores entradas de este blog. Y ahí es donde entra el oportunismo arrivista del catolicismo/polaco buscando salvar a todo precio el escollo -del dogma y del magisterio por un lado y por el otro, de los cánones igualmente inatacables de lo políticamente correcto. 

Lo que WOJTILA, a todas luces trató de hacer con ayuda del filósofo alemán, Max SCHELLER, figura, de la excepción que confirma la regla, que lo fue del existencialismo cristiano. Y una figura/menor además, tal como lo fue en España el KRAUSE de nuestras culpas y pecados frente a HEGEL y otras grandes figuras de la filosofía alemana. Como una coartada de anillo al dedo o a pedir de boca, Max SCHELLER y su doctrina puramente filosófica, que permitía a un existencialista/cristiano/polaco y como tal fuera de toda sospecha tal que (San) Karol WOJTYLA, salir al paso de las acusaciones de panteismo, paganismo y filo nazismo y otros horrores y enormidades que se empezaron a colgar a espaldas o por cuenta del existencialismo alemán o existencialismo a secas, en nombre del Magisterio, en la posguerra y en los colegios católicos -doy fe- de la España de los cincuenta (y de los sesenta) 

Y lo mismo que de Max SCHELLER se puede decir de GARRÍGOU-LAGRANGE, por el que viene ahora la polémica, de árbol de la discordia. Un viejo conocido de mis cursos y lecturas del seminario de Econe, del que se puede decir que el Magisterio no lo tenía muy claro a la hora de incluirlo entre ortodoxos o modernistas, como lo ilustra el debate en torno suyo entre mis compañeros seminaristas, franceses la mayoría, de los que le respetaba, fieles a la caución tácita  por lo menos (léase silenciosa)  que parecía ofrecerles el rector (mayor) -monseñor LEFEBVRE- de aquel Seminario tradicionalista, del que fue su padre fundador. O de los que le mostraban respeto por las simpatías de aquel ilustre dominico hacià Maurras y la Acción Francesa. Y por otro lado, de los que le acusaban en cambio por culpa de la Biblia de Jerusalén -traducción al francés a cargo de la Escuela bíblica y arqueológica francesa  de la Biblia, de la que aquel formaba parte- que aquellos trataban de modernista. 

Una figura de chivo expiatorio ideal, GARRIGOU-LAGRANGE pues. por su enfrentamiento en los inicios de la carrera del futuro papa- con Karol WOJTYLA . Y por su ambivalencia o ambigüedad en el marco de la polémica intestina estragando tras el Concilio a todo estragar’ entre católicos y tradicionalistas. Como aquella, de la que dio muestras el futuro papa polaco sorteando airosamente la crisis modernistas -en sus últimos estertores, existencialistas- como en la otra más reciente y más grave e intestina gravitando en torno al diálogo católico/marxista. 

Pero todo ello, (y vuelvo a insistir en lo que en mi mensaje « baneado » » escribí) no en una tentativa sincera por primaria o ingenua que fuera, de reconciliar a unos y otros en aquel litigio mayor (a vida o muerte o casi)  enfrentados, sino sacando provecho de la querella fratricida e intestina aquella, a costa de los perdedores (potenciales de la misma) -léase minoritarios en la asamblea conciliar y bajo amenaza de excomunión y de condena en el Magisterio y linchados en los medios y  apestados en particular en el tribunal de una opinión pública manipulada y mediatizada por los medios de la prensa « mainstream »-. A saber, los sufridos tradicionalistas. 

En los que (catolicismo polaco obliga) acabó encontrando su chivo expiatorio de predilección -declaradamente nota bene por (meros) motivos de obediencia (sic) y disciplina- Karol WOJTYLA, campeón a toro pasado de la lucha anticomunista (tras la caída del Muro), que curiosamente acabaría emprendiéndola a base de sanciones canónicas y sin ahorrarle la excomunión -siempre nota bene por declarados motivos de disciplina- con el único obispo en el mundo (doy fe, aparte dos otras excepciones no europeas, confirmando la regla), Marcel LEFEBVRE, que en lo largos años que siguieron al Concilio no tuvo empacho alguno en profesar y mantener contra viento y marea una postura abiertamente anti-marxista o anti-comunista. 

Que no, que no nos las dan ya (A la atención -todo lo que precede-  de los devotos de San Karol  WOJTYLA, guardianes a la vez del Santo Sepulcro: del de Cristo y del de José Antonio, los que nos ocupan) Y ya se sabe del que se pica (…)

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