China, Corea, Japón, Birmania, Tailandia, Camboya, Vietnam y Filipinas. Extremo Oriente, extremo (e inhóspito) y lejano, o sea. Al que sólo por una via insospechada -la del Séptimo Arte- me habrá sido dado el acercarme, franqueando así la línea roja, la tremenda barrera, en dos emblemáticos filmes recientemente en cartelera, aqu íen Bruselas. y toreando asi el choque de culturas (...) "Onoda" -con la odisea de telón de fondo de los soldados japoneses perdidos en la selva en la posguerra- y "Regreso a Seul" con el drama (igualmente existencial, léase identitario) de una joven coreana en busca de sus raices, adoptada en Francia por una familia francesa de resultas de la guerra de Corea, episodio o avatar mayor de la guerra fría. Y en uno y otro film, un mismo realizador o escenarista, Davy Chou, franco/camboyano para más señas, detalle anecdótico apenas? Que un camboyano francófono, de una nacionalidad que va de víctima (predilecta) de la agresión colonial americano/occidental -lo que sirvió de oportuno alibí al episodio más atroz tal vez de su historia, los Killing Fields-. que alguien asi, como digo se porte garante de una aproximación de dos puntos de vista en las antípodas -occidental y oriental- a primera vista, sobre dos hitos mayores de la historia universal contemporánea, en la guerra y en la posguerra, dice mucho de las urgencias de la hora a las que asistimos, como un signo mayor de nuestra época. China, y a su lado el Irán y la Turquía, los aliados (anti-occidentales por definición) de Vladimir Putin en su lucha "contra el Occidente" (sin matices), asi de fácil, de cuento -simplista y maniqueo- de buenos y malos, de Occidente contra el Oriente como muchos en España -la inmensa mayoria?- quieren ver y analizar las cosas.Y viene a cuento del plan de paz (en 12 puntos) de Xi-Jin-Ping, que habrá merecido el previsible rechazo de los medios de la prensa "mainstream" en su versión española, en su tendencia al menos más belicista. Alto el fuego, No a la guerra nuclear, No a las sanciones internacionales unilaterales contra Rusia, respeto a la integridad territorial -de Ucrania y de Rusia a la vez?- libertad en el comercio internacional del grano, y un punto final a la guerra fría. No es suficiente a fuer de vago y abstracto y falto de proposiciones concretas? Es posible. No es óbice que por primera vez la China deja de tergiversar en la guerra en curso y se moja. Con un (serio) aviso a los que vienen sembrando vientos de guerra. Lo que no deja de ofrecer al tiempo un botón de muestra de trasparencia (en ruso Glasnost), de la cultura chino/oriental y del régimen de la China continental que hoy por hoy la guarda y la encarna. Y a la vez del nuevo rostro -nacionalista, chino, tradicional-, que el régimen de la China popular ofrece al mundo en paralelo al de la Rusia de Putin, con una imagen de marca ancestral, la de Confucio, el padre de la filosofía y de la sabiduría chino/oriental -y ogro mayor de la Revolución Cultural-, y sus enseñanzas milenarias de apego a las tradiciones, de obediencia a los mayores y respeto al orden establecido, plenamente rehabilitado o en vías de ello en la China de hoy (...) Rompe cabezas chino/oriental, o sea. Que nos acerca no obstante y agudiza nuestro interés y nos dispone a la apertura, ya digo. Por todo eso y mucho más, el plan de paz Xi-Jin-Ping se merece nuestro examen y nuestra atención. ALTO EL FUEGO YA! NO AL ENVÍO Y TRÁFICO DE ARMAS A UCRANIA! NO A LA GUERRA!
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