lunes, julio 18, 2022

I8 DE JULIO, POR QUÉ AL FINAL TRIUNFÓ?

 


 

Dieciocho de julio, el derecho al Alzamiento. Que refrendó el que triunfase al final. Lo que da a su vez respuesta al por qué sólo a medias triunfó. La pregunta del millón

Dieciocho de Julio. Por qué no triunfó (del todo) La pregunta del millón. La que muy poco se hicieron hasta el dia de hoy, como la otra que aqui ya plantée, del por qué ganaron los que la ganaron y perdieron los que la perdieron, la guerra civil (...) La pregunta que sí se hicieron -en el articulo que aqui ya comenté- sobre la guerra civil rusa (como por tiro de elevación) En Rusia sí vale la pregunta, en España en el 36 en cambio no? Una pregunta a caballo de la otra, del por qué triunfo sólo a medias el Alzamiento y del por qué los alzados acabaron triunfando aunque sólo al cabo de una larga -comparativamente hablando (que fueron tres años y no ocho en cambio -8- como los de la guerra civil castellana) y sangrienta guerra civil (....) Por qué fracasó el Alzamiento en Madrid, en Barcelona, en Valencia, en Bilbao, en Málaga, en Santander? Respuesta no de lo que fue sino de lo que de un tris pudo ser y al final no fue. 

Y la respuesta en cada caso no es más que una: en Madrid, la Aviación, en Barcelona, la Guardia Civil, la Iglesia (sic) en Valencia, en Bilbao los del PNV -católicos y de derechas-,  y en Malaga como en Alicante, todos (o casi) todos culpables -además nota bene de la Marina-, lo que hay que atreverse de decir ya de una vez. O el puro azar, en Santander. Derecho al Alzamiento proclaman ahora sin complejos, de lo más oportunos algunos hoy. Un derecho que consagró su victoria -de los alzados- en el empeño (que todo hay que decir) Triunfo de la Nada, nada por delante y nada por detrás, el 18 de julio del 36, donde otros fueron vencidos o fracasaron, como Alemania e Italia, con muchas más bazas que los españoles, si nos ponemos a ver.,  (....) 

Cuasi un milagro, la Victoria del bando nacional, y la sobrevivencia del régimen en la posguerra a la vez, esa fue la verdadera gran victoria, lo que consagró y refrendó al 18 de julio, ante la Historia y la Memoria.  Y lo que perpetua y justifica a Franco, igual que al general De Gaulle. Tan grande el uno como el otro -de grandeza, en francés "grandeur"-, o más exactamente grandes uno y otro en la paz y en la posguerra, e incomparablemente más grande Franco -en los campos de batalla, en los frentes de guerra-, que fue lo que contra viento y marea el político y general francés admiró en el español. Y además, reinvidicando el 18 de julio no me reivindico menos yo. Y me enciende la esperanza y me embargan las ganas de vivir. En el campo del Honor

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