Donald Trump, o por qué no fue "posible" -en Ucrania- la paz? Es lo que gloso yo, lo que veo como un incómodo fantasma de retorno al galopeá al hilo de la lectura del reportaje que le merece al diario francés "Libération" (un respeto) la actualidad USA marcada por los ultimos desenvolvimientos y revelaciones a cuento de los (0) resultados de la Comision parlamentaria investigando el asalto al Capitolio (6 de enero 2001) y el papel real o supuesto que tuvo en ellos Donald Trump. Menudo culebrón!
Golpe de estado (frustrado), tentacion fascista (sic) a los más altos niveles de la clase política en los Estados Unidos. Como dicen los argentinos, milongas. O en clave de la literatura medieval española (sic) -y no sólo en lengua española (el Conde Lucanor)-, parábola del rey desnudo, léase, la de la mayor e imperial y todopoderosa democracia de la tierra, y del desplome -en terminologia del abbé (francés) de Nantes (que aqui todos conocen)- del mito de la democracia universal (sic), con sus tramas, trucos y chanchullos ahora bien al destape, a la luz -potente y cegadora por muy oscura que ella sea- de las acusaciones de fraude (generalizado) en la mayor democracia de la tierra, hasta hoy -como la mujer del César- fuera de toda sospecha (....) "La noticia más terrible y más extraordinaria de nuestra época (...) De lo que aqui me habré hecho abundantemente el eco (y me sobran pruebas)
Y sea tal vez por ese fenómeno que lo del Capitolio pone fatalmente en foco: el de un poder gigantesco -en sus hilos y tentaculos- y monstruoso, el de los medios de la prensa mainstream "urbi et orbe", en lo sucesivo clamorosamente al descubierto, y que me conozco (sobre todo en sus implacables campañas de linchamiento -ay dolor!- como por propia experiencia (....) Y a la vez, en ese zafarrancho consiguiente que parece -como lo muestra el articulo de Libération- la consigna (urgente) o la pauta de conducta entre ellos. Sin contemplaciones ni tapujos ni complejos (...)
Tirar abajo a Donald Trump por todos los medios, y arruinando de preferencia todos los sueños y esperanzas de verle renacer en la próxima convocatoria electoral USA como asi lo hacen presagiar todos los signos premonitorios a nivel del partido republicano (GOP) -de su correlación interna de fuerzas- y de lo que predicen un dia sí y otro también todas las encuestas.
Eso es lo que al menos se puede leer entre líneas y negro sobre blanco incluso, en el reportaje mencionado del diario más influyente y más correcto tal vez de toda la prensa en lengua francesa (....) Como lo viene a confirmar la iniciativa del Tribunal Supremo USA de examinar una ley de Carolina del Norte que autoriza a las asambleas de los Estados -en vez de a los tribunales como hasta ahora- el supervisar el escrutinio y la validez del voto. Haciendo si cabe aún más creíbles así -aquí se me reconocerá- las acusaciones de Donald Trump que nunca retractó hasta la fecha y que es lo que escuece a todas luces -y cómo!- en la bien-pensancia reinante a escala del planeta.
Probar o querer probar el chanchullo electoral no es soborno de testigos, si no, que me lo expliquen. Sino un derecho y obligación procesal -en el ámbito electoral- como otras cualquiera. O acaso estoy pensando indecentemente (sic) otra vez, o no? Y todo por el estilo en ese reportaje revelador a nivel de los infundios y argumentos.
Y aquí pues quede sentado todo lo que precede en testimonio y prueba de mi atlantismo. Heredado de mi back ground familiar -como aqui ya lo expliqué- de los tiempos de la guerra fría, cuando fui pro-americano como hoy lo soy prorruso: en tiempos de guerra (fría) declarada entonces y de una interminable guerra fria ahora de la que no se firmó paz ninguna hasta hoy, como lo dice (bien) y denuncia urbi et orbe el mandatario ruso (....), obrando a seguir en consecuencia (...) He dicho. Donald Trump for president! A la tercera
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