¡VIVA LA MUERTE MI GENERAL!

Niveles de alto voltaje nunca vistos en la clase política española en vísperas de la manifestación de mañana sábado en defensa de la memoria del general Millán Astray y del lugar que ocupó hasta ahora en el callejero madrileño. Y la histeria de algunos -del alcalde (pro etarra) por ejemplo de Pamplona- habrá llegado hasta límites de paroxismo tras las declaraciones (valientes) del Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz en contra de aquellos (sic) que quieren ganar la guerra cuarenta o no sé cuantos años después de que terminó (sic) ¿Se ha leído acaso el señor ministro las entradas de este blog, todo lo que en ellas se viene desarrollando sobre la Guerra de los Ochenta Años (sic), léase la guerra civil que todavía dura? Si no es así, desde luego lo parece

El ministerio del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, habrá desatado una polvareda enorme de escándalo entre la bien/pensancia con sus declaraciones recientes acerca del Monumento a los Caídos de Pamplona -tierra de origen del ministro- y de los proyectos del consistorio municipal de la capital navarra de exhumación de los restos del general Mola (y de los del general Sanjurjo), de los mausoleos de la cripta de aquel edificio en donde aquellos se encuentran enterrados. ¿Pierdo el tiempo con este blog, más si cabe que con los libros que tengo publicado hasta ahora? En el reportaje que ayer comenté en este blog del diario francés Libération sobre la presencia de la extrema derecha (sic) en Internet se venía a decir que si la extrema derecha en plena expansión digital, no llega aún a través de su presencia in crescendo en la red, a influenciar el debate político en Francia, estaría en cambio ya a punto de poder llegar a cercarlo.

Y en lo que me antañe confieso que no sé si como me lanzan algunos al oído, este blog sea tan inútil como arar el mar, algo me dice no obstante por aquello que las ideas se difunden (con la velocidad del relámpago) por sí solas, que la tesis o postulado que aquí vengo manteniendo en materia de nuestra guerra civil contra viento y marea, a saber que la guerra no termina el primero de abril del 39 sino que dura todavía, haya calado mas hondo entre muchos de lo que parece a primera vista. Hace unos meses fue el artículo que me llego de sopetón -por mano amiga- de Fernando Sánchez Drago en el que medio en serio medio en broma el celebre escritor y periodista hacia referencia a la guerra (sic) de los ochenta años, en relación con nuestra guerra civil (del 36) en unos términos y a base de unos argumentos de los que no creo que desmerezca mucho todo lo que yo ya tengo aquí escrito sobre el tema.

Y ahora, el ministro del Interior -fuera de toda sospecha- viene a evocar los años que ya pasaron desde que terminó (oficialmente) la guerra civil española. Y habrá sido atacando públicamente a los que quieren ganar (sic) la guerra cuarenta o no sé (sic) cuantos años después. Un eufemismo a no dudar, manera de evitar el reconocer que algunos se empeñan o empecinan en seguir declarándose en guerra ochenta y tantos años después de que empezara la guerra civil (el 18 de Julio del 36) Las palabras del ministro del Interior habrán provocado la reacción fulminante de la asociación por la recuperación de la memoria histórica (etcétera, etcétera) a la que habrá faltado tiempo para presentar una querella judicial contra al ministro. por sus declaraciones (sic) anti-democráticas. Por su parte el alcalcde (filo etarra) de Pamplona amenaza con declarar persona no grata al ministro del interior en la ciudad (que es su tierra natal) ¡Bueno se esta poniendo el patio!

Y la campaña viene a sumarse hora el ex teniente Segura del que ya nos ocupamos en alguna entrada de este blog, llamando a Esperanza Aguirre de todos los nombres por sus declaraciones en defensa de la memoria del general legionario. Menudo intruso -como aquí así le califiqué (o infiltrado)- este ex militar que se salta tan olímpicamente las ordenanzas militares en todo lo que rezan (por ejemplo) referente a la gloriosa tradición militar (sic) y al homenaje debido a los héroes que la forjaron (articulo 16) Cuando las barbas del vecino veas pelar, reza el refrán (y lo que sigue), y no hay que ser un lince para sentir el viento de pánico que se está desatando entre los celadores de la aplicación de la ley memoria histórica y su aplicación a tiempo o a destiempo. Y es que estas novedades recientes en materia de memoria histórica se producen con el telón de fondo de la concentración -o manifestación- convocada para mañana en la Plaza Mayor en defensa de la memoria del general Millan Astray y de protesta contra los proyectos del consistorio madrileño de despojarle de su puesto en el callejero madrileño.

Yo no creo desde luego, en esa imagen tan humanista y caritativa -y pacifista sise me apura- que pretenden dar ahora algunos defensores de la memoria del general, viniendo a presentarle bajo los trazos de una madre Teresa de Calcuta -de uniforme de enfermera la Legión o poco menos- con décadas de adelanto. No pidas peras al olmo reza no obstante el refrán, y no creo que quepa pedir a la sociedad española ni tampoco a su clase política actual unos niveles de memoria histórica (sin adjetivos) mayores de aquellos de los que vienen a dar muestra. Lo esencial no obstante a mi juicio, de la polémica desatada en torno a la calle Millan Astray del distrito de la Latina y de los planes para su cambio de nombre es que viene a destapar lo hondo que la figura del legionario se ve anclada en la memoria colectiva de los españoles, y en particular (nota bene) de los madrileños.

De ellos y también de algunos -muchos pocos- extranjeros,antiguos legionarios de mas allá de los Pirineos que tiene anunciada su presencia en la manifestación de mañana sábado. Y todo eso ya de por si viene a ser -parafraseando a Nietzsche- la noticia mas terrible (terribilis, en latín) y más extraordinaria de los días que corren. Y en ese actitud de expectación aguardamos la manfiestación de mañana enposición firmes. ¡A tus órdenes mi general! y ¡Viva la Muerte!