lunes, septiembre 12, 2016

Tiempo que Huye

Vas y vienes, surges y huyes
envuelta en tu sombra amiga
y jugando así al escondite
con este macho que te espía

de lejos si tú te dejas
no más, que bien disimulas
ese juego de espía espiada
que juegas como ninguna

en tu rol de ordeno y mando
de jefa, de niña lista
haciendo bailar a todos
el baile que a ti te gusta

tú en el centro de la escena
de tu mundo, de tu vida
de ese universo o microcosmos
de ese cielo en miniatura

en el que caíste de pronto
no recuerdo ya que día
ni qué año ¿hace cinco, diez?
De cuando me miraste fija

como si superas de mí
más de lo que suponía
y te hubieron puesto en guardia
voces amigas (¡qué arpías!)

buscando el atraerme a ti
con artes de niña y bruja
que sabe bien lo que quiere,
y sabe que tú me gustas

y qué te disgusta de mí
y lo que te atrae y deslumbra
de los fastos (fuegos fatuos)
de mi leyenda bendita

de lo que oíste hablar apuesto
entre bulos y mentiras
entre rumores y cuentos
entre burlas y sonrisas

y así aprendiste no poco
en reuniones y entrevistas
donde se coló acaso mi nombre
como un ángel o un vigía

de buenas nuevas y alegres
más de lo que imaginas
que te llenaban de pasmo
y te hacían reír divertida

los ojos en blanco lindos
y oscuros de bruja y niña


Luz de Luna, de Roma
y de Egipto antiguos, de ti en mí
de tu efigie y tu recuerdo
atravesando el parque en Madrid

en la noche estival al marchar
bordeando el estanque azul
donde se bañan tus ojos
que me hacían guiños (o así)

que me seguían de lejos
y me entraban ganas de reír
o de llorar, que sé yo amor,
de todo lo que hablé de ti

como una honda confesión
que puso a volar sueños mil
en mi mente y alma otra vez
de un amor que quiso vivir

que aguantó ya mucho freno
y que no quiere amor morir
y que si morir debiera,
renazca lo que yo vi en ti

en otro amor aún más perfecto
más que ese amor que te ofrecí
y que no quiere morir ¡que no!
Demasiado puro ¡noble alfil!

Y me puse a mirar atrás
y te vi en la luna sonreír
y me vi mucho más joven
el día aquel que te conocí

cuando le daba alto al tiempo
ya de frente o de perfil
y el tiempo se detenía
dócil, tiempo de Ti, Tiempo de Mí

y ahora en cambio dudo, mujer,
falto de fuerzas de seguir
en la antesala , en la espera
y le digo al Tiempo adiós, sí,

que esta libre, puede irse,
libre de marcharse, de huir,
que se me fue el sueño aquel
de retenerle amor, por ti,

de ponerle por testigo
de mi anhelo, de mi sufrir,
para que me avisase amor
cuando te viera al fin venir

Tiempo de melancolía amor
septembrina en Madrid. Sin Ti

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