Solidarnosc (Solidaridad) -1980, verano del 81- de la que fui testigo en mi visita allí. Botón de muestra del complejo amor/odio (paneslavismo obliga) de los polacos, que fractura la diplomacia occidental pro-OTAN de la guerra en Ucrania y aísla aún más el belicismo (anti-ruso) de Emmanuel MACRON
« El riesgo (o amenaza) de la intervención rusa (léase soviética) es un parámetro con el que los polacos no deben contar », declaraba tajantemente -de lo que recuerdo de mis lecturas febriles de la prensa (francesa) mainstream entonces- Jan RULEWSKI, líder del « ala radical » de Sólidarnosc, al que aquellas valientes declaraciones, convenientemente reproducidas en la prensa francesa, me movieron a buscar y con el que finalmente me encontré durante mi visita allí en la « primavera polaca » -verano del 81- de hábito sacerdotal (alzacuellos blanco y sotana negra hasta los pies), en su ciudad natal de Bydgoszcz -Bromberg, en alemán- donde me brindó hospitalidad y apoyo (generosos y valiosos) en compañía de su hermano (menor) Y lo que ahora recuerdo en plena escalada (de momento sólo verbal) de la guerra en Ucrania, tras el encuentro reciente del mandatario alemán Olaf SCHOLZ y de su homólogo polaco Donald TUSK -líder del partido (Coalición Cívica) del que mi viejo amigo y bienhechor forma parte hoy- marcando el paso del primero este último, a distancia no obstante -en un sí pero no- de las declaraciones belicistas de éste a favor del envío de tropas sobre el terreno tras las declaraciones en ese sentido del primer ministro francés, Emmanuel MACRON.
Ilustración oportuna (si cabe) del estado de la opinión pública allí, a añadir a otros signos más elocuentes que otros gestos y palabras, como lo fue el envío por parte de la extrema/derecha polaca -Falanga-ONR- de voluntarios, los primeros días del conflicto, en auxilio de los pro/rusos del Donbass, de lo que me hice oportunamente eco en este blog. Botón de muestra infalible a la vez de algo que siempre me desconcertó y que hoy (plenamente) asumo como otro parámetro (sic) de las relaciones internacionales y de la geopolítica europea (hoy por hoy) Y lo es ese (inextricable) complejo de amor y odio (sic) que con Rusia y los rusos y todo lo ruso entretienen los polacos, tal como se puso de manifiesto en la Segunda Guerra Mundial y mucho después (doy fe) en la primavera Solidarnosc.
Todo lo que acabo de exponer acentuando aún más si cabe la soledad de la diplomacia y de la política francesa bajo la batuta de Emmanuel MACRON.En un momento crucial, tal como lo destapa el diario francés Le Fígaro en un reportaje a toda página en su edición de hoy, con el conflicto al borde de un vuelco (« point de bascule ») decisivo, tras las victorias rusas -simbólicas y estratégicas a la vez digan los medios lo que quieran decir- en Avdiivka y en Bakhmout, las líneas de defensa ucranianas amenazando desplome en la fase de guerra de atrición por la que atraviesa el conflicto, con aplastante superioridad rusa, como lo reconoce el referido reportaje, en stocks de munición y de armamento. Y también -lo que esconde el reportaje- en la moral de las tropas y en la capacidad de movilización
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