lunes, abril 25, 2022

VLADIMIR PUTIN Y STALINGRADO

Stalingrado, la mayor batalla de la Historia, donde se decidió el desenlace de la Segunda Guerra Mundial y el destino el mundo de hoy. "Paradigma" de la ciencia y de la historia militares. Que parece repetirse hoy en la batalla (o asedio) de Mariupol, en Ucrania junto al mar de Azov. Lo que no se les escapa a los medios, a los que Vladmir Putin no parece creer del todo: con la Historia en la mente y en la mano en todo momento

 "Stalingrado del siglo XXI" llama -dato todo menos trivial- el diario (fuera de toda sospecha) "La Razón" a la batalla (o sitio) de Mariupol donde se juega -estamos todos de acuerdo- el futuro del mundo (como suena) amén del desenlace de la guerra en Ucrania. Paradigma (sic) mayor y último modelo de la ciencia militar -en los planos táctico y estratégico- y de la historia de las más grandes batallas. Y si dudas había, ahí está la evolución con las noticias de última hora de la situación en el terreno bélico allí, ilustrada por las declaraciones de Vladimir Putin que no dejan lugar a dudas sobre la estrategia rusa en esa batalla. En las que renuncia (sic) -después de pensárselo dos veces y tres y las que fuera en sesiones laboriosas (faciles de imaginar) del Alto Estado ruso de Estado Mayor- al asalto (de frente) a la ciudad, o a los restos de ella que me diga, de Mariupol aún resitiendo  la ofensiva rusa en torno a la "Azovstal", acería Azov, de la época nota bene sovietico/estaliniana, que hace irresistiblemente el pensar en la fabrica "Octubre rojo" (igualmente estaliniana) de la célebre batalla de la Segunda Guerra Mundial, donde se decidió aquella, la mayor y mas espantosa -y grandiosa- de toda la Historia de la Humanidad (para no perderse en los detalles ni alejarse en lontanaza, así como suena) Con el "sabio" Blinken de la Casa Blanca en Kiev de visita exprés al humorista de servicio. Sobre abastecimiento de armas (un respeto, por favor)

Que no es para menos, esa atención obsesiva en los medios de la prensa "mainstream", y es a la medida del reto sin precedentes al que ahora asistimos (atónitos) del desenlace de una batalla que no supera no obstante ni de lejos las dimensiones de entonces, ni por las fuerzas en presencia, ni por los índices de poblacion civil envuelta en la batalla ni por las cifras de bajas -civiles o militares- ni de pérdida de armamento o de destruccion o devastaciones en el área afectada. Pero sí por el encarnizamiento de las fuerzas que están ahora a la ofensiva o por los niveles propiamente apocalípticos de difusion -y de atención- que habrán derrochado los medios en su furiosa guerra (global) de propaganda (...) O por la cargazón simbólica que le prestaron en aquello -entonces como hoy- al desenlace final, que me diga, al obetivo táctico y estratégico de los altos mandos en los dos bandos contendientes, con la salvedad o diferencia esta vez -que los medios parecen obviar, todos sin excepción- que uno de los dos bandos, en la cabeza o en el cerebro de su jefe supremo Vladimir Putin pareece haberse aprendido de corrido la lección de la Historia (y en particular la de aquella batalla) Y es tras su anuncio de desistir al asalto previamente planeado. A modo o en guisa de conclusión.

"Nada pues -declara ahora Putin- de arrastrarse bajo tierra en instalaciones industriales (como ratas)", evitando así un gran numero de bajas (propias), y acorralándolos en cambio "que no pueda escapar ni una mosca volando", añade, léase, dando así la ciudad por tomada. Moraleja o glosa más que apropiada, de lo que deberia haber hecho (entonces) el otro jefe de guerra y no en sobreponer o supeditar a una cuestion de simbología -y en cierto modo personal o subjetiva como tal-  otra mucho más crucial decisiva y fundamental de naturaleza propia y exclusivamente estratégica en el transcurso de la guerra: error estratégico mayor en la mente y en las ordenes y directrices del Fuhrer -la de empeñarse hasta el fin en conquistar la ciudad sobre el Volga, y no en subestimarla como un accidente o (nimio) incidente del avance (irresistible, como en el Donbass ahora) hasta el Cáucaso (con la esvástica flotando ya en lo alto del pico Elbrús -Elbruz-, la montaña más alta de Europa)-, lo que en realidad aquella era, que pagaria en justicia -y conforme al rigor (inhumano) de la moral ideológica del nacionalsocialismo- hasta el ultimo centavo

Eso y no los errores de pequeña monta -comparados a aquél- en curso y libre circulación en la historiografía en vigor o en las versiones que divulgaron testigos del mayor peso y relieve y de primera mano, que si Von Paulus, profesor brillante de academia/militar, pero nulo condotiero o mando militar y peor estratega, como al final se demostró -encerrado y (auto) aislándose en su puesto de mando entre cólicos, (intestinales) y fumando sn parar en la hora más crítica-, comparado sobre todo a su rival de enfrente, Zhukov, si era o no era el hombre idóneo o adecuado para un empeño (supremo) de aquella naturaleza, porque el Fuhrer así lo decidió o porque no tenia quien escoger en resumidas cuentas O el de la orden a  Von Paulus de resistir toda costa, o el de este último, de no atreverse (ciegamente) a desobedecer -como lo denunciaría en sus memorias Leon Degrelle- saliendo en lugar de aquello al encuentro  y al contacto (y rompiendo así fácilmente el cerco), de las repetidas incursiones de los "pantzers" de Von Manstein (victoriosas). O si voluntarios rumanos (y croatas) -e italianos- eran los mas designados para engrosar las tropas de refuerzo y cobertura en el flanco precisamente por donde la contra-ofeniva soviética -léase "operación Uranus"- se desencadenó (...)

O la de contar con una superioridad aérea -de la Luftwaffe (de Herman Goering)- que como todos bien sabemos, los hechos desmentirían. NO, el error fatal e imperdonable también, lo fue la orden terminante del Fuhrer del asalto a toda costa y a todo precio. Lo que parece haber servido ahora de lección a Vladimir Putin en Mariupol, símbolo -mucho más en los medios que en los planes y prioridades del líder sovietico (o neo-soviético)- del resurgir de un "neonazismo" encarnado en una criatura de la CIA, léase el batallón Azov -del nombre de la acería asediada y del mar próximo (junto al Mar Negro)- y como tal, blanco de todas las obsesiones (o aprensiones) historicas e ideológicas de los unos como de los otros, de los malos y de los buenos en esta batalla campal (y global) que ahora vemos en juego,  de la opinion (....) 

"Los pueblos que no aprenden de la Historia  están condenados a repetirla". Lo que parece estar sirviendo de lección a los soviéticos. Y lo que nos sirve de leccion -de incalculable precio- a los buenos, léase a mí como a nosotros, léase a "los nuestros" (...) Y asi reza pues  la moraleja del asedio (neo-soviético)  de Mariupol: el luto por Stalingrado se acabó! Que nos habra amargado no poco -confiteor- nuestra existencia (en España como en Bélgica) y ensombrecido en extremo nuestros recuerdos (en nuestra expatriación)

ADDENDA (Última hora) Y a darme la razón parece venir el diario "La Vanguardia" donde apunta a la relación que indiqué yo -por mi cuenta y riesgo- entre Vladimir Putín, Stalingrado y Mariupol. "No te sigue nadie"? Nunca me lo creí, no!

 

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