domingo, septiembre 29, 2019
¿NO A FRANCO, SÍ A HASSAN II?
Mausoleo de Hassan II en Rabat y Valle de los Caídos ¿comparaciones odiosas? Memoria laberíntica y –como decían los clásicos- procelosa. Llena de trampas y (malas) sorpresas para el jefe de gobierno español: de la actuación –heroica (y tantas veces decisiva) de las tropas de élite –y fuerzas de choque- marroquíes en nuestra guerra civil. De las unidades de Regulares y –sobre todo- de la Mehala, en línea de obediencia directa (estos últimos), no a los mandos españoles -como los otros-, sino al Makhzen, el poder (político/religioso) a la sombra ayer como hoy. Con Hassan II, y su sucesor (…)
¿La provocación de más (en francés “de trop”)? Es lo que cabe preguntarse ante la visita de ayer del jefe de gobierno (socialista) Pedro Sánchez al Mausoleo de Hassan II en Rabat que cabe comparar –y a las pruebas me remito- por tantos aspectos a la Cruz de los Caídos. Por la suntuosidad (oriental) de lugar y del edifico (y de su interior) y por la personalidad que alberga, Hassan II, del que siempre, en mis largos años de expatriación, me ahorre la menor critica por prudencia –y respeto y discreción- pero que ahora mi condición de español residente de antiguo en Bélgica me impide el callar (más) en verdad. Un país cuya capital es la sede de la UE y lugar de destino favorito además de la inmigración musulmana en suelo europeo, y teatro o escenario de predilección a la vez de la estrategia de futuro que en dignatarios islámicos aquella habrá hecho nacer, hasta convertirla en línea directriz principal de la política extranjera (y más aun europea) de los países musulmanes del Magreb y del resto de la ribera mediterránea, Marruecos (apuesto cien por cien) en cabeza de todos ellos- como una alianza (”zapateril”) de Culturas (al revés), ,y que cabe sintetizar en una fórmula electrochoque –del Gran Remplazo (Remplacement)- que se ha corrido –por su fuerza de impacto incontenible y por lo certero e imparable –y fatal- de lo que anuncia, a no dudar- como la pólvora, en los medios europeos y en la opinión publica de muchos países (por cima de los Pirineos)
En plena línea de frente, ahí es donde me encuentro pues –tras tantos años residiendo (sin moverme de mi sitio) en Bruselas- de la invasión silenciosa y como tal testigo en primera fila de la gran sustitución –cultural y étnica y racial- a lo que parece apostar (de ojos cerrados) Pedro Sánchez -¡manes (europeos) de la Reconquista!- (y también de Don Julián) ¿Un no es no, hoy y siempre, a Franco, y a los que le siguen o respetan su memoria . y a todo lo que él simboliza como a todas luces un Mariano Rajoy parecía (exclusivamente) para él representar-a cambio de tener que tragar carros y carretas (sin tasa) en proveniencia del mundo musulmán?
Pedro Sánchez, en calcetines –como lo prescribe el ritual islámico- y las mujeres (socialistas y feministas) de su séquito en velo islámico de rigor, de visita protocolaria política y religiosa en homenaje a los restos de Hassan II, hijo del que fue gran amigo y aliado de Franco, Mohamed V, y padre de Mohamed VI (o como dicen con gracejo sus súbditos, Mohamed Sestor, con acento en la o) ¿La provocación “de más” del político socialista español? Para todos los españoles, como sea, ¡que gran humillación!
Memoria laberíntica y “procelosa”, cabria de entrada objetar al de Cuatro Caminos, adentrándose sin escrúpulos (y sin vergüenza) como él ahora hace en tono provocador y en claro designio guerra civilista y de abierta confrontación –con sus propios compatriotas- en territorio del país vecino y “pari passu” en la memoria erizada de trampas y celadas y surcada de sorpresas -y malentendidos- de la participación de Marruecos en nuestra guerra civil (del 36) El Makhzen –el poder político y religioso a la vez en todos sus tentáculos y ramificaciones- del soberano alauita -Sultán de Marruecos e Imán de los Creyentes- del que los medios en lengua francesa aficionan fantasear- fue el gran impulsor de la aportación (muy) importante –en efectivos y en calidad y eficiencia de sus integrantes- de las tropas marroquíes, de las unidades de Regulares, y –sobre todo- de la Mehala de obediencia directa, no a los mandos españoles como en el caso anterior sino a los jerarcas y dignatarios del Makhzen, tropas de élite como lo eran, presentes y operantes en todas o casi todas las principales batallas de nuestra guerra civil (…) Memoria mas reciente también, del Sultan Mohamed V padre de Hassan II. Gran aliado del anterior jefe de estado español, como lo atestigua nuestra memoria infantil de la prensa española de entonces (segunda mitad) de los cincuenta que no hacia mas que hablar de el con motivo de la independencia de Marruecos (año de 1956) Y memoria aun más antigua de la Conferencia de Casablanca (1943) durante la Segunda Guerra Mundial, don e la independencia marroquí –de Francia como de España- a todas luces se fraguo. Roma no paga a traidores, cabe (a regañadientes, en francés “la mort dans l’âme") aquí glosar y es por la puñalada por la espalda que el régimen franquista venia de asestar a las fuerzas del EJE en un trance crítico y decisivo de la Segunda Guerra Mundial abriendo el paso –por el Marruecos español- a la fuerzas aliadas franco/inglesas, cuando el cuerpo expedicionario Afrika Korps avanzaba fulgurante una victoria tras otra con el Cairo (y tras él) el Oriente próximo de objetivo final. Desde entonces el mundo cambió y por supuesto también las reglas del juego de la política internacional, y de la Real Politik en la que ahora Pedro Sánchez –y a ojos cerrados también- parece querer apostar. Las reglas de los que vencieron en el 45, entre los cuales figura el reinado alauita, a costa de los vencidos de entonces o de los amigos o aliados de los vencidos de entonces (me da igual) A asumir tocan. Lo que no quiere decir que debamos rendirnos o resignarnos a vernos condenados a un papel o a una situación de subalternos de los vencedores de entonces, y a renuncia a nuestros derechos históricos, y a vender en almoneda todo nuestro (sagrado) Patrimonio, étnico y racial (nota bene) a la vez que religioso y espiritual y cultural. Y sin el menor menoscabo de nuestros deberes de memoria irrenunciable en particular de dos capítulos esenciales de nuestra identidad española colectiva, a saber, los ocho siglos de Reconquista y la guerra civil del 36. Franco y Hassan II. Comparaciones odiosas. En este caso parece que sí, y por partida doble además. Por que no son comparables la situación de entonces –del Marruecos de Hassan- con la España de Franco ni son comparables los dos personajes tampoco.
¿”Tirano” Hassan II como lo tildan ciertos medios y lo políticamente de rigor en Francia (que no en Bélgica)? Tan autoritario como lo pudo ser Franco, con la diferencia que el reino marroquí tras la Conferencia de Casablanca (1943) figuró del lado de los vencedores mientras que Franco (y su régimen) figurarían en el bando perdedor (…) Y por eso que tanto nos chantajeó (...) Blanco predilecto de la prensa en Bélgica como sea Franco y la España que él dejo. Y rodeado de circunspecciones y tabúes como sea, el Marruecos de Hassan II y de su sucesor. En cabeza el reino alauita de la gran estrategia de futuro –y línea directriz de su política extranjera- del Gran Remplazo (Grand Remplacement”), cultural espiritual y religioso. Y étnico y racial.
¿“Tirano” Hassan, como lo tildan a discreción en España ahora los medios, las ancas de la prensa francófona, belga y francesa, que le tira a degüello desde hace mucho, sin parar? Hasta ahí no llego. Un gobernante autoritario ni más ni menos que Franco del que apuesto que imito no poco viéndose erigido el Caudillo ante muchos pueblos del área musulmana (como lo fue para el coronel Gadafi, y por desgracia para él, solo al final)- como un modelo de emulación, o (en muchos aspectos) ejemplo a seguir-, de un pueblo fronterizo y de una cultura extraña por muchos aspectos así como de una historia en conflicto con la nuestra –española y europea- y por tantos aspectos rival. Y con una capacidad de chantaje –como se mostró en el asunto se la isla de Perejil y los a tentados del Once de Marzo que se siguieron- hacia sus rivales históricos y geográficos más próximos y directos, temible y sin igual. ¿Y en todo esto Donald Trump? es lo que los españole nos debeos preguntar ¿Tan antifranquistas aquí como allá? Y guardé silencio y discreción sobre él –Hassan II y su país –como al principio ya dije- hasta que el vaso de la paciencia se puso a desbordar, con las gotas una tras otra –como un suplicio o martirio chino- que inflige a la existencia de todos los días aquí, el fenómeno de la invasión silenciosa y ese otro –en simultaneo, concomitante- de l imposición –o aplicación por las buenas o por las malas- capciosa e insidiosa de la Charia o ley islámica en la vida de todos los días y en todos los aspectos de la conducta humana tanto colectiva como individual, a un grado y a unos niveles que a España le queda tiempo –los dioses me oigan!- por alcanzar. ¿Y el momento llegado ahora de romper esa alianza –del Islam con algunos pueblos de cultura occidental -no islámicos- que tuvo mucho de estratégico y militar –en la Segunda Guerra Mundial por ejemplo- y también no poco de ideológico y cultural y también –por paradójico que parecer `pueda- de religioso y espiritual? ¡VIVA FRANCO ABAJO EL ISLAM!
¿La provocación de más (en francés “de trop”)? Es lo que cabe preguntarse ante la visita de ayer del jefe de gobierno (socialista) Pedro Sánchez al Mausoleo de Hassan II en Rabat que cabe comparar –y a las pruebas me remito- por tantos aspectos a la Cruz de los Caídos. Por la suntuosidad (oriental) de lugar y del edifico (y de su interior) y por la personalidad que alberga, Hassan II, del que siempre, en mis largos años de expatriación, me ahorre la menor critica por prudencia –y respeto y discreción- pero que ahora mi condición de español residente de antiguo en Bélgica me impide el callar (más) en verdad. Un país cuya capital es la sede de la UE y lugar de destino favorito además de la inmigración musulmana en suelo europeo, y teatro o escenario de predilección a la vez de la estrategia de futuro que en dignatarios islámicos aquella habrá hecho nacer, hasta convertirla en línea directriz principal de la política extranjera (y más aun europea) de los países musulmanes del Magreb y del resto de la ribera mediterránea, Marruecos (apuesto cien por cien) en cabeza de todos ellos- como una alianza (”zapateril”) de Culturas (al revés), ,y que cabe sintetizar en una fórmula electrochoque –del Gran Remplazo (Remplacement)- que se ha corrido –por su fuerza de impacto incontenible y por lo certero e imparable –y fatal- de lo que anuncia, a no dudar- como la pólvora, en los medios europeos y en la opinión publica de muchos países (por cima de los Pirineos)
En plena línea de frente, ahí es donde me encuentro pues –tras tantos años residiendo (sin moverme de mi sitio) en Bruselas- de la invasión silenciosa y como tal testigo en primera fila de la gran sustitución –cultural y étnica y racial- a lo que parece apostar (de ojos cerrados) Pedro Sánchez -¡manes (europeos) de la Reconquista!- (y también de Don Julián) ¿Un no es no, hoy y siempre, a Franco, y a los que le siguen o respetan su memoria . y a todo lo que él simboliza como a todas luces un Mariano Rajoy parecía (exclusivamente) para él representar-a cambio de tener que tragar carros y carretas (sin tasa) en proveniencia del mundo musulmán?
Pedro Sánchez, en calcetines –como lo prescribe el ritual islámico- y las mujeres (socialistas y feministas) de su séquito en velo islámico de rigor, de visita protocolaria política y religiosa en homenaje a los restos de Hassan II, hijo del que fue gran amigo y aliado de Franco, Mohamed V, y padre de Mohamed VI (o como dicen con gracejo sus súbditos, Mohamed Sestor, con acento en la o) ¿La provocación “de más” del político socialista español? Para todos los españoles, como sea, ¡que gran humillación!
Memoria laberíntica y “procelosa”, cabria de entrada objetar al de Cuatro Caminos, adentrándose sin escrúpulos (y sin vergüenza) como él ahora hace en tono provocador y en claro designio guerra civilista y de abierta confrontación –con sus propios compatriotas- en territorio del país vecino y “pari passu” en la memoria erizada de trampas y celadas y surcada de sorpresas -y malentendidos- de la participación de Marruecos en nuestra guerra civil (del 36) El Makhzen –el poder político y religioso a la vez en todos sus tentáculos y ramificaciones- del soberano alauita -Sultán de Marruecos e Imán de los Creyentes- del que los medios en lengua francesa aficionan fantasear- fue el gran impulsor de la aportación (muy) importante –en efectivos y en calidad y eficiencia de sus integrantes- de las tropas marroquíes, de las unidades de Regulares, y –sobre todo- de la Mehala de obediencia directa, no a los mandos españoles como en el caso anterior sino a los jerarcas y dignatarios del Makhzen, tropas de élite como lo eran, presentes y operantes en todas o casi todas las principales batallas de nuestra guerra civil (…) Memoria mas reciente también, del Sultan Mohamed V padre de Hassan II. Gran aliado del anterior jefe de estado español, como lo atestigua nuestra memoria infantil de la prensa española de entonces (segunda mitad) de los cincuenta que no hacia mas que hablar de el con motivo de la independencia de Marruecos (año de 1956) Y memoria aun más antigua de la Conferencia de Casablanca (1943) durante la Segunda Guerra Mundial, don e la independencia marroquí –de Francia como de España- a todas luces se fraguo. Roma no paga a traidores, cabe (a regañadientes, en francés “la mort dans l’âme") aquí glosar y es por la puñalada por la espalda que el régimen franquista venia de asestar a las fuerzas del EJE en un trance crítico y decisivo de la Segunda Guerra Mundial abriendo el paso –por el Marruecos español- a la fuerzas aliadas franco/inglesas, cuando el cuerpo expedicionario Afrika Korps avanzaba fulgurante una victoria tras otra con el Cairo (y tras él) el Oriente próximo de objetivo final. Desde entonces el mundo cambió y por supuesto también las reglas del juego de la política internacional, y de la Real Politik en la que ahora Pedro Sánchez –y a ojos cerrados también- parece querer apostar. Las reglas de los que vencieron en el 45, entre los cuales figura el reinado alauita, a costa de los vencidos de entonces o de los amigos o aliados de los vencidos de entonces (me da igual) A asumir tocan. Lo que no quiere decir que debamos rendirnos o resignarnos a vernos condenados a un papel o a una situación de subalternos de los vencedores de entonces, y a renuncia a nuestros derechos históricos, y a vender en almoneda todo nuestro (sagrado) Patrimonio, étnico y racial (nota bene) a la vez que religioso y espiritual y cultural. Y sin el menor menoscabo de nuestros deberes de memoria irrenunciable en particular de dos capítulos esenciales de nuestra identidad española colectiva, a saber, los ocho siglos de Reconquista y la guerra civil del 36. Franco y Hassan II. Comparaciones odiosas. En este caso parece que sí, y por partida doble además. Por que no son comparables la situación de entonces –del Marruecos de Hassan- con la España de Franco ni son comparables los dos personajes tampoco.
¿”Tirano” Hassan II como lo tildan ciertos medios y lo políticamente de rigor en Francia (que no en Bélgica)? Tan autoritario como lo pudo ser Franco, con la diferencia que el reino marroquí tras la Conferencia de Casablanca (1943) figuró del lado de los vencedores mientras que Franco (y su régimen) figurarían en el bando perdedor (…) Y por eso que tanto nos chantajeó (...) Blanco predilecto de la prensa en Bélgica como sea Franco y la España que él dejo. Y rodeado de circunspecciones y tabúes como sea, el Marruecos de Hassan II y de su sucesor. En cabeza el reino alauita de la gran estrategia de futuro –y línea directriz de su política extranjera- del Gran Remplazo (Grand Remplacement”), cultural espiritual y religioso. Y étnico y racial.
¿“Tirano” Hassan, como lo tildan a discreción en España ahora los medios, las ancas de la prensa francófona, belga y francesa, que le tira a degüello desde hace mucho, sin parar? Hasta ahí no llego. Un gobernante autoritario ni más ni menos que Franco del que apuesto que imito no poco viéndose erigido el Caudillo ante muchos pueblos del área musulmana (como lo fue para el coronel Gadafi, y por desgracia para él, solo al final)- como un modelo de emulación, o (en muchos aspectos) ejemplo a seguir-, de un pueblo fronterizo y de una cultura extraña por muchos aspectos así como de una historia en conflicto con la nuestra –española y europea- y por tantos aspectos rival. Y con una capacidad de chantaje –como se mostró en el asunto se la isla de Perejil y los a tentados del Once de Marzo que se siguieron- hacia sus rivales históricos y geográficos más próximos y directos, temible y sin igual. ¿Y en todo esto Donald Trump? es lo que los españole nos debeos preguntar ¿Tan antifranquistas aquí como allá? Y guardé silencio y discreción sobre él –Hassan II y su país –como al principio ya dije- hasta que el vaso de la paciencia se puso a desbordar, con las gotas una tras otra –como un suplicio o martirio chino- que inflige a la existencia de todos los días aquí, el fenómeno de la invasión silenciosa y ese otro –en simultaneo, concomitante- de l imposición –o aplicación por las buenas o por las malas- capciosa e insidiosa de la Charia o ley islámica en la vida de todos los días y en todos los aspectos de la conducta humana tanto colectiva como individual, a un grado y a unos niveles que a España le queda tiempo –los dioses me oigan!- por alcanzar. ¿Y el momento llegado ahora de romper esa alianza –del Islam con algunos pueblos de cultura occidental -no islámicos- que tuvo mucho de estratégico y militar –en la Segunda Guerra Mundial por ejemplo- y también no poco de ideológico y cultural y también –por paradójico que parecer `pueda- de religioso y espiritual? ¡VIVA FRANCO ABAJO EL ISLAM!
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