miércoles, junio 18, 2008

HERMENEUTICA JOSEANTONIANA (8. Segunda Serie): germanos contra bereberes (apostillas al pesimismo de unos escritos postumos)

En la reunion de Madrid de antiguos del FES de hace unos dias, uno de los asistentes, en el turno de preguntas y respuestas, hizo observar que la unica referencia, el unico nombre que reconocia –él mismo y sobreentendido todos los demas asistentes- lo era el de Jose Antonio, con exclusion (sobreentendido) tambien de cualquier otro. Asi lo entendia él y estaba sin duda en su derecho de hacerlo asi valer. Y por encima de lo que a primera vista pudiera sonar a integrismo o legitimismo (joseantoniano) esta claro que lo que subyacia en su postura era lo especificamente singular de la figura de Jose Antonio.

La memoria historica es, sobre todo, memoria de los heroes..y de los martires. Y a Jose Antonio -a la memoria diafana y cristalina de su vida y de su muerte, de heroe y de martir- lo llevamos dentro muchos, desde siempre. Lo que mamamos de niños, ¿para que decir otras mas cosas ? Como lo confese sin ambages al equipo de Tele-5 que me entrevisto hace ya mucho. Esa religion del Ausente –no se me ocurre otro nombre, lo siento-, que nacio en la guerra del 36, como ya sostuve aqui, tuvo sus aleas desde entonces, sus puntos de inflexion, uno sobre todo que se podria situar –con cierto desfase cronologico- a seguir al 45, al triunfo de las democracias y de la derrota de los nazi/fascismos, pero se puede decir en toda seguridad que mal o bien sobreviviria en la mentes y en los espiritus de grandes masas de espaoles, incluso de los descendientes de los vencidos….

Que es un dato a mi juicio irrefragable el que el nacimiento del « mito del Ausente » como asi se habra llamado y descrito a la vez con todo lujos de detalles, acabaria cobrando –ya me tengo esplayado aqui largo sobre el tema- todos los visos o apariencias del nacimiento o del renacimiento de una religion…nacional/catolica, o de un catolicismo/español a secas, y el que quiera entender que entienda. Una religion que fue desde el principio franquista a la vez que joseantoniana, a imagen y semejanza del critianismo (catolico) que fue –a partir del edicto de Milan- cristiana…y tambien constaniana, como lo denunciaria –del enemigo el consejo…- la izquierda/eclesiastica en el concilio vaticano II. De la cual como digo Dionisio Ridruejo –« nota bene » el de antes de su « dimision »- seria el oficiante maximo pero de la que el heraldo supemo lo fue indiscutiblemente el jefe del Estado entonces, que honro (hasta su muerte) la memoria de aquel –un dato historico irrefutable-…aunque él mismo no fuera falangista (ni lo hubiera sido nunca…)

Es un hecho historico igualmente irrefutable, lo que corrobora el ultimo de los esl critos (fuera de toda sospecha) de Francisco Umbral, « Amado siglo XX » publicado justo antes de su muerte, que la memoria de Franco (de « « enigmatico » lo califica) vive aun en muchos españoles, en media España -al menos- como el mismo lo reconoce….(y eso despues de haberle, tanto y con tanto redito por cierto, denigrado en sus novelas guerra/civilistas) Y es no menos indiscutible que en todos o casi todos aquellos, las dos figuras –la de Franco y Jose Antonio- permanecen intimamente asociadas en el recuerdo, lo que prefiguraria y simbolizaria a la vez la efemerides del 20 de Noviembre. Que si aquella coincidio con la muerte clinica del jefe de Estado, o (lo mas verosismil) simplemente con el momento en que sus yerno el marques de villavarde tomo (como se rumorea) la decision irrevocable, esta claro que esto ultimo resulta ya hoy un dato irrevelante o poco menos y que lo que mas cuenta es que las dos figuras quedarian para siempre fundidas en la Memoria (de muchos)….

La separacion politica y religion, Iglesia y Estado –me objetaran sin duda algunos- no desaparecio nunca ni en los momentos mas algidos del culto de la personalidad que muchos, muchisimos, reservaron a Franco y al Ausente : es un hecho no menos irrefutable no obstante que el regimen de Franco tuvo un cuño personalisimo con pocos precedentes en nuestra historia, comparable a la « devotio » iberica de los antiguos caudillos de la peninsula (1) Y un potente argumento « ad hominem » se me antoja que lo afrece (aun) el Concilio Vaticano Segundo….. « Los obispos de Centroeuropa –oi yo a meuudo en un chascarrillo que circulaban en los medios integristas mayormente franceses, proximos de Monseñor Lefebvre y del seminario de Econe- fueron al concilio a dar lecciones, los españoles a recibirlas » Y es un hecho tambien que el protagonismo español (e e incluso hispanico, que no asi otro del genero « luso » o luisiada…) fue practicamente nulo, i-ne-xis-ten-te, en aquella augusta asamblea. Ni a un lado ni a otro, ni a la izquierda ni a la derecha de la linea (simbolica) de trincheras teologicas e idelogicas que alli dentro, desde el principio casi, se vieron creadas…

Los españoles en el Concilio Vaticano Segundo –cardenales, obispos, curas, teologos o peridistas, y seglares-, representantes de un sector de catolicismo sociologico (abrumadoramente) mayoritario en el seno de la iglesia/catolica, no pasaron de comparsas la verdad sea dicha…Ilustre excepcion (todo lo mas) alguuno de ellos, como el padre Santiago Ramirez (O.P.) que actuaria alli de consultor, y que en los años que precedieron, la derecha integrista (y « nota bene » anti-falangista) española lo habia aupado de campeon de la ortodoxia frente a las veleidades filo/hereticas provenientes del otro campo (el de los falangistas) en que se repartia la cancha politica e ideologica en la España de entonces (de los cincuenta), en especial en una celebre polemcia que protagonizaria con Ortega, desde la revista « Punta Europa » y otras publicaciones afines…Lo que habria podido presagiar que una tan ilustre figura (intelectual) se yergueria impetuosa en aquella magna asamblea cual un filosofo/rancio –de las Cortes de Cadiz- en contra de los debeladores de la doctrina…lo que no fue el caso en modo alguno: que el muy devoto (e ilustre) dominico se limitaria a escuchar y a asentir en virtud del voto de obediencia como esta mandado, y si disentio internamente de lo que oyo o de lo que vio alli entonces, no rezan de ello las cronicas, por mas que se encuentre tal vez (para siempre) hundido o enterrado en los arcanos sin fondo de las archivos vaticanos…

Sucedia –dicho sea en su descargo- que la Iglesia surgida de la guerra civil ( y « nota bene » de la persecucion religiosa en zona roja) habia sufrido -en profundidad- un proceso de identificacion con el jefe de Estado, de resultas un fenomeno de osmosis con la sociedad civil de la que procedian y de la que de una manera u otra seguian formando parte, y tambien de ciertos mecanismos institucionales como el derecho de presentacion de obispos (y cardenales) que aquel se veria reservado….Y es un hecho igualmente irrefutable que a Franco –al borde o ya immerso en una fase irreversible de regresion clinica (el ex-ministro Alberto Ullastres la calificaria « de degeneracion biologica ») (2)- el concilio como digo le pillaria completamente por sorpresa…Lo que ilustraria (de forma sagaz) un articulo comentario aparecido en una publicacion francesa (« integriste ») con ocasion de su fallecimiento, que me pillo a mi –como muchos saben- ya en el seminario de Econe. Franco, -se podia leer en aquel articulo- habra muerto como un « silencioso de la iglesia » : en alusion a una corriente de catolicos que aceptaban el concilio, sus reformas y sus enseñanzas solo a reganadientes sin atreverse a manifestarlo de la forma que fuera. Y el caso Añoveros lo ilustraria de forma mas fehaciente aun, cuando ante las provocaciones inadmisibles de aquel obsipo pro-etarra, Franco que penso en un principio expulsarlo « manu militari » o desterrarlo sin mas, se echaria atras « in extremis » segun todas las fuentes ante las amenazas inapelables de excomunion provenientes del Vaticano (del mismo papa Montini) y que sin duda le trasnsmitiria solicito Tarancon (el cardenal Vicente Enrique), partidario suyo de siempre…

Y con eso se explica de forma asaz que ni una sola voz de entre los cardenales u obispos españoles presentes en el concilio, franquistas como lo eran por tantos y tantos conceptos, se irguiera clara y distinta, ni del lado de la mayoria « progresista » ni –como hubiera cabido sobre todo esperar- del lado tampoco de la minoria « integrista » o conservadora…Lo mas que hizo uno de ellos, el cardenal Larraona, fue prestar –y fue ya mucho- aposentos de su palacio de la Curia en Roma para las reuniones del Coetus Internationalis Patrum (que animaba entre otros el arzobispo Lefebvre) Una iglesia española en clara fase entonces de ocaso o de declive pues, a imagen y semejanza de sus jefe supremo, el caudillo Franco….Y lo que vendria despues dejo de tener ni lo mas minimo de franquismo por supuesto, pero cabe legitimamente preguntarse si seguia teniendo aun, en sus lineas de obediencia hasta las mas tibias incluso, poco o mucho de iglesia/española….Y asi al integrismo anti-falangista que habia acabado reemplazando al nacional catolicismo heroico de la guerra y de la primera posguerra, acabaria sucediendo al final una religion posconciliar de nuevo cuño acorde por lo demas –seamos honestos en reconocerlo- con el nuevo estado de espiritus y de mentalidades surgido tras la gran mutacion cultural, y espiritual a la vez, que sufrio la sociedad espanola en la segunda mitad de los sesenta (del immediato posconcilio…)

Y en esa nueva religion conciliar, o posconciliar, democratica por añadidura –y pro/maxista « nota bene », al menos hasta cierta epoca…- la figura de Jose Antonio, ni una forma caulesquiera de culto a su memoria tendria cabida la mas minima tan siquiera, como es logico. Lo que alcanzaria una resonancia clamorosa con las campañas sucesivas, iniciadas en el pontificado del papa polaco –y « nota bene » tras sus primera visita a España en octubre del 82…- de canonizacion de martires de la guerra civl española…todos o casi todos ellos por cierto pertenecientes al estado clerical…como condicion o requisito –« sine qua non » se diria- de martirio o si se prefiere de canozacion (martirial) imprescindible….(Lo que me hace recordar el desatino de un obispo no se donde, que viendose emplazado ante un fenomeno de apariciones/de/la/virgen declararia aquello que si la virgen se aparece que se me aparezca a mi que para eso soy el obispo de la diocesis…) Los miles y miles caidos –« verbi gratia » salvajemennte asesinados, desarmados e indefensos- en las fosas de Paracuellos y en otros lugares de la periferia madrilena en las matanzas de noviembre del 36, debian pertenecer sin duda en la mentalidad de los nuevos proceres eclesiasticos –tras el concilio- a una especie indefinible, intermedia entre el limbo de los justos y el cielo de los bienaventurados, o a un planeta/marte de victimas (no-cle-ri-ca-les) de la guerra o de la politica…Y primero de todos ellos, por cierto, Jose Antonio Primo de Rivera, que era catolico bautizado (y practicante) y que murio -condenado a muerte y fusilado- tal vez en parte por los actos de los otros (de los suyos) pero sobre todo por sus ideas y por ser quien era…

¿Jose Antonio, heroe y a la vez martir ? Su « causa » si se puede hablar asi llevaba ya mucho incoada y concluida pero conviene tal vez el reabrirla (un poco) en estas lineas….O digamos mas bien que la reabriririan (un poco) hace ahora ya un buen rato « los papeles postumos » publicados por voluntad de su sobrino Miguel en 1994 y sobre todo uno de su escritos, el mas crucial y transcendente sin duda de todos ellos, « España germanos contra bereberes », que cayo a lo que se me antoja como una bomba en algunos sectores de devotos (los mas fervientes) de su memoria….Jose Antonio destapa en esas paginas aun candentes (como es el caso de decir…) un profundo pesimismo historico (y filosofico) como me lo subrayaba con acierto en entrevista reciente un estudioso de su figura (3) y lo que, por parajodico que pueda parecer, me hizo caer de golpe en la cuenta del caracter o de la cuña ciclica (brutalmennte truncada con su muerte) del pesamiento joseantoniano –omnipresente en la historia de las ideas por lo demas- sello infalible de autenticidad y que evoca incluso ciertos figuras o imagenes señeras de retorica espiritual en la historia del catolicismo, como las celebres « consolaciones » y « desolaciones » del Libro de los Ejercicios (de Ignacio de Loyola)….

Jose Antonio creyo un momento sin duda -es lo que dan a entender al menos ciertos pasajes los mas sombrios y pesimistas de aquel texto tardio- que la guerra la iban a ganar los rojos (« La masa, que es la que va triunfar ahora no es arabe, sino bereber. Lo que va a ser vencido es el resto germanico que aun nos ligaba a Europa …/…») Pero si es cierto que se puede hablar en esos parrafos de « depresion » -intelectual o filosofica- no creo que quepa hacerlo de « derrotismo » en modo alguno ni de depresion en el sentido medico del termino tampoco….Jose Antonio afronto heroicamente la muerte y murio martir. Punto. Y argumento « ad hominem » irresistible si falta hiciera nos lo ofrece el silencio -como una losa- de sus enemigos (y de sus verdugos)….

El gran proceso que algunos le intentan desde que aquellos textos vieron la luz no se situa por lo demas en ese terreno precisamente, sino en el de las ideas (por mor de democracia que se diria…sino me viese acusado de ironia…) : acusado ¿que digo ? emplazado por las ideas « conservadoras », « reaccionarias », « aristocratizantes » (e incluso racistas o por emplear un eufemismo suave « racialistas ») (4) que segun ellos en ese escrito translucen. Ocurre no obstante como lo habran observado unanimes criticos y conservadores que Jose Antonio en su ensayo « España germanos contra bereberes, se muestra escurpulosamennte orteguiano…fiel a una idea clave de « la España invertebrada », la de la minoria egregia ; mas orteguiana incluso que Ortega, -al que inclso critica en el texto sin nombrarle (5)- por llevar el postulado a sus ultimas conclusiones : una minoria egregia –« de rubios danubianos »- « aria », de estirpe germanica (« verbi gratia » goda) que le llevaria a su vez –en el plano intelectual- hasta los ultimos extremos de un pesimismo historico y patriotico (de raiz intelectual, insisto, historica y filosfica) : « Asi, grosso modo » -escribe Jose Antonio- puede decirse que la aportacion de España la literatura moderna es igual a cero »…En lo que ademas se mostraria (aun) profeta con casi treinta años de adelanto sobre el concilio…Y lo que en el caso de Jose Antonio en las circunstancias particularmennte tragicas, y a borde de la muerte cuando las escribio cobra un caracter de tragedia personal y aninimico indesmentible. ¿Rubio de ojos azules, Jose Antonio Primo de Rivera, fiel a una imagen goda y germanica en la que sin duda se reconoceria ? No es ello, de cualquier modo, lo que habra incorporado -desechado o preterido como un dato mas o menos trivial sin duda, y en cierto modo irrelevante- la imagen española y señera (en blanco y negro cierto para los que directamente no le conocimos...) que fluye hoy por hoy en la meemoria colectiva…

El ensayo « polemico » de Jose Antonio tal vez adolezca de algun otro que otro postulado –historico, historico/juridico, demografico, o etnologico- debil, inexacto o poco certero, o hoy ya superado…lo que no quita un apice a las intuiciones sutiles y las contruciones geniales –de la filiacion « gotica » inegable de todos los espanoles, de la grandiosa « justificatio » de los mas grandes « momentos » de nuestra historia, la Reconquista, la Conquista de America y la Contrarreforma- que lo surcan de cabo a cabo. Pero a mi « Espana germanos contra bereberes » se me antoja sobre todo un grandioso exorcismo (intelectual) y talisman todopoderoso a la vez contra un fantasma o espectro de lo mas solivantador -de la guerra etnica- que planea sobre la cabeza de los españoles desde hace ya un rato, yo diria que desde los inicios de la transicion democracia.

Sin duda el mismo que planeo en la mete de Jose Antonio aquel verano abrasador del 36, en lo mas hondo de su celda de la carcel de Alicante a pocas semanas de su muerte : el fantasma (en carne y hueso) de una guerra civil convertida o travestida en guerra etnica, de dos pueblos (distintos) enfrentrados a vida o muerte en el suelo de la peninsula. Y que se cuece -sin llegar al punto de eclosion- en el pais vasco desde hace cuarenta años.

¿O acaso no es en las Vascongadas, entre vascos precisamente, donde se hace mas palpable y mas visible –en un plano linguistico sin ir mas lejos…- la huella de lo berebere ?….

(1) Como lo recuerda repetidas veces el libro "El FES. El rostro rebelde de la Falange »
(2) En unas declaraciones periodisticas a Joaquin Bardavio. Citado en el libro « Franco », de Bartolome Bennassar (1995)
(3) Adriano Gomez Molina, autor entre otros libros y trabajos, de "Las gafas de jose Antonio" (Editorial Actas, 2003)
(4) Por ejemplo en « Fascismo y Franquismo», de Ismael Saz Campos (2004) Figuran igalmente unas lineas de lo mas acervas sobre el tema en el prologo a « la Corte literaria de Jose Antonio » de Jose Carlos Mainer, hijo de un oficial medico del ejercito de Franco en la guerra civil española…
(5) « Era casi obligado –escribe Jose Antonio- que un escritor aristocratico, antieclesiastico, antimonarquico, incorporase a su repertorio frases como esta : Mas valia que la Monarquia española en vez de extenuar a España en la empresa de America, hubiera buscado nuestra expansion natural en Africa »

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