Lanzamiento de un cohete-misil TOMAHAWK en una foto presentada en la prensa mainstream como tomada en los cielos de Ucrania las últimas horas: ¿calentando los motores -bajo la caución de las palabras de Donald TRUMP- para una declaración (europea) de guerra?
Ucrania, Rusia y el mundo entero con ellos, en la encrucijada. Tras la resonante victoria, política y diplomático de Donald TRUMP con "su" tratado de Paz entre ISRAEL y el movimiento palestino de HAMAS (y la vuelta a casa de los rehenes israelíes) poniéndose así un fin a la escalada bélica entre los guerrilleros palestinos y el Ejército israelí en la franja de GAZA. Y ahora que hemos ganado esa guerra -parece decir el presidente de los States, a los acordes de la vieja canción-, volveremos a empezar!, no tomando Gibraltar, como rezaba la cantinela, sino alcanzando otro acuerdo de paz. Esta vez en Ucrania, donde las cosas no le están resultando tan fáciles -con Vladimir PUTIN- como de entrada él se esperaba, y más aún, tras el encuentro de Alaska. Que cambiaron las tornas y ahora pintan bastos a un lado y otro de los bandos en liza.
Que Rusia aparece embarcada en otra campaña de invierno impulsando contra viento y marea la guerra de atrición -a base de la desmoralización, del cansancio y del frío que persigue en sus bombardeos y ataques aéreos- mientras que su ofensiva terrestre se prosigue despacito y buena letra por un aplastar resistencias y un ir ganando (poco a poco) terreno como un rodillo compresor y tomando localidades -del DONBAS- una detrás de otra. Buscando a todo precio el colapso final. Ante la sorda frustración del Hombre hoy por hoy más poderoso de la tierra (al menos en apariencia) Que tras la firma en Gaza, y ante la reluctancia ruso/postsoviética, el oso de Yellowstone habrá enseñado sus garras a la faz del planeta tierra. Con un aire -el de su mensaje a Vladimir PUTIN- cargado de amenazas, y es la de vender a Kiev -directamente, o la OTAN interpuesta- cohetes-misiles TOMAHAWK, una línea roja tras la cual se asoma en el horizonte el peligro inminente de la deflagración fatal -vistas las advertencias de ultima hora de parte rusa- de alcance y consecuencias imprevisibles (por lo apocalíptico)
Y ahí viene no menos fatalmente a la cita la (grande) Historia, la de las dos grandes ofensivas o campañas rusas del lado occidental, que se saldaron por unos no menos históricos (y grandiosos) fracasos. La catástrofe de la Grande Armée a las puertas de Moscú en ofensiva de NAPOLEON (en francés, la Berezine) y la batalla de STALINGRADO siempre presente en la Memoria: porque el que la amenaza de los cohetes-misiles TOMAHAWK -que tendrían como objetivo Moscú, y que supondrían la apertura de un frente ruso en la guerra- sería fatalmente la señal del desencadenamiento de la III Guerra Mundial, es algo que ven hasta los niños. Y la actitud de la población rusa ante el ataque de fuera, y tras verse puesta en el dilema de resistir a la agresión o contribuir al derrumbe del régimen (post-soviético) , no está escrita en los astros y mucho menos -como lo acabamos de ver- en los libros de Historia.
Aunque es fácil apostar, como yo lo hago -dentro y fuera de este blog- por la alternativa nacional/bolchevique (o, en francés, "nationaliste") Que la política y mucho menos la gran política -en el tablero de las relaciones internacionales- no es una partida de póker, ni tampoco una transacción financiera ni un juego de especulación bursátil, como así se jacta de ello y lo da a entender el presidente (GOP) de los Estados Unidos de América. Que la cordura se imponga al final es pues lo más fácil de prever, y con ello un escenario mucho menos inhóspito (y mucho menos distópico), y mucho más previsible y tranquilizador, como lo es el de una paz por territorios, que se ha venido auspiciando desde que se desencadenó la guerra patriótica.
¿Lo permitirán no obstante los otros aliados de Kiev (dentro de la OTAN) que son Alemania y el Reino Unido, ellos y los estados satélites, como son los Países Bálticos y la Polonia? Tampoco está escrito en parte ninguna: como tampoco son fáciles de prever la conducta o el funcionamiento de Francia, la otra gran potencia europea, bajo la presidencia de Emmanuel MACRON que parece verse ante la crisis política que enfrenta (abocado a una moción de censura mientras escribo estas líneas), el descontento y la impopularidad que arrastra, y es en la tentación de la huida hacia adelante, y en la opción como única alternativa del rearme, de las declaraciones altisonantes (muy en el estilo francés) y alarmistas -por cuenta de la "amenaza rusa"- y los llamamientos belicistas -a la movilización de los jóvenes- de la economía de guerra en la perspectiva final de una declaración de guerra a Rusia.
¿Y España en todo esto? ¿Siempre a remolque de lo que opinen y decidan las grandes potencias? Lo suficientemente atenazados por el complejo PUTIN -el de su trayectoria y el de la orientación de su régimen- del que adolece la izquierda (guerra civilista) española? : que a todas luces aún no digirieron, que la aliada fiel de la guerra civil (del 36) "no es ya lo que era" Como me lo dio claramente a entender un español emigrado/exiliado en Bélgica -de un guerra civilismo rayano en la locura a fe mía- con el que tuve que cohabitar en aquella residencia (geriátrica) antes de irme del país. Que nunca se me irá de la retina, la mirada y la expresión -de odio y de rabia (espuma acompañando por la boca) - cuando yo le menté al dirigente ruso. Con lo que a mí se me fueron todas las dudas (...) ¡¡¡ ARRIBA ESPAÑA Y VIVA RUSIA!!! (O FELIX CULPA!)