miércoles, abril 19, 2023

MEDIADOR EN UCRANIA EL REY EMÉRITO?


 Ante la agravación de la crisis ruso/española:la mediacion entre "Occidente" y la Rusia ex-Soviética, buque insgnia de nuestra politica exterior, con un rol de excepción para el Rey Emérito? Y por qué no,

Pérfida Albión. Un recuerdo anecdótico apenas -de las retransmisiones futbolísticas (de leyenda) de Matias Prats- y un boton de muestra (uno más) del sentimiento antibritánico latente hasta hoy en muchos españoles. Una razón de más que me mueve a darle la tecla ante la foto -más elocuente que todas las palabras y analisis y comentarios de la prensa- del nuevo y flamante soberano del Reino Unido -eterno/heredero  hijo de Isabel II-, Carlos  (Charles) III y nuestro rey emérito Juan Carlos I. que no puede dipensarse de una glosa de urgencia en este blog, estaria bueno. Y es la del cruce de dos mundos que coexisten, como ignorándose mutuamente de espaldas uno del otro, el de la opinión publica, del "uomo cualunque" de un lado y del otro lado, el de los dirigentes del establishment, entre los que nadan o sobreviven los principes y monarcas de las últimas coronas restantes en paises europeos, de sus puntos y lazos de contacto y de sus pasadizos secretos. Inglaterra, su opinión publica, se mantuvo (flemáticamente) neutra en nuestra guerra civil. Lo que se merece -de entrada- todos nuestros respetos. y lo que explica hoy en contrapartida  -se me antoja a mí- ese (incorregible) pathos guerracivilista de algunos de su historiadores más punteros, como Paul Preston. Ello independientemente (o más en mi abono) del protagonismo decisivo -en favor de los nacionales (que la historiografia correcta anglosajona rodea de un espeso tabú)- de parte del personal de su casta política "british" y de su clase dirigente -y last but not least, de la familia real- , en la guerra y mas aún si cabe en la immediata posguerra, encarnados en la figura caleidoscópica y aún hoy objeto de ásperas polémicas entre españoles, como lo es Sir Winston Churchill. Que le paró los pies al propio Stalin en la conferencia de Yalta en sus proyectos españoles (de invasión) con aires de revancha, de designios en extremo devastadores. Jugaron en ello los lazos de sangre que ligan por lo alto o lo muy alto a los distintos soberanos de los paises europeos, patéticos sobrevientes del movimiento igualitario de nivelacion (democrática) que arrancó con la Revolución Francesa y antes aún con la Revolución Inglesa (en la persona de Oliver Cromwel)? 

Que si nos quedaran dudas de la interdependencia estrecha de un pasado común (próximo o remoto), el de las historias respectivas de los distintos paises europeos, ahí esta la narrativa histórica -de su memoria coetánea y visual nota bene- de un Alejandro Dumas en su célebre trilogía sobre "Los Tres Mosqueteros" -del que me ocupé en mi blog en francés, en uno de mis últimos articulos- , en su segundo volumen en concreto, y en su telón de fondo, con la muerte por decapitacion -acusado de complacencia y complicidad con el partido/católico- del rey inglés Carlos I (...) De rey a rey, homonimia acompañando, y seguimos moviendo ficha en el juego (...) En el de la de introspección histórica, me refiero. Y es en el pasado que no pasa, que nos veda el mirar hacia el futuro sin aprensiones ni complejos. Con lo que quiero decir, que esa alianza o buena entente anglo/hispana o español/inglesa que el encuentro -con o sin reunion (...)- entre los dos monarcas simboliza (se quiera o no) en grado extremo, podría ser el buque insignia de una política internacional española -auténtica y señera, léase sin vasallajes ni roles subalternos/modelo (ay dolor!)- en tiempo de crisis, como ahora, con la guerra de Ucrania por medio. 

Que la cacofonía de la América española o ex hispana en clara ruptura del (pretendido) consenso/internacional al respecto -como lo ilustra la actitud ambivalente y objeto de gran escandalera del brasileño Lula Da Silva, de su decir digo (ante la nube de preotestas) donde dije Diego-, es una llamadaa a gritos (para el que quiera oirlos) a España y a su diplomacia para ponerse resueltamente en cabeza del disenso, abogando abierta y claramente por una solución/negociada -de una paz con o sin territorios- y de un inmediato alto el fuego, desmarcándonos o descolgándonos del seguidismo camino de ninguna/parte que se nos viene imponiendo desde el extranjero, al precio (ello) de granjearnos la enemistad  de todo un mundo -el de la Ortodoxia- con el que estamos no obstante más que nunca a un paso de poder entendernos. Un papel de paz, de intermediario -a través de un país neutral como por ejemplo los Emiratos (y por qué no?)- para el Rey Emérito?

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