lunes, marzo 30, 2020

SEGUNDO MENSAJE A LA POBLACIÓN

Tras publicar aquí mi “Mensaje a la Población” me dije –sin esperar ni un minuto ni dos- que no era suficiente, que había más de lo que tratar, mucho más, que se pedía en suma más de mi, en la hora que atravesamos de una gravedad excepcional, de un profano como lo soy yo en todo lo que se relaciona con la sanidad y en particular con la ciencia (y la practica) médica, que Nieztsche erigía –médicos al lado de los filólogos- a la altura de pilares o puntales básicos y fundamentales de la Sabiduría de la Antigüedad clásica y pagana, para los que las pretensiones salvíficas o salvadoras judeo-cristianas no eran más que pura superchería (lo que los filólogos por su lado tachaban de falsificación o falsedad) En román paladino, que en espera de que los expertos clínicos y los médicos se pongan de acuerdo- no sabemos nadie o casi nadie (y menos que ellos yo) lo que nos esta pasando, ni nada a ciencia cierta de la naturaleza y de la gravedad del mal, ni de sus efectos en un plano directo o colateral (…) Es lo que se acaba al menos por concluir a la lectura del informe denso, repleto de datos y archi provisto en fuentes de información y documentación que publica en su pagina digital (Égalité et Reconciliation) Alain Soral, todo menos un desconocido en la paginas de este blog. Y no vemos por qué, a santo de qué, podemos privar a los españoles de un debate como el que el autor mencionado –con la libertad (“de pensée") de los medios en el país galo, tan proverbial- se habrá encargado por su cuenta de inaugurar, que pese a lo polémico y discutido de su figura y de su obra –y al apestado`de la etiqueta (de revisionista) que a sol y a sombra le acompaña- no vemos por qué se le puede despachar o privar –de entrada, “ex officio”- de credibilidad. Cuando dice por ejemplo lo mismo que desde el principio decimos aquí, que los expertos no se ponen de acuerdo sobre la gravedad del mal o sobre sus efectos, lo que fatalmente se repercute en la confusión y ambigüedad –plagada de conflictos de intereses- de las directrices de las máximas autoridades sanitarias a nivel mundial –tales que la OMS (Organización Mundial de la Salud), y de su director -Tedros Adhanom (sic) Ghe-bre-yesus (¡?) (ver foto) – (designado por algunos –fuera de toda sospecha- de “hombre de Pekin”) y por vía de consecuencia, de las líneas maestras én la materia- de la política gubernamental (en Francia como en España, o en Portugal) Lo que él refuerza cuando evoca dos corrientes, mayoritaria y minoritaria, a nivel de expertos, una la primera de las dos nombradas que habla (y nos lleva a hablar, confiteor, también a nosotros) de pandemia, de un caso único (sic) a niveles de mortandad en la historia médica de la humanidad –como hablaron para defender justificar sus consignas de vacunación masiva en el caso de la gripe A (y recuerdo aquí las vibrantes denuncias, valientes e inteligentes, de la Forcades sobre el particular) y otra minoritaria –y no exenta de un innegable eco a nivel mundial ( en sus esferas más altas mas altos, ex. la Casa Blanca y los plácemes y parabienes del presidente USA “himself” Donald Trump) que representa mejor que nadie el médico y microbiólogo e infecciólogo (de Marsella) Didier RAOULT, al que aquí de entrada mostramos ya nuestro aplauso y nuestro apoyo, que habla de dolencia benigna (sic) y prescribe por su cuenta y riesgo el tratamiento (incluso) –bajo prescripción médica- a base de la hidroxicloroquina provocando gran polémica y revuelo y una marcada división de la comunidad medica y científica a nivel mundial. Y con escaso eco –positivo me refiero- por no decir nulo (criticas y ataques despiadados aparte) en los medios y en las instancias sanitarias entre españoles (como no era menos de esperar). Y nos pone la mosca detrás de la oreja, tal y como lo leemos en el informe de Alain Soral- el que la hostilidad y el encarnizamiento mayores contra el infecciólogo nombrado no se vea tampoco exentas de esa lacra de conflicto de intereses, tal y como lo0 ilustran el caso de la ministro de Sanidad del gobierno Macron, Agnès Buzyn, y su marido, no otro que Yves Lévy director de una firma de seguridad biológica en el epicentro mismo de la epidemia –con instalaciones (recientes) allí antes de que estallara ésta-, la ciudad china de Wuhan (…) ¿Por qué no se habla de estas cosas –ni pío- en la prensa española? ¿Cerrazón hispana a todo lo que viene de fuera, incapacidad – congénita (o genética)- de divisar o de enfocar nuevos horizontes distintos de los que contemplan las instancias dominantes extranjeras en todos los planos, inclusive el científico o científico-académico de la Sanidad tanto a nivel doméstico como en un orden mundial? Qui lo sa. Lux ex Oriente, decían los padres de la Iglesia, y la luz ahora parece que nos viene de fuera, de Francia (y de la Europa del Norte también, incluso de Holanda) (y ya oigo a algunos rabiar). A vueltas con esta maldita epidemia que nos ataca y con ella, de la grave amenaza que nos acecha –en un plano medico/sanitario como informativo- del apagón total. Transparencia –en ruso "glasnost"- en la política gubernamental y en todo lo que de cerca o de lejos se relaciona con la Sanidad. Y alerta máxima contra las tentaciones liberticidas –sobre las que ya pusimos aquí en guardia-, y sus comisarios minsteriales. Y también sus corifeos y voceros y coreidiviles (celosos, e inasequibles al desaliento)  (...) Con la ley siempre en la mano. De la justicia penal internacional, que tipifica como delito de lesa humanidad (sic) todo encarcelamiento o cualquier otra forma de “privación (grave) de libertad física”. Lo que se ve recogido en al articulo 212-1, 5 del Código penal francés, como lo recuerda oportunamente Alain Soral, que acaba de dar parte, por ese motivo, del gobierno francés  por la via judicial. ¿Falsa alerta y no peligro real, la verdadera amenaza -de epidemia de Pánico- en las campañas oficiales sobre la epidemia? Aviso a nivel nacional

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