miércoles, diciembre 11, 2019

MONSEÑOR LEFEBVRE (CON RESPETO)

lo que me llega por conducto amigo (pese a las discrepancias): "Monseñor Lefebvre fue perdiendo matices y distingos con la edad. Yo le encontré cambiado de su primera a su segunda visita en Madrid. Recuerdo que en la sede de Fuerza Nueva dijo "El Papa está al servicio de la masoneria". Yo le pregunté después en El Álamo, la residencia de la Fraternidad en Madrid, si tenía algún dato que corroborara su pertenencia a la Masonería. Me contestó que no, que ninguno, pero que él lo decía porque con sus obras favorecía los intereses de la Masonería. Pero claro, estar al servicio de la Masonería implica voluntariedad"



Por otra parte, él firmó los acuerdos con El Vaticano, tras estudio y negociaciones de ambas partes durante meses. Y al volver a Econe los rompió, por presiones de los más duros. Su carta a los sacerdotes llamados a ser consagrados obispos, donde dice que la Silla de Pedro y los puestos de autoridad de Roma están ocupados por Anticristos, me parece un exceso impropio de su anterior sagacidad y buena disquisición.

No le debo nada, dicho sea curándome en salud de inmediato. Me despachó como buenamente pudo –“ese es un asunto ya en manos de jueces y psiquiatras, yo no puedo hacer nada"- y llegó incluso a hablar mal de mi (un decir) a los seminaristas depués de mi gesto de Fatima –“L'Abbé Fernandez c’est un homme d’une violente nature”- cuando hasta entonces habíamos tenido una relaciones irreprochables, cordiales incluso, los cuatro años (cumplidos) que permanecí en el seminario sin que se me hiciese ni la mas nimia observación y advertencia, en todos los fregados y rifirrafes internos –entre duros y blandos, liberales y anti-liberales- en los que mi voz (no es culpa mia) fatalmente destacaba. Entre los duros a los que mi interlocutor hace referencia (….) Pero no se lo tengo en cuenta, ¡con la que tenía yo armada! Y por eso, ahora que me llega un juicio insidioso sobre él –más insidioso si cabe por su “níhil óbstat”-, pienso que es la hora de partir una lanza en defensa de su memoria.

Monseñor Lefebvre era un hombre de otra época. En mi libro "Krohn el cura papicida” lo comparo al viejo ermitaño que se encontró Zaratustra en la montaña del que Nietszche a modo de glosa exclama al final del pasaje que le consagra, "¡Será posible que este santo varón no se haya todavía dado cuenta de que Dios ha muerto!” Cambiemos o extrapolemos Dios por su Iglesia –la Iglesia de Dios- y el enigma queda resuelto al completo. Del arzobispo tradicionalista francés y de la Iglesia católica al que consagró su vida y todos sus esfuerzos. Un hombre de otra época, de antes de una guerra –la Segunda Guerra Mundial y su desenlace-, en la que se vino a enterrar la vieja religión –el catolicismo romano en el que Monseñor Lefebvre nació y creció (en tierras nota bene de frontera religiosa, las que la España imperial por aquí dejó)- aunque en España no se dieran por enterados ni de tal entierro ni de tal derrota (…) Y yo viví esa ensoñación yo y los míos lo confieso, y no es coincidencia si el que se me hicieran añicos esas antojeras y esos sueños, lo fuera tras cruzar por primera vez –para irme a Ecône- los montes Pirineos. Y toda esa montaña de juicios a priori –o como dicen los portugueses pre-conceptos- es lo que saltó añicos en mi mente (sin rozarla ni dañarla) tras mi gesto de Fátima como lo deje ya sentado aquí y en otros sitios, a tiempo y a destiempo. Y esa es la moraleja (sin moralina) que me inspiró mi gesto de Fátima y su desenlace y de la que no deje (¡estaría bueno!) de aplicarme el cuento (…)

De la encrucijada sin posible escape, el callejón o el laberinto sin salida en la que nuestra fe en la iglesia/de/Dios nos ponía fatalmente y sin remedio. A todos los católicos españoles. Y en la que me ponía a mi, joven católico de familia católica –y de mártires en la guerra civil- de la que el catolicismo se perdía en la noche de los tiempos, el catolicismo y su condición de cristianos viejos, y su partida de bautismo y de limpieza de sangre, estaría bueno (…) En el mundo de la posguerra –de la Segunda Guerra Mundial y de la guerra civil española-y en la España que siguió a la profunda (y brutal) mutación cultural que experimentó –y no digamos en su estamento universitario- al final de la década de los sesenta en una confluencia o conjunción de dos tipos de influencia igualmente radioactivas y deletéreas, Mayo del 68 y el Concilio Vaticano Segundo. Un enigma o encrucijada por la que yo también atravesé que me hizo buscar –un sitio tras otro- la fidelidad a la tradición dentro de España en vano (y pongo por testigos a todos los que entonces me conocieron), y hasta el otro lado del Atlántico –y pongo en particular por testigos a los brasileños de la TFP (que bien me conocieron y tan mal me comprendieron (y me juzgaron)-y que hizo que se me viera –una vez tomada mi decisión- cruzando como un marciano (o un yankee en la corte del rey Arturo) –de sotana y fajín negros y alzacuellos blanco de la FSSSPX (que ahora a toro pasado, a tantos sirve de salvoconducto y de estandarte, vino nuevo, como ya dije, en odres viejos)- la acera –desbordante de fieles- que llevaba a la iglesia de Santa Rita –en Arguelles (hoy dicen que Chamberi) los domingos al final o al inicio de la misa de doce en un silencio que se podía cortar a cuchillo a mi paso, y pongo por testigo al barrio entero. O en una de aquellas manifestaciones de Fuerza Nueva que llegaba entonces a su zénit cuando yo ya estaba en Ecône justo a la muerte de Franco e inicios de la Transición, en las que también me mostré (siempre de sotana y alzacuellos), una manera de dar testimonio de lo que entonces yo creía, más que de adhesión incondicional a aquel partido o movimiento (---) Dicho todo lo que precede a modo de descargo ya digo, de lo que hoy soy y de lo que hoy pienso y siento. Y de lo que entonces pensé y creí, en testimonio de un desencanto –comparaciones odiosas-, como el de Dionisio Ridruejo.

Porque yo me “desencanté” de la Tradición como aquel se desencantó del Orden Nuevo. Pero me desencanté después de dar el paso, eso me lo reconocerán los que hoy me condenan, por lo menos. “Te doy las gracias Señor de no haberme dado la vocación sacerdotal como a este pobre ingenuo al que envías al matadero en el mundo secularizado en el que nos ha tocado vivir” (…) La oración –como lo deje escrito en mi libro- que me parecía (en audición retrospectiva) oír en aquel católico belga –y no un don/nadie doy fe de ello- testigo en primera fila de mi ordenación sacerdotal en Ecône como lo registran todas o casi todas mis fotos en familia de aquello, en las que aquel se hacia (sin falta) invitar (por decirlo así) de unos ojos curiosos y extrañamente atentos (y de lo más orondo y satisfecho). Y es la misma oración y suplica que me pareció reconocer después en tantos católicos españoles sobre todo defensores de la tradición, que no daban (ni pensarlo) el paso –tan crucial- que yo di, porque ellos no tenían vocación ¿el qué? sí, porque a ellos les gustaban las mujeres (sic), tan gratis o tan barato (expediente) como (a fe mía) les resultaba el salir así del paso en el escrutinio aquel (tan tremendo) De vergüenza (patria) ajena, lo confieso. Y que conste que no negué ni puse en sordina mi condición de español, del otro lado de los Pirineos (…) aunque los emigrante/españoles no me reconocieran –al contrario de los belgas- como uno de ellos. ¡Profundo misterio!

Y asi de barato me suena el expediente del autor de los párrafos que al principio de esta entrada recojo, que ha motivado este articulo –una autoridad o referente en los medios patriotas-, para zanjar o resolver el problema (enorme doy fe de ello) que Ecône y la ruptura de Monseñor Lefebvre les planteaba –en conciencia- a todas luces, a los que –como él- del otro lado de la barrera atónitos nos presenciaban (como en un ruedo ibérico) “En el principio era el Sexo", dijo Ezra Pound en lo que le parecerá a algunos una grave blasfemia y que a algunos otros en cambio nos da la clave de lo que aquí decir estoy queriendo (…) Pero sin meterse en tantas honduras, era mucho más fácil –y más barato ya digo- el poner la Masonería como pretexto. Un deus ex machina siempre a punto cono dirían los filósofos. Para explicar lo inexplicable. Lo que entonces llamábamos la crisis de la iglesia, pobres ingenuos. Una infiltración masónica hasta las alturas, pero no hasta todo lo alto, porque entonces se nos fastidiaba el invento (….).

Y por eso había que buscar pruebas y más pruebas –de preferencia por escrito- para (poder) negar -como mi interlocutor vene a negar ahora (con disimulo) la evidencia de las palabras de los hechos y de los gestos. Los que durante tres o cuatro años como la tortura de la gota de agua fui (pacientemente) consignando de mi lectura diaria de los periódicos –de la sección religiosa, en la prensa española- de mis ojos escandalizados y más que atentos. Y pongo a Jose Luis Martin Descalzo –cura/periodista que habló de mi cuando me detuvieron (…)- y su seccion religiosa de ABC- de testigos de aquello, y ello no es más que un ejemplo (…) Masón –de los de ficha y foto acompañando- no se si lo fue Pablo VI –hermano de un brigadista en nuestra guerra civil (lo que se nos ocultó cuidadosamente entonces)- pero lo que si sé es que hizo perder la fe tantos entre los que me encuentro, y fue por su actitud y su postura y su papel. Como un (alto) comisionado de la desnazificación española (lease desfascistización o desfalangistización en versión o clave española), léase del compromiso histórico que la Iglesia selló –tantos años antes del caída del Muro- con el comunismo (soviético) y pongo a España de entonces y a su régimen político por ejemplo. Tras el 45.

Había que ir (despacito y buen letra) por el camino de la izquierda que la iglesia entonces nos señalaba, so pena de condena eterna a las penas del infierno (en serio) Y eso explica o da la clave de la evolución del régimen anterior en sus últimos momentos. La pena del infierno como espada de Damocles en la cabeza de los simples fieles (españoles) , y la amenaza de excomunión –y la (triste) suerte de Perón (y de su régimen) a modo de escarmiento (en cabeza ajena)- a la clase dirigente del régimen y a Franco en primer lugar, como lo ilustra y demuestra el caso Añoveros. Y de todo eso Monseñor Lefebvre ni entender quería porque en asuntos de política –de política religiosa que me diga- se andaba (doy de de ello) con pies de plomo. Por su (brillante) carrera diplomática, y por  razones familiares –que le expliqué bien en detalle a mi interlocutor- que les disculpan sino le absuelven por completo (…) España tierra de María Santísima, era lo que esgrimían a modo de coartada muchos de aquellos católicos/patriotas (españoles), y era para esquivar o escamotear el grave dilema – asunto de conciencia- al que aquí me estoy refiriendo- y Ecône era un movimiento o un fenómeno francés, asunto concluido (que todavía les estoy oyendo) (…) ¡Franceses por muy tradicionalistas que fueran, a darnos lecciones de catecismo a los españoles, estaría bueno! De vergüenza/patria ajena (en serio) (…)

Con la Virgen santísima de coartada por supuesto. Y no es un azar si el replicante que ha motivado esta entrada invoca la Inmaculada como a modo de ilustración o de argumento. Los milagros de la Inmaculada en Flandes (Vade retro!) Y aquí pongo lo que ya le dije: “Declarando a un sola mujer sin mancha, la Iglesia “maculaba” a todo el resto” (…) (Federico Nietzsche en el Anti-Cristo) Tales aguas tales lodos. Y es del follón o del fregado que se tiene montado las feministas en torno al sexo o a la violencia del género (…) La Virgen o la Inmaculada como coartada o pretexto, lo dije y lo mantengo. O la Virgen de Guadalupe, más en concreto. La glosa que se merece el pontificado anterior –de San Carol Wojtyla envuelto en el escándalo de la pedofilia eclesiástica (hasta el cuello) (…) “Predicar la castidad es incitar a obrar contra natura”, que parece que lo estábamos oyendo, o viéndole sentado a modo de convidado de piedra -a Nietzsche me refiero- en las jornadas (pontificas) de la Juventud aquellas, siempre el mismo tema –el mismo tostón- de enseñanza o de argumento (…) Y me refiero al sexto mandamiento (…)

¿Alter Cristo o Anti-Cristo Pablo Sexto y tras él todos los papas del Concilio (uno detrás de otro) (…)? Lo mismo me da que me da lo mismo, aunque parezca que me estoy contradiciendo (…) Porque si en cierto modo cambié, por otro lado sigo siendo el mismo. Semper ídem. Antes y después de Fátima (…) Y pongo por testigo a los que me conocieron. ¿Política y Religión compartimentos estancos? Un simple malentendido (como la guerra de los sexos)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

quizás aquí deberia haber hecho mi comentario sobre el tirón que dió una ciudadana china a Francisco. Te pido disculpas. Ahora bien, el asunto es si el "obispo de Roma" debió adoptar una actitud más benévola o hizo bien en reaccionar como un ser humano normal. Quizás yo también me habría enojado también si álguien tiene conmigo un comportamiento tan irrespetuoso. La pregunta mía seria ¿Se comportó Bergoglio haciendo honor al cargo que ocupa?
Hay opiniones para todos los gustos. Ahora bien, quizás se trata de una anécdota irrelevante. Y en todo caso, parece que quienes más le apoyan no son precisamente los católicos tradicionalistas. Y ese es el problema. Cuando en Europa e Hispanoamderica desciende el número de cristianos católicos y aumentan los adeptos a sectas propestantes...algo está haciendo mal el Vaticano o bien los pérfidos imperiosionistas están haciendo bien su trabajo de infiltración y propaganda para desunir y debilitar aún más lo que fue parte del Imperio Español, hoy tan glorificado por Fundacion Gustavo Bueno, Elvira Roca Barea, Patricio Lons, etc... El Régimen de Franco tuvo un claro acierto: reivindicar la Hispanidad y la soberania sobre Gibraltar. En esto supongo que estarán de acuerdo Pio Moa, Jimenez Losantos, Vox, etc.
Y es que, como dicen los discípulos de Bueno, aunque seamos ateos o no creyentes somos CATÓLICOS. ¿Qué opinas? O se puede uno sentir a la vez
EUROPEO y ESPAÑOL. Para Bueno no hay duda: Él escribió "España frente a EUROPA. Y para nada estaba de acuerdo con Ortega y Gasset, quien creo dijo aquello de "España es el problema y Europa la solución!.
SALUDOS

Juan Fernandez Krohn dijo...

Te responderé en entrada a parte de mi blog –como se merece el tema- sobre el incidente del papa Francisco (y de otros temas que planteas) Del avance de laa sectas protestantes en Hispanoamérica me conozco el asunto de cerca y puedo aquí adarte mi parecer en cambio. En los meses que precedieron a mi gesto de Fátima estaba yo en Francia –con la FSSPX, la obra de monseñor Lefebvre-, y el diario Le Figaro MAGAZINE –suplemento dominical de Le Figaro (gravitando entonces en la orbita de la Nueva Derecha)- publicó una amplia entrevista con un jesuita español, misionero en Guatemala y adepto en un principio de la Teología de la Liberación, que arremetía –arrepentido- contra su obispo y la jerarquía eclesiástica en general allí –y el propio cardenal Casariego, arzobispo de Guatemala capital, presente en la entrevista también-,, a los que acusaba de complicidad con los movimientos guerrilleros (de extrema izquierda marxista) que protagonizaron aquellos años la sangrienta guerra civil en aquel pais. Por otra parte, un teólogo protestante –de la tendencia fundamentalista- holandés, Hermann Hegger, antiguo misionero católico en el Brasil, que e dio cobijo por unos dias en su domicilio en Holanda cuando salí de Portugal, mostraba tener puestas todas sus esperanzas en el auge de las sectas protestantes –de esa tendencia fundamentalista- en aquel país. (.../...)

Juan Fernandez Krohn dijo...

.../....El futuro pasaba por Guatemala, tal como lo veía el, que tenia desplegadas en la pared de una de las habitaciones de su casa, un mapa de aquel (pequeño) país donde se registraba el avance en el plano demográfico del protestantismo de ese signo (fundamentalista) allí. Como una sesión en plena campaña bélica –de guerra de religión- , de estado mayor o algo así, Y recuerdo también que estando yo preso en Portugal –verano del 84- en un fase de las más duras de mi detención allí, sancionado por motivos diversos- de “conciencia” como lo eran en el fondo- en régimen de aislamiento disciplinario, se produjo la visita de Juan Pablo II a Guatemala, que yo seguí (a distancia) con suma atención, y que los medios del mundo entero focalizaron en el sonado incidente que protagonizó allí el presidente (protestante, de la Iglesia, norteamericana del Verbo Divino), Efraín Ríos Montt, anteriormente católico bautizado (como cas todos allí), quien hizo oídos sordos a los pedidos –tan plebiscitados en los medios de entonces- del papa polaco, de clemencia y de amnistía para unos miembros de la guerrilla guatemalteca condenados allí, y les hizo ejecutar –durante la visita papal precisamente- en nombre de la Ley de Dios. Frente la Iglesia del Concilio y de la teología de la Liberación, se erigía aquella Iglesia del Orden, la de aquel protestantismo de derechas –o al decir de muchos de extrema derecha- que predicaban biblia en mano la reconciliación de las clases -y de las razas- y la justicia social dentro de un orden, -léase en el respeto y obediencia a los poderes establecidos-, en nombre de la Ley de Dios. Como así lo simbolizaba o tornaba visible el presidente evangélico aquél, Rios Montt, que se mostraba en publico la biblia en mano en permanencia y un Colt en la cintura (como para evitar confusión),,,/....

Juan Fernandez Krohn dijo...

.../...Así es como se podrían sintetizar el desafío magno –en conciencia- que representaba el trance aquel para muchos (como yo) Y de todo aquello todos sabéis o imagináis cual era mi diagnostico y mi juicio en nombre de la religión) Hoy no obstante guardo un juicio mas matizado sobre el tema y tengo en cuenta otros factores que no me merecían entonces –lo reconozco- la menor consideración. Y era la hispanofobia –racista- latente en muchos países de la America española, de la que pagaron también el pato aquellos misioneros españoles, teólogos de la liberación. Les perseguían los militares -en Guatemala y otros países de la America (ex)-hispana-, por subversivos, cierto, y también –no sé si excepcionalmente o siendo la regla más bien- por un odio o resentimiento – de signo racista y a la vez mestizo-en el fondo anti-español. Gracias por tu mensaje, Anónimo, y con este mío no pienso dar aún cumplida a mi promesa de respuesta al asunto que mencionas, en entrada aparte de mi blog. Palabra de honor