lunes, marzo 19, 2018
Mi Juventud
Poesía para vivir y sobrevivir
en estos grandes desiertos
Y en la Ausencia grande
que nos grita a morir
Y nos llama por mi nombre ¡ay de mí!
Como un muerto en vida,
Como si nos conociera mejor
Como si fuera dueña de ti
¡Alto, cabeza fría!
Se manda, se grita el héroe
Héroe (más de lo que él se piensa, sí)
Con memoria del Año Mil
Y se sienta, y se sosiega
Y manda “recado de escribir”
Para soltarte estos versos
Que aúllan como lobos
(Como almas fuera de sí)
Y como tú, niña traviesa
Que los pone o los engendra
y los calienta Y los cuece
Y los inspiras, ¡musa azul!
Como un grande concierto
De vientos y de diez cuerdas
Que surgen, se aúnan porque sí
Y nos transportan lejos de aquí
Y se agranda la melodía
Mientras yo te veo venir
Por sorpresa, sigilosa,
Cuando ya ni pensaba en ti
Mientras el alma del poeta
Se concentra, se recoge,
Y moja su pluma en la nieve
(¿estamos en enero o ya en abril?)
Y se hunde en la melancolía
(dulce aún, ni negra ni enferma)
En la soledad y en la tristeza,
De un alma sensible (y un poco febril)
¡Poesía para sobrevivir!
A ese oscuro y lúgubre invierno
que parece no quererse ir
y en la primavera que parece huir
mientras me agarro a ella
como a un eterno elixir,
la poesía de mi vida
¡rastro aún de mi juventud!
(Que hurtaste por sorpresa, Tú)
en estos grandes desiertos
Y en la Ausencia grande
que nos grita a morir
Y nos llama por mi nombre ¡ay de mí!
Como un muerto en vida,
Como si nos conociera mejor
Como si fuera dueña de ti
¡Alto, cabeza fría!
Se manda, se grita el héroe
Héroe (más de lo que él se piensa, sí)
Con memoria del Año Mil
Y se sienta, y se sosiega
Y manda “recado de escribir”
Para soltarte estos versos
Que aúllan como lobos
(Como almas fuera de sí)
Y como tú, niña traviesa
Que los pone o los engendra
y los calienta Y los cuece
Y los inspiras, ¡musa azul!
Como un grande concierto
De vientos y de diez cuerdas
Que surgen, se aúnan porque sí
Y nos transportan lejos de aquí
Y se agranda la melodía
Mientras yo te veo venir
Por sorpresa, sigilosa,
Cuando ya ni pensaba en ti
Mientras el alma del poeta
Se concentra, se recoge,
Y moja su pluma en la nieve
(¿estamos en enero o ya en abril?)
Y se hunde en la melancolía
(dulce aún, ni negra ni enferma)
En la soledad y en la tristeza,
De un alma sensible (y un poco febril)
¡Poesía para sobrevivir!
A ese oscuro y lúgubre invierno
que parece no quererse ir
y en la primavera que parece huir
mientras me agarro a ella
como a un eterno elixir,
la poesía de mi vida
¡rastro aún de mi juventud!
(Que hurtaste por sorpresa, Tú)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario