jueves, enero 11, 2018

CATHERINE DENEUVE Y EL (SACROSANTO) DERECHO AL LIGUE (EN PELIGRO)


La libertad –o el derecho- de importunar (sic), en los hombres. La frase por la que ha venido el escándalo o por la que se hn puesto a bailar todos los duendes, como dicen por estas tierras de Flandes. Y la ha soltado, no un don/nadier ni una/cualquiera, sino nada menos que Catherine Deneuve, la Dame –o gran señora- del cine francés de las últimas décadas. Indiscutible y fuera de toda sospecha, de cara a cierto feminismo febril, histérico y militante. “Me estas importunando” la frase, en francés (“tu m’importunes”) proferida en tono inocente, y mirada no menos maliciosa igualmente y con todo el encanto (o glamour) posible e imaginable (se diría que la estoy viendo) es capaz por sí sola en verdad, de desatar hoy por hoy -sin mas alegaciones y sin-prue-bas de ninguna clase- todas las hispanofobias, de las leyendas más negras y de los guerracivilismos mas recalcitrantes. ¿Gajes apenas del destino? ¿De llevar (ay dolor!) el nombre de Juan –y el tratamiento nota bene de Don Juan (y el apellido de Fernández)- aquí en Bélgica?

Una actriz francesa, Catherine Deneuve, pero no una actriz cualquiera, o como otra cualquiera, sino una señora, la “dame” del cine francés sin discusión alguna en la actualidad, y lo dice alguien a quien ese estrellato le dejó siempre más bien frío o indiferente, razón de más, de fuerza moral en este partir lanzas en favor de esta gran señora del cine francés puesta en la picota –en las redes sociales- las hora que corren por el manifiesto –en forma de “tribuna”- en la que han proclamado y defendido -ella y un plantel de celebridades femeninas con ella-, un montón de verdades del más puro sentido común. Que una cosa es el delito, otra la inoportunidad –o lo importuno, o la impertinencia- y otra la seducción o el flirteo o en román paladino, el ligue (ibérico) Que el piropo –mot galant- y la galantería no son acoso, ni a fuer de torpe e insistente no siquiera, etcétera, etcétera.

Una serie interminable de verdades del barquero como digo, que en este blog en español pasan sin el menor problema pero que intentando poner en clave francesa, quiero decir traduciéndolo en la versión francesa de este blog, a no dudar que me plantea problemas irresolubles, semánticos par comenzar. Como los plantean por ejemplo los términos franceses de “drague”, o “avances” que los medios españoles con ocasión de esa polémica están traduciendo ahora por cortejar, por galanteo, o por flirteo, o por seducción, lo que se me reconocerá traduce una gran ambivalencia y deja una amplio margen a la interpretación y por ende a las posibilidades de la acusación o de la parte acusadora, en crudo de poder colgar con éxito a alguien el sambenito (de infamia) de acosador, con toda las consecuencias. Y no es puro azar el que la polemice haya estallado en Francia la cuna histórica de los trovadores, del amor galante –l’amour courtois-, como no lo es tampoco el que parezca –y no solo simple apariencia- el hallarse en el centro del torbellino o en el ojo del ciclón alguien –el autor de este blog- español residente en Bélgica, y que para mas inri lleva por nombre el de Juan, o de Don Juan (y de apellido, el de Fernández)
Arturo Fernández, otro de los iconos –en varón, cinematográfico- de esa España feliz de los sesenta (y hasta de los cincuenta) que con frecuencia evoco en estas páginas: Un nombre que reaparece ahora una y otra vez como por casualidad o sin querer en los comentarios en la red y en las redes sociales que ha desatado esta polémica. Como un prototipo sin duda de la seducción varonil y donjuanesca sin agresiones ni acosos, ni insistencias ni importunos de ningún tipo, ni torpezas. Español cien por cien, y asturiano para más señas, como la mayoría de esos emigrante/españoles en Bélgica, emigrantes y guerracivilistas, que harían mejor en ir de don/Juanes –como él- por estas tierras y no de subalternos/modelo (de segunda además, que nunca de primera) acusando y recriminando –para así hacerse mejor perdonar sus orígenes- a sus propios compatriotas
Y así todo queda dicho. No quiero no obstante dar la impresión de querer arrimar el ascua a mi sardina al calor de la polémica en curso, las cosa de palacio van despacio, y las de la justicia (administrativa) belga a la que tengo encomendado este contencioso parece que mucho mas aún. No tengo nada que ocultar, es todo lo que aquí pretendo dejar a entender, sin con eso pretender culpa o acusar (en contrapartida) a nadie, y más en concreto a nadie del sexo opuesto ahora que todo este asunto en el que me veo envuelto coincide a su vez -¿simple casualidad?- con un resurgir o un encenderse –funesto, fantasmagórico espectral- de la guerra de los sexos. En la que ni quiero ni puedo tomar partido, lo siento. Me baste el afirmarme a mi mimo, en lo que soy, un hombre quiero decir del sexo varón, poeta en lo más hondo del corazón, y que como me halagó un lector portugués de mi blog “sabe amar as mulheres”, lo que exige una doble interpretación, a saber, que me gustan las mujeres -¿y a guién no?-, y que sé amarlas también, y eso, mi halagador (desinteresado, que sólo me conoce por mi blog), por algo lo dirá. Y sobre todo, un hombre con sentido común, que sabe aún distinguir galanteo o piropo del acoso o de la violación (¡ay dolor!)Verdades de Perogrullo que si se oyen o se leen procedentes de una voz o pluma femenina –“in casu” de una célebre actriz francesa (un respeto)- parece que suenan (y pasan) mucho mejor. La palabra pues a ella, o a ellas que lo dicen (mucho) mejor que yo: estamos hoy suficientemente al día como para poder admitir que la pulsión sexual es por definición ofensiva y salvaje, pero somos también clarividentes lo bastante como para no confundir el torpe galanteo –ligue, “drague” en francés- y la agresión sexual. O como cabe de inmediato glosar, el ma-chi-smo (¿español por propia definición?)

1 comentario:

Anónimo dijo...

...está muy claro que el Nuevo Orden Mundial, como resultado de la pérdida de valores caballerescos, de nobleza y de mera amabilidad, esta imponiendo unas relaciones sexuales aberrantes basadas sólo en lo puramente egoista y orgasmático. Por eso promocional la pornografia, la prostitución incluso con muñecas de goma y las relaciones incestuosas y pederastas.
En suma, quieren hacer realidad un mundo atroz donde el amor entre varon y mujer sean delito y crimen el mereo hecho de procrear... Dicen que esta guerra de sexos y promoción de la homosexualidad tiene como finalidad la reducción brutal de la población mundial... Pero parece que esa reducción de la natalidad sólo la promocionan en naciones de Europa y América... mientras por otra parte piden, como si en ello les fuera la vida, que se abran las fronteras ... Curiosamente vilipendian a Trump por querer que no se reciba en USA gentes de algunos paises donde el SIDA es pandemia...pero naDA DICEN DE QUE iSRAEL QUIERA EXPULSAR A 30MIL AFRICANOS ...Y HAYA CONSTRUIDO UN MURO EN LA FRONTERA CON EGIPTO