domingo, octubre 26, 2025

CARLOS MAZON, O EL JUICIO DE SALOMÓN

 


"El día que un barranco abandonado llevó más agua que el NILO
-en la foto (junto a la presa de ASSUAN)- y nadie fue capaz de reaccionar" ("El Español" 08/11/24)

Una o unas pocas imágenes son más elocuentes que miles de palabras, reza la sabiduría popular. y es lo que concluyo -de ojos cerrados- leyendo el titulo escueto -al pie de esa foto- de una evocación periodística -en los días que se siguieron- de la DANA de Valencia, 29 octubre 2024. ¡Como si se me cayeran de un golpe las escamas de los ojos! Y se me viniera en cambio bien fija delante de ellos, la magnitud -y las dimensiones- de la tragedia. La de la DANA que fue sobre todo y en primer lugar una catástrofe natural (sic) de resonancias bíblicas (eso sí), en el colmo del horror.. Un "barranco" estrecho -por muy hondo que fuera el del POYO- que todos o casi todos nos lo imaginábamos así. Y que acabó  descubriendo (o destapando) sus (espantosas) anchuras como las del NILO -que nos lo imaginamos así también-, en un espectáculo aterrador. Más aún, mucho más escalofriante  -aquel descomunal y apocalíptico desborde-que las escenas -de riadas desbordantes y anegando las calles y las aceras y llevándose  todo y todos -niños incluso que se escurrieron de las manos a sus padres- los que se ponían por delante-, que nos pasa a diario (sin falta) la Televisión publica cuando toca hablar (en mal) -sólo un minuto después (...)- de Carlos MAZON.  Y es lo que cae ante mis ojos navegando ayer en la RED en busca de noticias y comentarios (recientes) sobre el tema, tras haber seguido en video la enésima manifestación en el aniversario de la DANA de Valencia, en contra del presidente de la Generalitat (valenciana) -y acompañada de los fotos y pancartas mas denigrantes, de ese chivo expiatorio (por designación), vestido de presidiario y con las manos manchadas y chorreando sangre- pidiendo su enjuiciamiento y su encarcelamiento y su dimisión y todas las desgracias y penalidades posibles e imaginables de un castigo de Dios. ¡Alto a la desmesura -hybris, en el griego de los antiguos-, por el amor de Dios! 

Que esa demasía, esa desmesura, se me antoja, es lo que va a salvar -de dimitir- al discutido presidente de la Generalitat ante lo que se asemeja más y más cada minuto que pasa al juicio de Salomón (*) Y el que la comparación (bíblica) nos venga tan espontanea y tan rauda a la mente da idea de la magnitud del reto o desafío, que el contencioso en curso plantea no solo a Carlos MAZON, sino también a sus amigos y enemigos, e incluso -si se me antoja- a todos aquellos que siguen el asunto (sinceramente) expectantes  y desinteresados y en cuerpo y alma a la vez (como yo)  Por una razón de simple supervivencia (para él), y además de eso, cuestión de honor. Que hasta hoy no lo ha perdido cuales quiera que fueran su empleo del tiempo lo mismo que la naturaleza (íntima, exacta) de la relación -que no concierne a nadie más que a ella y a él- de la periodista con la que en aquellas horas fatídicas almorzó.  Ni las circunstancias tampoco que rodearon al encuentro aquel. Que es un ejemplo ruidoso de demasía -no me digan que no-, el hacer -como si de un crimen de la jurisdicción de un tribunal (extraordinario) se tratase-, el hacer como digo depender de una diferencia de minutos -de segundos casi-, la culpabilidad (criminal) -por o-mi-sión- del reo. (no ante un tribunal sino ante la Opinión) Haciendo así olímpica abstracción de los enigmas y secretos que acompañaron a la catástrofe -que hasta ahora ni la autoridades políticas responsables ni las instancias judiciales competentes se habrán mostrado capaces de elucidar-, y a la vez, del enigma -que el presunto reo (ante la opinión) tuvo que enfrentar. De la magnitud, este enigma (sin exagerar)n del de un Alejandro MAGNO ante el (llamado) nudo gordiano que aquél solo al final se decidió -por la tremenda- a zanjar, léase cortándolo en dos.  

¿Mintió Carlos MAZON? El mentir  en Derecho español -y agárrense los machos- no es un delito -y en política mucho menos-, salvo en los supuestos de denuncia falsa, calumnia y falso testimonio -de los testigos en un proceso penal. Y la Constitución (24.2) otorga a cada uno el derecho de no declarar en contra suya (1) Y todo el mundo tiene derecho -con la venia de ARISTOTELES y de Santo TOMAS DE AQUINO - a su libertad interior ("en el foro interno") , al menos la de callar o de soltar una mentira piadosa -como lo sostuvo PLATON. Y tiene derecho desde luego a la presunción de inocencia (sic) Que lo que cuenta y lo que importa, no es el pedir responsabilidades (políticas) en un interminable (e hipócrita) culebrón, sino la reconstrucción. Y es apostando por ella lo que absuelve a nuestros ojos al presidente de la Generalidad. Que ahí MAZON lleva razón. "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra" Y desde luego, no lo seré yo



."Juicio de Salomön", del pintor renacentista RAFAEL. Un hito mayor en la Historia del Arte, en la de la Iglesia y en la Memoria universal que nos viene sin falta a la mente ahora, ante el juicio -salomónico- (sin verdadero culpable) - en el tribunal de la Opinión Publica, a Carlos MAZÓN

(1) Como yo lo hice ante el tribunal portugués que me condenó, sin pruebas. Sin otro indicio que mi confesión














(*): Libro de los Reyes 3 

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